El Ecuador acaba de tener su “contrarrevolución”, prácticamente, días después del triunfo de la Revolución Bolivariana en elecciones legislativas para la Asamblea Nacional en Venezuela y días posteriores a una interesante noticia leída en la web sobre la posibilidad de que el Presidente Rafael Correa fuera a disolver la Asamblea Nacional de Ecuador. El Ecuador ha tenido su “30-S” cuando el Poder Popular y las Fuerzas Armadas Ecuatorianas, unidos, han expresado que no hay vuelta atrás en el proceso democrático que está impulsando el Presidente Correa. En Ecuador, por lógica táctica y estratégica, han comenzado las depuraciones que, seguramente, en su proceso, se conocerán verdades, involucrados, reacciones a favor y en contra de las depuraciones, las necesarias lógicas judiciales y la profunda reflexión del Presidente Correa y su entorno político para analizar varias realidades: cuál es la realidad real y objetiva del “presente revolucionario”; cuáles fueron las causas y consecuencias del golpe; quiénes estarían involucrados en el golpe, civiles y hombres en armas; realizar un análisis de los medios de información tres meses anteriores a la intentona; quiénes se expresaron sobre la “justificación” sustentada como razón de ser del golpe; quienes fueron los “ni-ni”; realizar a fondo la penetración, objetiva y real, de algunas expresiones de dirigentes de pueblos originarios y del porqué de esas expresiones seudo-ecologistas; realizar un análisis internacional de expresiones de apoyo a la constitucionalidad, al Presidente Correa, al proyecto revolucionario en los tiempos en que esas expresiones se manifestaron; según el supuesto liderazgo del líder de la intentona golpista quien, aparentemente, no tendría el liderazgo del Presidente Correa lo que nos llevaría a reflexionar si detrás de esta intentona golpista no se estaría desarrollando un “segundo golpe” como sucedió en Venezuela con el “Paro Petrolero”.
Estas podrían ser algunas interrogantes que se deberían responder pero, seguramente, hay otras variables, escenarios, razones y objetivos de las derechas, nacionales ecuatorianas y continentales, que buscarían y tratarían de erosionar al Gobierno del Presidente Correa frente a dos realidades que se han y están manifestando al sur del río Bravo como son las elecciones legislativas en Venezuela y el triunfo del PSUV consolidando la “democracia participativa” donde, valga el vocablo, participaron las derechas venezolanas alcanzando un número de curules que los obligaran bien a expresar su carácter democrático, bien a manifestar su carácter golpista; y, las elecciones dominicales en Brasil donde, según las encuestas, el triunfo de la izquierda brasileña estaría alcanzada. Además de las expuestas se deberían tomar en consideración las nuevas responsabilidades internacionales de la Presidenta Cristina Fernández de la Argentina; la denuncia expresada por el Presidente don Álvaro Colom de Guatemala sobre realidades sanitarias cuando población guatemalteca se vió sometida a experimentos sobre enfermedades venéreas cuando y donde habrá que identificar responsabilidades. Conjuntamente, se deben tener en consideración dos realidades objetivas a analizar en profundidad: el accionar de la OEA y la decisión de convocatoria a nivel de Presidentes de países miembros, en Argentina, de la UNASUR convocado por su Secretario General, Néstor Carlos Kirchner Ostoic. Desarrollando ambas actuaciones inmediatas anteriores como ideas propuestas a desarrollar tomemos en cuenta la urgencia de la convocatoria de la OEA con resultados “mild” y el firme apoyo de los Presidentes de países miembros de la UNASUR al Presidente Correa con dos realidades a considerar: la presencia de Presidentes de derechas latinoamericanas y la firme decisión de enviar a los Cancilleres de los países miembros a Ecuador a no solo expresar el apoyo y solidaridad con el Presidente Rafael Correa y su Gobierno y Revolución sino, así mismo, con el Poder Popular y las Fuerzas Armadas de Ecuador.
Ahora permítasenos especular sobre algunas consideraciones de orden político. La primera consideración es la decisión del Gobierno y pueblo ecuatoriano de denunciar la “Base de Manta”; en esta consideración deberíamos tomar en cuenta para su análisis tres escenarios: las consecuencias negativas para la Armada norteamericana sobre las costas del Pacífico; la actuación de la base “Soto Cano” en Palmerola en el desarrollo del “Golpe de Estado” contra el Presidente constitucional Manuel Zelaya de Honduras; y las bases colombianas con la presencia de “fuerzas armadas” norteamericanas plus los “paramilitares norteamericanos” (recomendamos la lectura: http://english.aljazeera.net/news/americas/2010/10/201010117237790858.html) Desarrollemos las propuestas sugeridas.
En términos de geoestrategia y de geopolítica, la base de Manta en Ecuador sobre las costas del Pacífico –utilizando un compás- era de “alta prioridad” para las Fuerzas Armadas norteamericanas; producto de la decisión ecuatoriana, el Pentágono se ha visto en la necesidad de “negociar” bases sobre el Pacífico en Panamá, Perú y Colombia (se deberían tomar en consideración las realidades en “pleno desarrollo” en el Mar del Este de China sobre el golfo de Bohai con costas en China y la península de Corea; las realidades de las rutas marítimas en el Mar del Este y del Sur de China; los movimientos de las Armadas pro-occidentales de la Región; el nuevo misil chino anti-portaviones; la presencia de la Armada norteamericana en Filipinas; la geopolítica del Asia y el Pacífico en la actual coyuntura mundial de crisis del capitalismo; las realidades de la ASEAN y las “carantoñas” norteamericanas con el Gobierno de Vietnam: http://www.state.gov/secretary/rm/2010/09/148344.htm); la crisis del dólar y las decisiones legislativas norteamericanas por la relación “valor del yuan” y la “balanza comercial” bilateral China-EEUU de América; en este orden de ideas, deberíamos tomar en consideración que acaba de pasar por el Canal de Panamá un buque de bandera china que representa un record de cruce para buques mercantes de China. Las negociaciones del Pentágono han conllevado el lógico rechazo en los presentes tiempos de repudio a la presencia militar norteamericana en suelos patrios lo que ha traído, conjuntamente, el rechazo a las políticas norteamericanas en lo que Washington considera su “patio trasero” y la reacción en los pueblos al sur del río Bravo de la expresión de su dignidad histórica.
La decisión de Washington conjuntamente con la OEA de no solo apoyar el golpe contra el Presidente Manuel Zelaya –Honduras- sino de su demostrable participación ejecutiva, en el caso de los EEUU de América, y de decisiones “gelatinosas” de la OEA bien denunciadas por quien en los actuales tiempos es diputado al Parlatino, Roy Chaderton Matos, han tenido consecuencias profundamente negativas tanto para los EEUU de América como nación, para el Presidente Barack Obama y su política post-Trinidad, para la Secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton como representante de las políticas del Vicepresidente Biden y, lógicamente, para el Pentágono en las sociedades al sur del río Bravo realizando, los centros de análisis norteamericanos, consideraciones equivocadas cuando creyendo que las derechas latinoamericanas aún mantiene el poder sobre los pueblos latinoamericanos; quizás, prueba de ello ha sido la declaración de reciente fecha de la Secretaria Clinton sobre las responsabilidades norteamericanas en los sucesos denunciados por el Presidente don Álvaro Colom de Guatemala quien al reconocerlo, la Secretaria Clinton, le da un carácter que consideramos que es un importante “step forward” en y hacia las futuras relaciones continentales si, al unísono, Washington comienza a objetivar las realidades latinoamericanas y sus políticas regionales en el marco de las históricas relaciones continentales.
El tercer escenario a considerar en función únicamente referido a procesos de “golpe de estado” en la Región serían las presencias tanto de ejércitos oficiales como paramilitares norteamericanos en Colombia. En ese orden, es sintomática la decisión del Presidente JM Santos de su presencia en la reciente convocatoria de la UNASUR; ello tiene un muy profundo significado que podría interpretarse como que las derechas latinoamericanas católicas estarían marcando espacios con respecto a las derechas protestantes norteamericanas excepto por aquel grupo cercano que gira alrededor del Partido Popular Español y José María Aznar y sus colegas ideológicos latinoamericanos.
El golpe de estado en Ecuador, el triunfo del PSUV en las elecciones legislativas en Venezuela, el probable triunfo de las izquierdas en Brasil, la decisión ejecutiva del Secretario General de la UNASUR, la incorporación de las derechas democráticas latinoamericanas a favor de las democracias, representativas y participativas, las movilizaciones populares en el continente suramericano, la continua información de TeleSur sobre el desarrollo del golpe de estado en Ecuador con rebotes en todos los medios de comunicación más importantes del mundo incluyendo los twitteros norteamericanos han demostrado la capacidad real de las realidades políticas, sociales e ideológicas que están en “pleno desarrollo” en todo el continente americano. El golpe de estado y su proceso en su desarrollo conjuntamente con las variables arriba mencionadas, particularmente, las reacciones de los Presidentes y de las sociedades deben ser una muy importante lección tanto para los gobiernos y pueblos al sur del río Bravo como para el Gobierno de los Estados Unidos de América por diferentes razones, variables y paradigmas. En el primer conjunto, se deberá profundizar en la “conciencia de los pueblos”; mientras que en el segundo conjunto, es una importante oportunidad del Gobierno del Presidente Barack Obama para que reforme su política exterior hacia los países al sur del río Bravo y/o enfrentar la “decadencia del Imperio” cual podría acelerarse hacia escenarios internos de seria gravedad y contradicciones sociales.
En ese orden, el Gobierno del Presidente Barack Obama deberá reconocer que hay un nuevo orden político continental que incide en sus particulares relaciones con los países latinoamericanos. Deberá reconocer que las “división del trabajo” tanto continental como a lo interno de los EEUU de América están en plena restructuración profunda. Deberá reconocer que la relación producción-costos en el siglo XXI es profundamente diferente a la que se desarrolló durante todo el siglo XX. Deberá reconocer que las sociedades latinoamericanas producto de políticas de educación, salud, información veraz que se han desarrollado, apenas, en la primera década del siglo XXI, gracias y con la colaboración de Cuba, han tenido un impacto objetivos en las clases más populares. Deberá reconocer que la crisis del capital ha traído como consecuencia pobreza, desempleo, suicidios, “homeless”, salud, incluso, hasta “Tea Party” que producirá una ola de reacciones que nada las podrá sostener y que nadie puede decir cuáles serán sus consecuencial. Deberá reconocer que hoy la América Grande y Digna no es aquella de aquel famoso libro del “mexicano con sombrero”.
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