En tres partes nos dividimos los colombianos en Venezuela:
los respetuosos, los extraviados y los cínicos.
Son muchos los conceptos positivos y negativos, que podemos emitir sobre los colombianos residentes en este glorioso país, siendo los positivos, para describir a los respetuosos por lo obvio de su actitud y, a los extraviados, los que se parecen a muchos seres humanos de cualquier parte del mundo que no parece interesarle ni el frio ni el caliente pero que generalmente es la principal víctima de las acciones de los que si deciden, como hacen los “uribistas” que poseídos del cinismo más rastrero, viven en el país que odian y por ellos pagamos todos. Y son más los conceptos negativos que podemos deducir de los colombianos que “votan” por quienes los hicieron venir de su narcoestado, que parece ya no se acuerdan, y “votar” por Santos que es lo mismo que “votar” por Uribe, viviendo en el país del pueblo que desde hace mucho tiempo les tiende la mano y que respeta sus derechos humanos hasta el permitirles ser enemigos declarados del Presidente de los venezolanos puertas adentro de su propia casa.
Además de estar durmiendo en la propia cama de los venezolanos, en su propio territorio con esos descarados que nos encaran de frente anunciando su presencia, que aunque sólo son un puñado, en caso de algún conflicto con la Colombia de la oligarquía, serán estos la vanguardia ya “residente” dentro de nuestro territorio.
Ahora bien, son cientos de miles los colombianos inscritos para opinar con su voto en cualquier elección en Colombia, pero con la abstención de más del 80% estamos demostrando nuestro agradecimiento al comandante Chávez y al pueblo venezolano que nos tiende la mano. Cabe señalar en este espacio, que otros cientos de miles y quizás dos o tres millones, no nos inscribimos porque no confiamos en ninguna institución colombiana incluidas su Embajada y sus consulados. Y a propósito de esta inscripción, muchos colombianos creemos que ya es tiempo suficiente para que el gobierno venezolano escuche a todas las personas que exigen un censo a la población colombiana sin importar su status legal o ilegal dentro de Venezuela para saber dónde estamos, cómo estamos y quien es quien.
El atrevido cinismo de colombianos que apoyan a Uribe y a su medio pollo, viviendo en Venezuela, es la muestra palpable y democrática además de tolerante, de un proceso revolucionario que aun sabiendo el peligro que este fenómeno representa lo permite sin ningún obstáculo.
En mi particular caso, soy colombiano refugiado en este glorioso país y pregunto a mis cínicos y descarados paisanos de la Colombia “uribista y democrática”, de la Colombia de los “falsos positivos”, de la Colombia de las cientos de fosas comunes con miles de campesinos asesinados de las formas más atroces; a esos paisanos “uribistas” de la Colombia que tiene más de diez millones de sus hijos viviendo en el extranjero por su “seguridad democrática”; a los paisanos de la Colombia que mata a los maestros, periodistas, estudiantes, amas de casa y sindicalistas; a esos paisanos “uribistas” que también viven en Venezuela por alguna razón de su “democracia”. Yo les pregunto: ¿Cual es su verdadera labor viviendo en Venezuela? ¿Acaso en su Colombia “uribista” tienen un Mercal, un consultorio médico con medicinas gratuitas o un cardiológico infantil para todos los niños y aún para extranjeros incluidos niñas y niños colombianos? ¿Acaso la Colombia “uribista” les proporciona educación gratuita en todos los niveles? ¿Acaso la Colombia de esa hijueputa oligarquía les respeta sus derechos humanos? ¿No son testigos ustedes de los millones de asesinados en todos los gobiernos oligárquicos desde la independencia y serán más con el gobierno de su Santo uribista? ¿Ignoran acaso que Uribe, Santos, el clero, y el 80% de hombres y mujeres del congreso e instituciones públicas en Colombia, siempre han estado implicados con el narcotráfico, el paramilitarismo y toda clase de crímenes de lesa humanidad?
Y sobre todo les pregunto: ¿Qué hacen en Venezuela irrespetando a quienes les tendieron la mano cuando se vinieron buscando la paz que en su Colombia “uribista” no tienen y por qué carajos no se van? A muchos colombianos que agradecemos la hospitalidad y nos dan todo tipo de garantías y oportunidades en esta Venezuela chavista, revolucionaria y humanista, nos duele cuando algunos nos miran con desconfianza y recelos, pero en verdad, por ustedes, cínicos y descarados “uribistas”, nos desprecian con toda la razón. Pero le reitero a los venezolanos que la gran mayoría de colombianos, queremos esta patria revolucionaria y pueden contar con nosotros en caso de cualquier atrevimiento del imperio y esa lacaya oligarquía colombiana. Así como ese puñadito de serviles pueden ser enemigos puertas adentro de Venezuela, nosotros podemos ser la vanguardia de Venezuela puertas adentro de esa patria mancillada.
*Periodista
¡Patria socialista o muerte!
¡Chávez es socialismo!