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Planificación bajo el contexto de la Pandemia: Dudas, decisiones y opciones

Desde el desenvolvimiento de nuestra vida diaria, desde el momento que abrimos las pestañas al levantarnos, ya empezamos de una manera muy difusa, a planificar; nubecitas de planes empiezan a formarse en nuestras psiquis; pretendiendo cumplir con las exigencias del día. Con este sencillo planteamiento, doméstico, no escapa que nos abordan dudas, que debemos tomar decisiones; y, no menos, que debemos tener las opciones para resolver cualquier asunto de índole familiar, comunitario, laboral o institucional, Desde nuestro ego se presentan avasallantes desafíos ante el mundo incierto de cualquier situación planteada. Estos juicios, pienso, pueden ir acompañados de incomodidad y esperanzadoras soluciones. El planificador debe tener un buen enfoque de escogencia estratégica.

Ahora bien, como es conocido por titilimundi; nos azota desde hace un año, la pandemia del Covid-19, hecho sobrevenido donde el Estado ha tenido que tomar decisiones, bajo conceptos estratégicos planificados para dar una capacidad de respuesta a la población, a la ciudadanía, en especial, a los más vulnerables. Para ello, el Estado tiene que operar con una visión de jerarquía y escogencia estratégica, conectado o articulado con otros organismos de la Nación para poder tomar una decisión en la resolución de la coyuntura; tomando en consideración la fusión y la importancia de los entes comprometidos. En el caso que nos atañe (Pandemia), el planificador o los entes planificadores conectados, deberán tomar una actitud racional con una visión global, pero de soluciones a corto plazo. La emergencia lo requiere. La visión de planificación se acoge a los principios de la racionalidad.

En consecuencia, creo que las instituciones y las personas que llevan el timón de la planificación, bajo el contexto de esta emergencia pandémica; no pueden obviar que en las medidas estratégicas de prevención, curación, aislamiento, instalación de hospitales centinelas (Centros pilotos), entre otros, que entre las escogencias estratégicas pululan la confusión, la incertidumbre; y muchas veces el desencanto entre algunos entes interactuantes, lo que puede originar una desfase entre la realidad y lo que hay que hacerle frente realmente. Es aquí, precisamente, donde debe dársele importancia a la planificación compartida, para no morir en el intento. La doctrina nos habla que ante todo este engranaje de estrategias, deberán existir los proyectos de planes, planes financieros, planos corporativos, mediante acuerdo de decisiones. El proceso estratégico deberá ser global en su visión.

Como colofón, para despejar dudas, de todos los agentes involucrados en la batalla contra el mortal Virus, el Estado mediante sus estrategias no deberá bajar la guardia, por ningún motivo, en relación a las informaciones recibidas diarias de los casos reportados, de acuerdo a las investigaciones. Tomar la decisión más conducente para los posibles contaminados. Previamente, ya los objetivos debieron estar claro ante el problema existente. Hay incertidumbres difíciles de manejar. Ahí es donde juega un papel importante el planificador. De igual manera, considero, que están dadas todas las coordinaciones con los entes responsables, tanto internos como externos. Las incertidumbres que vayan presentándose en el ambiente, sobre las políticas; y sobre las decisiones a tomar para dirimir los efectos de la Pandemia, deberán ir despejándose sobre la marcha con mayor información, mayor claridad de objetivos; y más coordinación en las decisiones y opciones; sin menoscabo de la conciencia colectiva.

¡Gracias! Nos reencontraremos en la próxima producción.

¡Quédese en su lar!



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José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

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