Cookies

Así es la cosa. Cada vez que abrimos una página web ésta anuncia que respeta nuestra privacidad, y que por tal motivo instala en nuestra computadora cookies, policías electrónicos que espían cuanto leemos, escribimos o comunicamos. Con los cookies aparecen pantallas llenas de necedades y exentas del comando que permita apagarlas o bloquearlas. Literalmente no se puede abrir internet sin que invada el ordenador un ejército de cookies, ocupando espacio y chismeando cuanto hacemos, hasta que toda la memoria de todos los dispositivos informáticos queda totalmente atestada de cookies espiándose los unos a los otros y pantallas no solicitadas tapándose entre ellas y ya no se puede trabajar, comunicarse ni investigar. Alejando la mirada de las pantallas descubrimos un mundo extraño, donde hay día y noche, estrellas y pájaros, paisajes, seres humanos. Ninguno se desvela por nuestra privacidad ni intenta instalarnos espías, de modo que podemos probar a mirarlos, conocerlos, llevarnos bien con ellos.

VIRUS

Se descubre que las ideas son virus alojados principalmente en el cerebro. Se las contagiaba con métodos primitivos, amenazas, palmetazos, liturgias. Los aparatos ideológicos son agencias para imponer el contagio obligatorio. Una idea puede asaltarte en forma de cuña, hora de estudio, libro o de sueño. Las más peligrosas se aparecen así, como autoevidentes. Han sido culpables de avances y esclarecimientos pero también de guerras y desconciertos. Se perfecciona la mascarilla contra las ideas en forma de catedral o red social. Después de leer este artículo desinfectarse con gel el cerebro.

VELOS

Compartimos ahora la tristeza de los musulmanes de no conocer la belleza oculta tras túnicas y velos. Los ojos se han vuelto el único objeto visible del deseo. Publicaciones eróticas explotan el misterio del parpadeo. Las más escatológicas presentan el ojo enteramente abierto. Se casan las novias con mascarillas de encaje y las noches de boda son a oscuras para evitar desilusiones.

MASCARILLA

Está ya disponible la mascarilla que nos libra de tantos múltiples contagios. Con mallas de grafeno filtra el escándalo de tantos altoparlantes que nos imponen música mala o consignas peores. Una pantalla de cuarzo quita de nuestra mirada los edificios mal diseñados, los trajes horripilantes, los cúmulos de basura, los rostros vencidos por el odio o la desidia. Las malas posturas son peores que la fealdad de manera que la mascarilla impide divisarlas. Guantes protectores resguardan de las superficies ásperas o puntiagudas del desdén o del tedio. Tapones selectivos filtran palabras banales, argumentos falaces o tediosas conversaciones. Lectores informatizados desechan las malas noticias, las opiniones pésimamente escritas o la mediocre literatura. Su protección es tal, que impide advertir malintencionados o indeseables. Por fin estamos a salvo de lo detestable. Tampoco intentemos vernos al espejo con la mascarilla puesta: sus sensores profilácticos nos habrán borrado.

QUANTUM COMPUTER

Éste es el resultado de ponerse a jugar con los números. Para probar que la nueva computadora de quantum supera 8 veces elevadas a la décima potencia la capacidad y rapidez del ordenador convencional, se la aplica a decodificar las claves que protegen todos los importantes secretos que hacen importantes a personas o instituciones. Cuando digo todos es todos: desde los sobornos percibidos por la totalidad de los honrados candidatos hasta los depósitos de cada quien en los Paraísos Fiscales; desde la cuantía e identidad de sacerdotes paidófilos hasta la filmación de las cámaras de seguridad de las adúlteras en los moteles por horas; desde el expediente de crímenes de lesa humanidad de los estadistas hasta los balances desbalanceados de los imperios financieros; desde la cura del cáncer que las farmacéuticas ocultan porque los tratamientos inútiles son más rentables hasta los dividendos de comercialización de cancerígenos, desde los ingresos reales del complejo militar industrial hasta su traducción en vidas de mercenarios y asesinados. Pero las computadoras cuánticas, al igual que los quantos, padecen de incoherencia. En un mundo donde el secreto había dejado de existir para los de abajo, las claves de los secretos son divulgadas para todos, se democratiza la delación contra los de arriba, la revelación sobre los atentados de falsa bandera, los homicidios misteriosos, la mecánica del armamentismo y la verdad sobre el tráfico de la droga. Por no hablar de que la revelación de las claves de las cuentas ocultas permite la universal confiscación y redistribución de la riqueza. Como la mecánica cuántica presupone que un fenómeno puede presentar comportamientos contradictorios que lo caractericen a la vez como onda o como partícula, o un gato encerrado en un aposento puede estar a la vez vivo o muerto sin que sepamos cuál de estos efectos en realidad se ha producido, no conocemos si esta orgía de la verdad que todos sabían a) disuelve todas las instituciones y nos enfrenta a la libertad terrible b) no quiere ser percibida por la mayoría, por temor, por cobardía, por resignación de seguir siendo lo que nunca habían creído que serían en medio de la asfixiante peste de gato encerrado.

NO PRESENCIAL

Clases a distancia y administración a distancia y contacto a distancia vía redes sociales permiten que cada vez sea más posible la civilización no presencial en la cual finalmente sólo conocemos pantallas. De la agorafobia a la sociofobia no hay más que un paso que lleva finalmente a la autofobia que produce el poder percibir todos nuestros horrores sin que los demás nos distraigan.

FINAL

Al final tras la certidumbre de que la aplicación de todo proyecto resulta en lo contrario de aquello para lo cual fue formulado, se plantea imponer la dictadura más explotadora, opresiva, mentirosa y absurda por si resulta en su contrario. No tiene que esforzarse demasiado, es casi lo que la mayoría del mundo vive.

SUEÑOS

Sueña que ha vivido una realidad, y no sabe cómo interpretarla.

CURA

Se logra la cura contra la pandemia, ahora se investiga la cura de la cura.

LITERATURA

Hacer una literatura tan espantosa que la realidad parezca un alivio.

Tomado del Diario Últimas Noticias.



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Luis Britto García

Escritor, historiador, ensayista y dramaturgo. http://luisbrittogarcia.blogspot.com

 brittoluis@gmail.com

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