¿Y la violencia israelí?

Las potencias imperiales dominantes se muestran como defensoras de los derechos humanos y muy preocupadas por situaciones de violencia como la existente actualmente en Libia, donde prácticamente se desarrolla una guerra civil con todas las consecuencias que ésta acarrea. Es esta preocupación la que lleva, supuestamente, a la decisión de las Naciones Unidas de intervenir militarmente en dicha nación y así reducir el derramamiento de sangre. Sabemos todos, aunque algunos lo escondan en forma hipócrita, que el interés no es realmente éste, sino inmiscuirse para actuar a favor de las fuerzas contrarias al gobierno de Gadafi y garantizar de esa manera que, el resultado final, cualquiera que sea, las encontrará en las mejores posiciones posibles para proteger y garantizar sus intereses económicos y políticos en Libia y en el resto de la región.

Para la ONU, la OTAN y EEUU, las víctimas producidas por la acción de Gadafi son la excusa para sus acciones imperialistas, lo cual queda claro cuando comparamos esta actitud con la ausencia de preocupación por las víctimas palestinas ocasionadas por el Estado genocida de Israel. Y no quiero oír el cuento de que el gobierno israelí se defiende de los ataques palestinos, pues lo mismo podría decir el líder de la revolución verde en Libia, así como el Presidente, supuestamente reelecto, de Costa de Marfil. Además, el poder de fuego entre quienes, defendiendo su territorio, utilizan armas caseras contra Israel está pero muy distante del poder de uno de los ejércitos mejor armado, entrenado y financiado del mundo.

Y, para muestra basta un botón. Recientemente, un supuesto ataque palestino dejó como resultado a un joven israelí gravemente herido, pero la respuesta militar sionista asesinó a una veintena de palestinos y dejó heridos de consideración a otros tantos. Ya antes se había producido un ataque devastador contra Gaza durante 22 días, con bombardeos de casas, escuelas, hospitales, mezquitas, fábricas y hasta de edificaciones de la ONU, que dejaron un mil 300 muertos, principalmente niños y mujeres, y en el que se utilizó fósforo blanco, conducta que horripiló al mundo entero. Estas acciones se producen a pesar de que las Naciones Unidas han condenado varias veces a Israel y le han ordenado cesar los ataques militares, detener la ocupación de territorios palestinos, paralizar los asentamientos y respetar los derechos humanos de la población y de sus prisioneros de guerra. Nada ha sido acatado por el Estado israelí.

Pero, ante estas situaciones, ni EEUU ni sus aliados europeos deciden emprender una acción militar que evite tamaños desafueros; tampoco lo hace la ONU, ni la OTAN. Todo lo contrario. La ayuda estadounidense a Israel fluye grandemente en forma permanente. El actual holocausto palestino llegará a ser superior en víctimas al holocausto judío ocasionado por los nazis. Israel sin percatarse se destruye a sí mismo con esta conducta.


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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

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