Cuento o Razón

Esperando que venga la muerte

Son las seis de la mañana y aún en la calle donde vive el periodista Juancho Marcano, el manto de la oscurana no quiere darle paso a la claridad y una ola de frío baja y sube por la vía aprovechando que el astro rey no sale todavía para aniquilarlo con su fusil destellante.

El reportero junto a su esposa, se preparaban para ir a echar gasolina, en compañía de un vecino, mientras el perro Pipo, aún somnoliento observaba pensativo la escena, como preguntándose para dónde irán a esta hora. Por eso estaba esperando el momento oportuno para preguntar y salir de la intriga que estaba viviendo. Por tal motivo cuando consideró oportuno, interrogó y Juancho le respondió que iban a surtir de gasolina el carro, y había que salir temprano porque en los últimos días, la cola para echar dicho combustible se estaba haciendo muy larga.

Pipo entendió, pero antes que salieran quiso interrogar a Juancho sobre algo que había escuchado sobre la muerte y por eso le formuló la pregunta: ¿Qué opinas tú de la muerte?

- Que es algo muy natural. Que hay que prepararse para esperarla y una de las cosas que hay que hacer para eso, es que hay que dejar los apegos, para no tenerle miedo, dijo el reportero.

- Yo escuché por ahí Juancho a una persona que en vista que estaba sufriendo mucho, dijo que estaba esperando la muerte.

- Bueno Pipo, hay cierta gente que en vista de su situación espera la muerte como solución a su enfermedad o problema. Aunque esto de esperar la muerte, me hace recordar un cuento de Earle Herrera, que trataba de un pueblo donde la gente se estaba muriendo de hambre y lo más que deseaban era que llegara la muerte, en vista de que no había qué comer. Y cierto día, de tanta esperarla, llegó la muerte, por cierto, muy raquítica, y ¿sabes lo que pasó? Que la gente se alegró, pues con la muerte hicieron una sopa con sus huesos y se jartaron y así mataron su hambre".

Luego de decir esto el periodista, acarició a su perro y aún con cierta sonrisa, le dijo que como ya había aclarado tenían que irse, que cuidara la casa, que él iba a la bomba y venía.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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