La reciente victoria militar de las legítimas fuerzas armadas sirias sobre el estratégico bastión mercenario-terrorista de Al-Qusair, provincia de Homs, Siria, ubicada cerca de la frontera con Líbano, en parte gracias al oficial apoyo prestados a los militares sirios por parte de la resistencia libanesa del Hezballah, presagia el trágico paradero de todos los traidores y terroristas apoyados por Estados Unidos, Europa e Israel.
Informaciones manejadas por muchos analistas del conflicto sirio y medios de difusión reconocen que miles de mercenarios apoyados por Occidente y sus aliados (Estados Unidos, Europa, Turquía y las petro-monarquías de la región) se habían desplegado en la estratégica ciudad de Al-Qusair, por donde accedían a las armas enviadas por EE.UU. e Israel a través de Líbano y que eran distribuidas a todos los grupos terroristas en las zonas aledañas. Otras informaciones ya muy divulgadas por todos los medios expresan que las fronteras con Turquía, y especialmente la ciudad de Alepo (a escasos kilómetros de las fronteras turcas), es el último bastión de importancia con el que cuentan los grupos mercenarios takfiristas apoyados por Occidente.
Luego de esta victoria del ejército sirio en Al-Qusair, su gobierno se ha propuesto ahora a concentrar todas sus fuerzas para la reconquista del último bastión estratégico terrorista de Aleppo, también utilizada para el tráfico de armas y mercenarios venidos de varios países extranjeros, muchos de estos de origen no árabe entre los cuales se encuentran paquistaníes, afganos, chechenos, kosovares y de países europeos. El propio ministro británico de Exteriores, William Hague, ha confesado ante los medios que actualmente existe “un número sustancial” de ciudadanos británicos luchando en Siria junto a grupos extremistas y terroristas contra el gobierno del presidente Bashar al-Asad. Hague reconoció que esto ha incidido en el aumento del extremismo en el país europeo, lo que se considera una amenaza contra la seguridad nacional del Reino Unido, tanto en la actualidad como en el futuro*. Tanto el ministro Willam Hague como todo el reino y sus aliados europeos poseen un gran dolor de cabeza y ruegan porque sus mercenarios no vuelvan a casa, puesto que estos volverían con mucha más experiencia de guerra lo que sería un peligro incontrolable.
Otras informaciones aun más alarmantes que la expresada por el ministro britanico Willam Hague, son las dadas a conocer por el diario alemán “Die Welt” que reveló un hecho bien conocido por muchos. Según el mismo diario que toma informaciones de la inteligencia alemana dice “que el porcentaje de los que llevan la nacionalidad siria en el llamado “Ejército Libre” no supera el 5%, mientras que el índice más grande lo constituyen los grupos fundamentalistas procedentes de Libia y los países de África y que vinieron a Siria para la llamada “yihad”, con apoyo oficial de los Estados del Golfo Árabe. El diario citó un informe oficial que incluye los números precisos sobre las nacionalidades de los combatientes del “Ejército Libre” y sus concentraciones en varias zonas de Siria**.
Los avances de las tropas sirias han generado un efecto dominó que ya ningún medio extranjero puede ignorar ni seguir ocultando.
Según datos de la OTAN publicados por el diario The World Tribune, el presidente sirio, Bashar Al Assad, está ganando la guerra mercenaria apoyada desde el extranjero, y lo hace con el apoyo del 70% de los sirios. Según expresa el diario “Tras más de dos años de guerra en Siria, el apoyo popular al Gobierno de Bashar Al Assad ha aumentado de manera considerable. Al Assad está ganando porque el pueblo coopera con él en contra de los rebeldes”***.
¿Serán estas las razones que han desconcertado a muchos líderes europeos que hoy buscan limpiar sus manos por lo que hoy ocurre en Siria?
Por su parte Estados Undios. continúa jugando con su política de doble rasero a la que han estado acostumbrados por mucho tiempo. Mientras manifiestan en reuniones públicas con Rusia (Kerry-Lavrov) estar “interesados” en la búsqueda de salidas políticas al conflicto en Siria, pretendiendo también lavar sus manos por sus relaciones con los terroristas salafistas-takfiristas ligados a Al-Qaeda, al mismo tiempo mantienen la entrega de armas e información de inteligencia y logística a los mismos y azuzan a sus lacayos miembros del Consejo Nacional Sirio en el extranjero a mostrarse desinteresados por la Conferencia de Ginebra en las que se plantearía un posible proceso democrático que incluya en Bashar Al Assad o algún miembro del partido Baaz como candidato en unas futuras elecciones en Siria****.
La insistencia en falsa excusa esgrimidas por Estados Unidos sobre el supuesto “uso de armas químicas por parte de las fuerzas armadas sirias”, que repite el mismo guión utilizado por George W. Bush contra Irak para justificar la invasión estadounidense en el año 2003, podría terminar por aplazar la conferencia de paz estimada a celebrarse en Ginebra a finales de julio y hundir a Siria en un conflicto de desgaste interminable donde no faltarán armas ni mercenarios para ese fin.
Dependerá de la resistencia del pueblo y ejercito sirio y de la ayuda que prestan los países y movimientos de resistencia aliados a Siria para hacer que los mercenarios pro-occidentales muerdan el polvo de la derrota para obligar a Estados Unidos aceptar sin remedios una salida política negociada.
Fuentes:
** http://sana.sy/spa/213/2013/
*** http://actualidad.rt.com/
****http://actualidad.rt.com/