Estimados Posibles Lectores:
Acabo de tropezar, en la Information Clearing House, con el testimonio de un soldado norteamericano que por su espontaneidad sintética quiero compartir con ustedes.
Alguna vez, amigos y lectores me acusan de ser anti-norteamericano. Creo que la lúcida exposición de este veterano, que sirvió en Irak, muestra por qué criticar la política del Gobierno de Estados Unidos es una muestra de simpatía por la gente de ese país. Es que el sistema de gobierno norteamericano no representa los intereses de la mayoría, ni los intereses nacionales; representa la voluntad de una minoría apátrida que aspira a imponer el dominio mundial de sus carteles económicos y su visión racista por encima de toda otra consideración. La primera víctima de ese uso parasitario del gobierno es precisamente el pueblo de los Estados Unidos.
En el momento en que el Sr. Uribe y el Sr. Obama buscan pretextos de guerra en Suramérica, es útil divulgar las lúcidas palabras de un testigo del engreimiento racista en la trágica ocupación de la Mesopotamia, la cuna de nuestra civilización.
Atentamente,
Umberto Mazzei
Tomado de http://www.informationclearinghouse.info/article26047.htm
Traté de estar orgulloso de mi servicio, pero todo lo que puedo sentir
es vergüenza
Un racismo que no puedes dominar es la realidad de la ocupación, es
sobre como ves la gente, los seres humanos
Yo siento culpa cada vez que veo a un anciano, como el que no podía
caminar y entonces trajimos una camilla y llamamos la policía iraquí
para que se lo llevara.
Me siento culpable cada vez que veo una madre con sus hijos, como la
que lloraba histéricamente y gritaba que estamos peor que Saddam, cuando
los sacábamos de su casa.
Me siento culpable cada vez que me veo a una muchacha joven, como la
que agarré del brazo y la arrastré a la calle.
Se nos dice que estamos combatiendo a los terroristas;el verdadero terrorista
era yo y el verdadero terrorismo es esta ocupación.
El racismo dentro del ejército ha sido durante mucho tiempo una herramienta
importante
para justificar la destrucción y ocupación de otro país.
Desde hace tiempo se usa para asesinar, torturar y someter a otro pueblo.
El racismo es un arma vital empleado por este gobierno.
Es un arma más importante que un rifle, un tanque, un bombardero o
un barco de guerra.
Es más destructivo que granadas de artillería, bombas contra búnkeres
o un misil Tomahawk.
Esas armas son creadas y poseídas por este gobierno, pero son inofensivas
sin personas dispuestas a usarlas.
Los que nos mandan a la guerra no tiene que apretar un gatillo, o enviar
una ronda mortal.
Ellos no tienen que pelear la guerra, sólo tienen que vender la guerra.
Ellos necesitan un público dispuesto a enviar a sus soldados en el
camino del peligro.
Ellos necesitan soldados que estén dispuestos a matar y ser matados,
sin preguntas.
Ellos gastan millones en una sola bomba, pero la bomba sólo se convierte
en arma
cuando los rangos militares obedecen la orden de usarla.
Ellos pueden enviar su último soldado a cualquier lugar de la tierra,
pero sólo habrá una guerra cuando los soldados estén dispuestos a
luchar.
Esa clase dominante, los multimillonarios que se benefician del sufrimiento
humano,
sólo se preocupa por invertir su riqueza para controlar la economía
mundial.
Debemos comprender que su poder reside sólo en su habilidad para convencernos
de que la guerra, la opresión y la explotación es de nuestro interés.
Ellos saben que su riqueza depende de su habilidad para convencer a
la clase trabajadora a morir por controlar el mercado de otro país.
El convencernos para matar o morir se basa en la habilidad para hacernos
creer que somos en algún modo superiores.
Soldados, marineros, infantes de marina, aviadores, no tienen nada que
ganar con esta ocupación.
La gran mayoría de las personas que viven en los EE.UU. no tienen nada
que ganar con esta ocupación.
De hecho, no sólo no tenemos nada que ganar, sino que sufrimos más
a causa de ella.
Perdemos extremidades, sufrimos traumas o damos la vida
Nuestras familias miran ataúdes envueltos en la bandera descendiendo
a la tierra.
Millones de personas de este país, sin servicio de salud, sin empleo
o sin acceso a la educación, ven como el gobierno tira 450 millones
dólares al día en esta ocupación.
Pobres y trabajadores estadounidenses son enviados a matar a pobres
y trabajadores en otro país y tan sólo para hacer a los ricos más
ricos.
Sin el racismo, tenemos más en común con el pueblo iraquí que con
esos multimillonarios que nos envían a la guerra
Tenemos que despertar y darnos cuenta de que nuestro verdadero enemigo
no es la gente que vive en tierras lejanas, esas personas con nombres
que no conocemos y culturas que no entendemos.
Nuestro enemigo es una gente que conocemos muy bien y podemos identificar.
El enemigo real es un sistema que hace la guerra cuando es rentable.
Nuestro enemigo es el jefe ejecutivo que nos quita nuestro trabajo si
resulta rentable,
las compañías de seguros que nos niegan la salud porque es rentable,
los bancos que se llevan nuestras casas cuando es rentable.
Nuestros enemigos no están a miles de kilómetros de distancia, están
aquí mismo, en casa.
Si nos organizamos y luchamos con nuestras hermanas y hermanos, podemos
detener esta guerra, podemos detener este gobierno, y podemos crear
un mundo mejor.
Si la tiranía y la opresión llega a esta tierra, será bajo la forma
de lucha contra un enemigo extranjero ... "La pérdida de la Libertad
en nuestra casa será atribuible a las disposiciones contra un peligro
real o imaginario desde el extranjero ... ", dijo James Madison