¡Cuando en tu camino escaseen el agua, la comida y la leña, no te amilanes, ponte a inventar!
Y, a propósito del tema, yo siempre he vivido con un plato de comida en mi cabeza; otros tendrán ideas pero yo soy yo; de tal manera que detesto con todo de mí, el perverso acaparamiento que de la comida hace la escualidad en contra de nuestro pueblo trabajador y particularmente contra la niñez.
Cero egoísmo o, al menos tender hacia eso, hablar de sí mismo no es bueno pero a veces resulta inevitable hacerlo para justificar determinada razón, es el caso, años ha que me puse a inventar, habíamos salido a faenar como era costumbre, artesanalmente, y la pesca era escasa, larga que larga y jala que jala el chinchorro y, nada que nada; entonces las rastropescadoras metían hasta el bou a menos de un cuarto de milla náutica y no dejaban un alevín siquiera, es de aclarar que el espacio natural de un pescador artesanal no es menor de seis millas náuticas desde la costa, tal como ahora reza en la ley de pesca decretada por el Comandante Chávez en el 2009 y que reivindicó el sagrado derecho de los pescadores artesanales a existir.
Vale aclarar que entonces las factorías enlataban lo que les interesaba y el resto de especies de no alta comercialización, asoladoramente capturadas, era molida para hacer harina de alimento animal, y el pobre pescador que se jodiera, así se incrementó la miseria y la desolación en nuestros espacios, la pesca artesanal languidecía por el deliberado ecocidio que empresaurios -léase así, con “u”- cegados por la avaricia capitalista del dinero, cometían contra la naturaleza de nuestro mar; y por si poco fuera eso, las enlatadoras esclavizaban a los trabajadores que eran mayormente mujeres que de sol a sol trabajaban descabezando el pescado fuere la sardina ora el atún y etc y los desechos de tripas y cabezas con agallas paraban en un masacote junto con las tiernas especies y los alevines abortados para hacer harina que la entonces empresa “Protinal” comercializaba; y, quienes tienen algo de memoria recordarán que se trató de la misma empresa a la que el entonces camarada Teodoro Petkoff prometió “…quebrarle el espinazo…” pero, ¡qué bolas tuvo bolaños, no trabaja todo el año y ahora pide vacaciones! Es que poco tiempo después han sido los dueños de la entonces Protinal quienes financian al referido ex camarada para la sustentación del pasquín TalCual.
Mas, volviendo al hueso del enojoso asunto, no fue sino hasta la llegada del Comandante Chávez cuando el pescador artesanal empezó a ocupar el lugar que le corresponde porque, para el que no lo sepa, casi el 90 % del abasto nacional de pescado y otras especies marinas son aportados por la pesca artesanal.
Pero, al grano: de esa vez ha pasado medio siglo y un pelo más, la vaina es que el fueradeborda se apagó y para peor el rezón se enganchó en el fondo así que lo perdimos y el peñero quedó a la deriva pero con muy buena fortuna porque el viento nos arrimó a tierra y como pudimos inventamos y varamos el bicho, la cosa era entonces comer, con la ayuda de un piazo´e yesquero prendimos una chamiza y le arrejuntamos tres topias arriba de las cuales montamos una perola cuadrada de esas que traían manteca marca “los tres cochinitos”, le echamos un poco de agua salá, por supuesto, pero la bicha estaba oxidá y con la candela se desperoló y botó el agua que a su vez apagó la vaina y para peor el yesquerito, que estaba ahí mismitico, peló bolas, así que en vez de sancochar completo unos pocos pescados tuvimos que soasarlos como se pudo con algunos tizoncitos y, entrarle con ganas a esa comidita tan sabrosa.
Había que ponerle nombre a ese sancocho y yo lo bauticé como sancocho´e perro.
Da la casualidad que el mundo es un pañuelo, ahora topé con uno de esos viejos compañeros y cuyo apodo es impublicable, me recordó esos buenos momentos.
Ahora a mediados de enero se metió la sardina, de vaina no brincó a tierra, ha habido buena faena y no hay razón para que algunos revendedores le escuezan el bolsillo a la gente que hizo de esta especie una alternativa muy buena; el pulpo, que ahora suele meterse entre julio y diciembre, pero con mucha fuerza especialmente en septiembre y en octubre, ahora se fue; los muchachos lo tuvieron ahí a pata´e mingo entre 180 y 240 bolívares el kilo. Es evidente que la situación general de escasez inducida de otros rubros ha incidido en el precio de especies marinas y eso es preocupante, uno espera que la cuestión se resuelva y que nuestra gente acceda a la comidita con más facilidad, a zamparse su pescadito de fondo también, el mar da para todos pero si lo cuidamos, esa es una necesidad impostergable.
No me lo creas a mí pero al parecer Maduro tocó el asunto del combustible y lo puso sobre el tapete; bien bueno, ¿y eso que tiene que ver con el mar?
Veamos: http://www.aporrea.org/
Para que mañana ningún venezolano tenga que comer sancocho´e perro, tú tienes que salir ya a defender tu patria al lado del Comandante Maduro, no hay otra opción.
Chávez gravita en todos los espacios de la patria, su peso específico se nota, por decir algo, en la “Ley de Pesca” que convirtió a Venezuela en el primer y único país del Planeta Tierra que prohibió la pesca de arrastre dentro de los ecosistemas costeros.
Todavía falta que el mar corrija debidamente los alterados ciclos biológicos de su vientre, es decir, que por ejemplo el ciclo de la sardina, del carite, del corocoro, de la lamparosa, del pulpo y pare usted de contar retome todo su potencial pero eso lleva tiempo, no se trata de cosas de cuatro o cinco años, eso lleva mayor tiempo.
Bien loca está esa catajarria de habladores de bolserías quienes mientras le piden a Maduro que sople y haga botellas, por otro lado ellos tiran la piedra y esconden la mano, hacen como la gatica de “maría ramos”.