Revolución
es sinónimo de cambios radicales de estructuras, desechar lo viejo
e ir construyendo con el esfuerzo colectivo un nuevo orden económico,
político y social. Las Revoluciones están en continuo movimiento,
en constante revisión. Toda Revolución es perfectible en el espacio
y tiempo, pero lo único que no debe hacer una revolución es ir pareciéndose
al orden económico y político anterior depuesto. Por aquí nos hemos
cansado de repetir que la economía marcha mucho mas lento que la política.
Y el hacer énfasis en “Lo Político” dejando a un lado “Lo Económico”,
puede convertirse en un problema sin solución alguna y retrotraernos
al pasado que obviamente es mucho peor que el presente.
La política económica
de un país es algo muy serio, esta materia no puede tratarse con generalidades,
con antiguas recetas, con ejemplos de otros países etc. Cada país
tiene sus características propias económicas, y lo que hay que hacer
es revisar, planificar y ejecutar con valentía y arrojo, las políticas
económicas que sean necesarias en un marco de transformaciones revolucionarias
y que estas acciones sean para el logro de satisfacer plenamente las
necesidades de las grandes mayorías. Cuanto de esto falto durante la
llamada cuarta republica. Cuanto despilfarro económico. Cuantos petrodólares
se desaparecieron en proyectos mal ejecutados y en otros engavetados.
Cuantas medidas del Fondo Monetario Internacional ( FMI) fueron desempolvadas
para ser aplicadas en el país, incrementando la pobreza y la corrupción..
Ahora en tiempos de Revolución
pareciera que la “Mano Peluda” del FMI, BM, OMC, vuelven con ímpetus
renovados, y sacan de sus viejos archivos llenos de polvo y telarañas,
viejas recetas neoliberales para ser aplicadas en Venezuela. Impuestos
regresivos, que afectan a los mas desposeídos o al ciudadano común
asalariado de Quince y Ultimo. Debemos estar claros, la burguesía nacional
se ríe de esos impuestos, sus economistas y administradores saben como
hacer trampas a la hora de las declaraciones económicas, sin olvidar
que los industriales recargan sus precios para satisfacer las demandas
del estado, pero con esto “requetejoden” al consumidor, que debe
pagar doble tributación es decir al estado y a los industriales.
Una Revolución si es verdadera no puede al pueblo clavarle en el lomo
“las banderillas” de medidas neoliberales y empobrecedoras.
Los muchos economistas,
y muy buenos que hay en el Proceso venezolano saben que estas recetas
añejas, para recaudar fondos y buscar paliar la grave situación económica
de un país, al final se revierten como un boomerang. Ejemplos hay en
el mundo. Recordemos que nosotros somos un país petrolero, con un barril
que oscila entre 70 y 80 $ de promedio, con un presupuesto nacional
basado en 40 $ por Barril. ¿Entonces?, Que ocurre. Realmente estamos
quebrados, 200.000 damnificados hacen ver la otra cara de la moneda.
Venezuela no ha sido
capitalista nunca, aquí se montó una economía parasitaria rentista
con ribetes de paternalismo de estado, donde unos pocos disfrutaban
de las mieles del oro negro y un resto de mas del 80 % sucumbía en
la miseria. Capitalismo en Venezuela, ¿Donde?, Alguien busque si encuentra
el desarrollo tecnológico y el aumento de la capacidad productiva de
la fuerza del trabajo. ¿Donde está ese desarrollo, que como todos sabemos
el capitalismo se ufana de crear? En ninguna parte, nuestra economía
es un fenómeno, donde ni siquiera algo tan elemental como la oferta
y la demanda se cumple como precepto teórico y practico. En fin vivimos
en tiempos de Revolución, y no es posible que en vez de dar un salto
cualitativo, estemos viendo como hacemos para parecernos más a la Cuarta
Republica.
Saludos cordiales, RAS, Siglo XXI