La masacre del pueblo palestino, los planes de desestabilización de América Latina y los ataques contra el gobierno del Presidente Maduro forman parte de la expansión mundial del capitalismo y de la defensa de los intereses de la poderosísima yunta sionista – anglosajona que pretende controlar el mundo.
Tal como lo señala Thierry Meyssan en su trabajo ¿Quién es el Enemigo?: “El objetivo del sionismo nunca fue «salvar al pueblo judío dándole una patria» sino hacer triunfar el imperialismo anglosajón asociando los judíos a esa empresa”. La creación de un estado judío fue planteada durante el siglo XVII en la Inglaterra de Cromwell y retomada en 1917 por este país y los EEUU, luego de que Gran Bretaña y Francia se repartieran la administración del Medio Oriente. Pero no fue sino hasta 1948 cuando el poder sionista logró que se formalizara la creación del Estado de Israel en las NNUU, punta de lanza para desalojar a los palestinos de su territorio y controlar la zona.
La dominación de Nuestra América tomó distintos caminos, pero tuvo y tiene los mismos objetivos: someter la región a los intereses del gran capital. Lo cual hoy, en el caso de la región, se traduce en obstaculizar los procesos nacionales de desarrollo autónomo y en revertir los esquemas soberanos de integración, y en el caso de Venezuela, en recuperar el control de los ingresos petroleros y en impedir cualquier avance hacia el socialismo.
En este contexto, acompañar al Presidente Maduro es hacer Patria. Maduro no la tiene nada fácil. Acosado por el imperio, tiene que encaminar el país hacia el socialismo, enderezar entuertos de larga y corta data, transformar nuestra Venezuela rentista en un país productivo, sostener los logros sociales, transferir poder al pueblo, combatir la corrupción, la violencia y el narco tráfico potenciados por el enemigo, y combatir la guerra económica y el contrabando de extracción fomentados por nuestra burguesía y las mafias colombo – venezolanas.
Apoyar a Maduro es salvar la oportunidad de construir la Venezuela socialista, es avanzar en la unión latino caribeña, es contribuir con la liberación de otros pueblos y con la consolidación de un nuevo equilibrio geopolítico mundial.
Apoyar a Palestina es humano y revolucionario
