A ver si Chávez lee estas líneas…

De los resultados electorales en Zulia, especialmente en Maracaibo, siempre se ha hecho cualquier análisis que va desde la idiosincrasia de sus habitantes hasta el trabajo de los líderes del chavismo en este municipio.

     Yo no soy experto en política ni mucho menos estudioso  del comportamiento social de la gente, pero nunca he creído que los maracuchos somos diferentes al resto de los venezolanos, porque ni en el calor. Yo trabajé en San Carlos de Cojedes y ahí también se suda a chorros, con la excepción de que no tenemos cerca la brisa del lago.

     Pero más allá de estas críticas, quiero hacer algunas observaciones, reiterando, que no soy ningún especialista, sólo un mortal más que nació en Maracaibo hace 48 años y participé activamente como periodista en la campaña de las elecciones regionales del 23 de noviembre y después derrotado y sin trabajo estuve pendiente del triunfo nacional de la enmienda.

     De manera, que destacaré aspectos que en lugar de llevarme a pensar que los maracuchos somos distintos, me hicieron opinar que el Psuv - o a quien le corresponda- debe, en primer lugar, poner en práctica estrategias para, de alguna manera, cautivar a los empleados reacios al proceso que laboran en instituciones del Gobierno nacional, en esta región. Hay quienes aunque no son chavistas, pueden estar interesados por su familia y por el futuro de este país y, en consecuencia, apoyar el proceso bolivariano.

     En todo caso, hay que hacer algo, porque se dan situaciones –y esto lo digo por experiencia- como la de la Alcaldía marabina. Trabajamos ocho años con compañeros que cuando asumió Manuel Rosales, se voltearon, eran adversarios disfrazados de boina y camisa roja y entonces nos gritaban ¡fuera! ¡Qué hacen aquí? Algunos tuvimos que abandonar los cargos, con el agravante de que no encontramos trabajos. Ni siquiera yo que lo pido públicamente. Este rechazo contra los chavista desempleados no deja dudas acerca de que las instituciones del Gobierno nacional están seriamente infiltradas por opositores. Y lo del ayuntamiento de la capital zuliana es apenas un ejemplo. Ahora bien, siendo así ¿cómo ganar unas elecciones en esas condiciones? ¿Quién ha sacado la cuenta de las entidades “revolucionarias” que hay en Maracaibo y Zulia y de la masa de gente que allí labora? Creo que son un número significativo, para cualquier resultado electoral.

     En segundo lugar, creo que se carece de estrategias para integrar a la clase media. Aquí, no se escuchan discurso para ese sector que no va a los CDI, ni a los Mercal, porque pueden ir a los hipermercados y clínicas lujosas.

      En tercer lugar –y esta es una humilde sugerencia a ver si la lee el comandante–,  Chávez debe entrevistarse con los consejos comunales, o enviar a funcionarios de su entera confianza, que le garanticen un análisis objetivo, sin engaños, para ver cómo están las comunidades con respecto de la gestión bolivariana. El pueblo es la verdad de este proceso y en consecuencia, debe conocer las causas reales de nuestras derrotas. Supongo que allí encontrarán explicaciones esenciales, a fin de tomar los correctivos, por cuanto tampoco se descarta que ese comportamiento particular del maracucho sea más bien un mensaje al comandante. Por eso, insisto, hay que hablar con la gente. Sería  interesante ver lo que dicen, al respecto, las familias de los barrios más necesitados de este municipio.

PD: Cualquier oportunidad de trabajo en Maracaibo, por favor, comuníquenmela a través del correo electrónico. 
 albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán


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