Cuento o razón

La muerte es un regalo de Dios

La lluvia en días pasados en la Tacarigua de Margarita, repartió besos y caricias, y las plantas cantaron y bailaron al compás de la música que producía la regadera que caía del cielo. Pero, al parecer, algo le hicieron al aguacero porque así como llegó se fue y no ha vuelto con ese morral de alegría que siempre trae consigo.

El periodista Juancho Marcano y su perro Pipo recorrían el conuco y observaban que todavía la sonrisa por el agua refrescante del chubasco, no se había borrado de las plantas, aunque el sol, estaba disparando sus secas flechas para tratar de entristecer a los seres vegetales, los cuales muchos se despojaron de sus vestidos mustios, y estrenaron sus trajes de color verde tierno.

El hombre y el perro, luego de recorrer el sembradío y degustar unos mangos y unas pomalacas, se llegaron a la sombra acogedora y refrescante de la mata de mango, que lo esperaba para saludarlos y hasta conversar con ellos, si en verdad querían entablar conversa, aunque el árbol a diferencia de Pipo, era más bien callado y le gustaba mejor escuchar al perro, por ser éste más curioso e indagador, y de hecho una vez ya debajo del mencionado árbol, Pipo tomó la palabra, y le manifestó al periodista: "Juancho he oído por ahí que muchos de ustedes le tienen miedo a la muerte, sin pensar que nacimos para morir y que como dicen: "El que no quiere morir que no nazca", o "uno anda vivo pero hediondo a muerto". ¿Cuál es tu parecer Juancho?"

El periodista en verdad, se sintió como acorralado porque hablar sobre tal tema no es fácil y más aún con un perro, que a pesar de que viven menos que los humanos, no piensan en eso ni le tienen miedo a la muerte. Sin embargo, trató de aclarar sin oscurecer: "Para serte sincero, Pipo, yo ahora he estudiado a la muerte y en verdad no le temo, por que la veo de lo más natural. Sin embargo, hay personas que le tienen tanto pavor, que apenas se la nombran, se atemorizan. No obstante, en estos días, hablaba con una amiga al respecto, y me dijo una frase que me dejó conmovido, como lo es: "La muerte es un regalo que Dios les da a las personas, pues pasan a otro plano y ahí está la felicidad eterna que se empeñan en conseguir en la tierra, y no la van a encontrar porque no está aquí, sino en el más allá".

El periodista dijo esto y calló, y Pipo escuchó e hizo como si entendió, y después de hablar de otras cosas, regresaron a casa.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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