Cuento o razón

Un perro quiere saber del Libertador

El sol como si hubiese caminado más rápido por el sendero del cielo y por eso llegó a su destino y ahí se arropó con la cobija del ocaso y se despidió del horizonte hasta el otro día, mientras la luz tenue de una luciérnaga se dejó ver fugazmente cerca de las ixoras.

El periodista Juancho Marcano que observó que los gatos Rocky y Rockyta salieron hacia la calle, después de haber ingerido su ración de alimentos, dijo: "¿Qué buena costumbre tiene estos felinos de salir en la noche y regresar a media noche o al otro día, sin temerle miedo a los peligros de la noche? ¿Quién supiera qué harán? ¿Para dónde cogerán? ¿Y qué animales cazarán? Cómo les pusiera yo una cámara en sus correas para grabar todas sus acciones. Aunque he leído que esa es su naturaleza, pues como felinos son cazadores nocturnos y dormilones en el día".

El perro Pipo que acompañaba al reportero a cerrar las puertas y a prender las luces de la calle de la vivienda, apenas Juancho se desocupó, lo abordó como si él fuera el periodista:

- ¿Amigo, Juancho Marcano, usted me puede hablar del libertador Simón Bolívar?

El periodista que al parecer ha perdido su capacidad de asombro con las preguntas de su perro, manifestó: "Amigo Pipo, Simón Bolívar fue el hombre más grande que no solo ha dado Venezuela sino toda Latinoamérica y de los personajes más importantes del mundo. El Libertador, y te lo voy a decir como lo decía mi maestra, nació en Caracas el 24 de julio de 1783, nació rico y murió pobre, y con su caballo blanco no sólo libertó a Venezuela sino a otros países hermanos, y de paso, para que sientas orgullo de tu raza, tuvo un perro llamado Nevado que lo acompañó varios años, hasta que, según, perdió la vida en la batalla de Carabobo, de la cual hablamos el mes pasado y que le dio la independencia a Venezuela. "Bolívar es el segundo Jesucristo", dice una canción de un conjunto llamado: Un solo pueblo."

El perro Pipo, al parecer entendió bien la explicación, pues no preguntó más y acompañó a Juancho a cerrar las puertas de la vivienda y cada quien se dispuso a esperar la hora para pegar los ojos.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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