Durante el primer gobierno de Caldera, un grupo muy reducido del alto gobierno y personas muy cercanas a la cohorte mirafloriana pudieron accesar a lo mas intimo de los restos de El Libertador y dicen que el ministro de la época mas cercano a Caldera y a su partido copei, no se aguantó, y solicitó a los propiciadores del acto que le dejaran ver a viva observancia de los inmortales despojos, la enjuta figura que dibujaba la inmortal osamenta.
Fue un acto semi escondido que tan solo pudo dejar en evidencia la exigencia de un privilegio que los viejos gobiernos y el poder económico político han dado a quienes acuden en cambote al cuido de los intereses mas excluyentes. Solo el gobierno revolucionario haciendo gala de un profundo respeto patrio y en un evento de profunda valorización a la dignidad de los venezolanos, pudo mostrar al pueblo venezolano y en cadena nacional de televisión el trasluz de un cuerpo óseo cuyas carnes en manos y pies, ya hechas componente de los tiempos geológicos, adelantaron la epopeya mas gloriosa de libertad de los pueblos de América.
Es la oportunidad inicial que da Chávez al noble pueblo de Venezuela en una acción de tan alta significación cuya honra constituye el más grande privilegio colectivo que esta generación de venezolanos pudo exhibir. Y el mundo todo observa extasiado tal acontecimiento. Y el pueblo amerindio llora otra vez a su líder. Es un lujo de gloria llorar otra vez a Bolívar, diría Neruda. Fue la emoción mas sagrada que pudo trasportarse por el nervio de Venezuela. Por eso, se pudo a través de la infinita claridad política y patriótica del presidente Chávez, hacer gala ante el mundo y en primera fila el pueblo venezolano, al presentar la muestra del memorable resto de una vida, corta en el tiempo, pero que pudo incrustarse en la conciencia del pueblo americano para continuar una lidia que al final dará el fruto eterno de la libertad de los pueblos.
n_lacruz@yahoo.com