Diez de Marzo, día que se circunscribe en homenajear a este universo de profesionales venezolanos que cada día se esmeran por prolongar la vida de sus pacientes. Sí, trabajadores de la salud de niños, adultos y ancianos que colocan su granito de arena por el bienestar físico, psíquico y social de toda la ciudadanía. Diariamente, bajo sus blancas batas, bien sea en el sector público o en el sector privado, llevan el compromiso Hipocrático que una vez juraron en el acto solemne de su graduación. En sus diferentes especialidades se avocan fervorosamente, en esa batalla diaria de hombre contra gérmenes; lucha que nunca termina.
Su campo de acción lo hallamos en los diferentes nosocomios del país; hasta en el último rincón de las fronteras, cumpliendo con su labor apostolar. Bajo un riguroso esquema de unidades curriculares, completan su formación académica para luego concursar en los profundos estudios de Postgrados (Especialidad) donde con mucho sacrificio, arrojo, constancia y paciencia, al fin, obtienen sus títulos que los acreditan como médicos especialistas y subespecialistas en las diferentes ramas de la medicina. Especialidades que también la dedican al campo de la investigación; y al área académica para los galenos de relevo.
Cuántos médicos venezolanos tenemos que han contribuido desde su seno a fortalecer la salud; más allá de ello, se han destacado en otras obras beneficiosas, con genuino espíritu filantrópico para el país, sin abandonar sus cualidades científicas; ejemplos hay bastantes, lo dice nuestra historia. Personas que se caracterizaron por el interés colectivo ante que el interés egocentrista; esa corriente individualista que lo que hace es restar, en vez de sumar. Médicos que han pagado hasta con su sangre el amor por nuestra amada Venezuela; dedicándose por completo a dejar una herencia noble por el país.
Atestiguando lo anterior, a través de elementos de compilación; fuentes bibliográficas que dan testimonios de las vivencias de esos personajes, tomando en consideración datos históricos incontrovertibles; es oportuna la ocasión para traer a la palestra, ese gran médico Venezolano; amén de ser propulsor de la medicina, también tuvo participación en los sucesos de nuestra independencia. Quizá muchas personas lo conocen como el autor de la letra de nuestro Himno Nacional; mas ignoran que fue también médico e investigador en su área: Vicente Salias Sanoja. He aquí elementos sucintos de su protagonismo:
Según fuentes consultadas; y como cosa curiosa, su primer nombre era "Juan"; veremos ¿Por qué?: Como era de costumbre, los registros de nacimiento los llevaba la iglesia hasta 1870; cuando el presidente Guzmán Blanco, a quien apodaban (El afrancesado) decide que los registros deberán ser controlado por el Estado. Ya no es el párroco o al cura a quien le compete este control, sino al jefe civil de municipio. De ahí que usted, haya escuchado alguna vez: "La Partida de Nacimiento de perencejo se encuentra en la parroquia tal". Acorde al Derecho Canónico, los párrocos ejercían una función análoga a los de los jefes civiles.
Así las cosas, su partida de nacimiento corresponde a su misma certificación de bautismo. Este documento señala que nació en la ciudad Mariana de Caracas el 23 de Marzo de 1776. El acto sacramental se encuentra plasmado en el libro de "Bautismo de Españoles, según datos recopilados, en la Catedral de Caracas. A pesar de haber tenido hermanos que participaron directa e indirectamente en los procesos de independencia; y sufrido las sentencias de fusilamiento; sin embargo, no se achicopaló ante esas desventuras; ignorando que él mismo correría la misma suerte. Sus principios jamás lo traicionaron; se mantuvo incólume.
Egresa como médico de lo que es hoy día, la Universidad Central de Venezuela. Su preparación se desarrolló cuando la medicina se hallaba en el contexto en el cual los barberos y las comadronas poseían el monopolio de la salud. Hacía gala la superstición de los curanderos. Basta leer este relato, anónimo, de la cotidianidad del Siglo XIX" (…) Tenía un viejo sillón de barbería que utilizaba para los servicios de odontología (…) La sentaba en la poltrona. Ponía a su lado un tobo de peltre: y en un vaso le ponía un poco de aguardiente de caña, para que se enjuagara la boca; y se le durmiera la encía (…)". ¿Cimientos de la Odontología?
El Dr. Vicente Salias destaca sus conocimientos en favor de difundir en Venezuela la vacunación Antivariólica. Realiza estudios acerca de sus propiedades curativas; escribe algunos ensayos sobre la conservación del fluido vacuno. Las autoridades eclesiásticas; por sus dogmas, sentían con recelo estos estudios. En boca de Vinicio Romero Martínez "No sin que los tradicionalistas le acusaran de ser Infiel a Dios y dotados de máximas y doctrinas contrarias a las que el Rey tiene mandadas" ¡Cuántas tropelías cometía el baptisterio contra sus propios fieles, por esas certidumbres! Lo clerical obscurecía la ciencia.
Es significativo señalar, que el precitado galeno también tuvo sus inclinaciones hacía la poesía que se hacía escuchar en aquellas animadas tertulias en las principales esquinas del centro de Caracas, verbigracia, la de las Gradillas; la esquina de sociedad, donde se hacían asomar discusiones y debates de la situación política del momento. He aquí un trozo de algunos de sus poemas:
"Pálida luna, que mi ronco acento
escuchas dolorida, y ves mi llanto
dale a mi fantasía
un desusado aliento
porque pueda expresar en triste canto
el más tremendo y horroroso día
que jamás tuvo la infelice Quito"
Así comienzan sus primeros pasos en pro de la independencia latinoamericana. Encaja la poesía en el contexto político, denunciando los crímenes realistas y la proclamación de los ideales proindependentistas. Su capacidad intelectual no fue ajena a los sucesos de la época; a la sazón que devoraba los libros de Rusot (Rousseaud) y Bolter (Voltaire); literatura prohibida por el régimen español, empero fue despertando la conciencia colectiva revolucionaria. Como participante de la Sociedad Patriótica, se convirtió en propagandista de la Independencia. Junto con Muñoz Tébar, comienza la redacción de "El Patriota de Venezuela".
Después de la formación de la Junta Caraqueña, es enviado junto con Mariano Montilla para establecer la nueva relación diplomática con las Antillas. También se convirtió en un enviado diplomático en Londres, por la fluidez del idioma Inglés que poseía. Narra la historia que nunca aceptó grados militares que le ofrecieron, pero sí, apoyar la causa de la Independencia, por medio de sus escritos, lo que le costó la existencia. Me atrevo a decir, que fue un Precursor de la libertad de expresión. Por todos estos antecedentes, se le realiza un juicio por traición a la Patria España. Aquí comienza el calvario jurisdiccional al que es sometido.
Según las fuentes, en el proceso penal, un Capitán de apellido Bengoa, declara: "Que por la misma razón sabe que Vicente Salias ha sido redactor de los papeles insultantes y sediciosos de la imprenta de Caracas contra todos los buenos españoles, la nación y su Rey. Que ha sido de los más inhumanos traidores pues ha hecho una guerra infernal con su pluma peor que Bolívar con su espada (…)". En el tribunal, cuando le preguntan, contra quién era la guerra, sin titubeo y con firmeza, contesta: "Contra las tropas de su majestad católica". Fue sentenciado y fue pasado enseguida a los militares encargados del Castillo de Puerto Cabello.
El 17 de Septiembre de 1814, fue conducido para su ejecución In Situ. Como si se sintiera por un momento en la escena del teatro de la historia, en actitud desafiante ante las balas; según testimonios, exclamó Vicente Salias: "¡DIOS OMNIPOTENTE, SI EN TU MANSIÓN CELESTE ADMITES ESPAÑOLES, RENUNCIO AL CIELO!", cayendo con los ojos vendados, bajo la pólvora del ejército realista, su vida se inmortalizó; dejando su legado "Gloria al Bravo Pueblo" como el único canto reconocido por el pueblo, representativo de la idea independentista; símbolo indefectible de nuestra soberanía.
¡FELICITACIONES A TODOS LOS MÉDICOS Y MÉDICAS DE VENEZUELA!
Algunas compilaciones de apoyo bibliográfico:
1.- Reyes, Juan Carlos. VICENTE SALIAS. Ediciones Bancaribe. Vol. 71.
2.- Romero, Vinicio. ANDRÉS BELLO. Ediciones Panapo.
3.-Cortina, Alfredo. CARACAS, LA CIUDAD QUE SE NOS FUE. Ediciones El Nacional.
4.- Uslar Pietri, Arturo. MEDIO MILENIO DE VENEZUELA, Ediciones Monte Ávila.