El Proceso – Aporrea; No. 3; 2006-03-19; Fernando Key Domínguez
LA “SEGURIDAD NACIONAL” DE LOS ESTADOS UNIDOS ES UNA AMENAZA PARA LA SEGURIDAD DE TODOS LOS DEMÁS PAÍSES DEL MUNDO: No hay más alternativa que planteárselo de esta manera, después de escuchar decir el orate residente en la Casa Blanca que “Estados Unidos se reserva el derecho de atacar a cualquier país donde considere se apoye al terrorismo, antes que la amenaza se materialice”, es decir, que ratifica la “doctrina de la guerra preventiva”. También dijo que “después del 11 de septiembre, el mundo no es el mismo”. Bueno, siempre hemos pensado que los cinco mil muertos de los atentados contra las torres del WTC y el pentágono, le han servido de mil maravillas a la mafia neoconservadora de la Casa Blanca para “justificar” todas las políticas de agresión que han perpetrado desde entonces. No hay duda tampoco en cuanto al precio que han cobrado en términos de venganza por esos cinco mil muertos, cuando un cálculo muy modesto no podría fijar las víctimas iraquíes y afganas en menos de trescientas mil, y eso sin contar las que dejó aquel otro 11 de septiembre mucho más sangriento que el del 2001, el que el imperio planificó y apoyo en 1973 contra el Presidente Salvador Allende. Pues sí, el 11-09-2001, le vino al dedillo al imperio para pergeñar su nueva “cruzada” contra el resto del Mundo, la “guerra global contra el terrorismo”. Además, les aportó un “nuevo enemigo” después de haberse quedado huérfanos de ese “elemento de primera necesidad” para “justificar” sus políticas armamentistas y de agresión. Hacia los años cuarenta del siglo pasado, comenzaron a hablar de “la amenaza comunista”, y teniendo como base la lucha anticomunista cometieron múltiples desmanes a lo largo y ancho del planeta. Pero, lamentablemente los errores y la corrupción acabaron con la Unión Soviética y se derrumbó el bloque comunista, lo que les permitió sentirse dueños del Mundo, aunque con la grave carencia de no contar con una “amenaza creíble” contra la cual pudieran desarrollar una nueva cruzada. Inventaron entonces la “lucha contra el narcotráfico” sin que les resultara muy convincente que digamos, ya que es hasta risible considerar simples pandillas de delincuentes en los términos de un peligro para el Mundo. Ah, pero llegó ese “tan oportuno” atentado contra las torres del WTC, y se produjo el “parto de los montes”, la “victimizada” administración Bush inventó la “lucha global contra el terrorismo”. A partir de ese momento contaron con una nueva patente de corso para agredir a los demás países, como antes lo había sido la “lucha anticomunista”. Como antes habían agredido a Vietnam, Guatemala, Cuba, Chile y Grenada, para “salvarlas del comunismo”, ahora invadirían a Irak y Afganistán en aras de la “guerra global contra el terrorismo”. Pero detrás de toda esta mascarada retórica de la “seguridad nacional”, de la “lucha anticomunista”, de la “cruzada contra el narcotráfico”, de la “guerra global contra el terrorismo” y de la “expansión de la libertad y la democracia”, sólo hay un objetivo, la dominación de las demás naciones, la hegemonía mundial, el control de las fuentes de energía y el apoderamiento de todos los recursos del planeta. Dentro de este miserable cuadro político transcurren los días de una Humanidad cuya seguridad global está sometida a lo que decida una pandilla de plutócratas dueños de un inmenso poder, en nombre de su exclusiva “seguridad nacional”. Es aquí cuando se hace necesario tomar conciencia del inmenso peligro que para el resto del Mundo representan los Estados Unidos y una “doctrina de la seguridad nacional” con la cual se arrogan “el derecho” de pasar por encima de todo aquello que consideren como “un peligro”. Bajo tal “óptica”, todos podemos ser calificados como peligrosos y sufrir las consecuencias, pero, dentro de la más elemental lógica de equidad, todos tenemos iguales derechos a la seguridad, siendo inaceptable que una parte del Mundo se apropie de la condición de tener una “seguridad nacional” que avasalle al resto de los seres humanos. Se plantea, entonces, para la Humanidad, la insoslayable obligación de hacer valer esta premisa y desenmascarar la manipulación que los gobernantes de los Estados Unidos hacen de su “seguridad nacional”.
EL IMPERIO AL ASALTO DEL PLANETA. En todos los frentes imaginables arremete la pandilla neoconservadora de
EN SU PLAN HEGEMÓNICO, ESTADOS UNIDOS NECESITA IMPEDIR EL SURGIMIENTO DE OTRA POTENCIA EQUIPARABLE, Y POR ESTA RAZÓN PRETENDE CONTENER A CHINA Y RUSIA. Esto se lo planteó el cónclave neoconservador encabezado por Bush, Cheney, Wolfowitz y Rumfeld después del derrumbe de
INTEGRACION COMO ESTRATEGIA REVOLUCIONARIA Y FRAGMENTACIÓN COMO ESTRATEGIA IMPERIALISTA. Bien cerca vemos ambas estrategias, mientras el Gobierno Bolivariano trabaja en función de la multipolaridad geopolítica mundial y de crear bloques regionales, el imperio actúa en función de fragmentar países unidos por un acerbo cultural e histórico común. Así, vemos cómo al trabajo integrador de
Y CONTINÚA LEVANTÁNDOSE EN EL MUNDO UN TSUNAMI ANTIIMPERIALISTA QUE TERMINARÁ BARRIENDO A LA CANALLA EXPOLIADORA. Cuando vemos que en Bolivia llega a la Presidencia Evo Morales, en El Salvador gana el Frente Farabundo Martí la Alcaldía de la capital con Violeta Menjíbar, en Haití René Preval obtiene la Primera Magistratura en contra de las maniobras gringas, en Perú Ollanta Humala puntea las encuestas por encima de la fascista Lourdes Flores, en México marcha arrolladora la candidatura de López Obrador mientras las protestas populares arremeten contra el infame “foro” montado para propiciar la privatización del agua, en Nicaragua el Frente Sandinista se apresta a recuperar los espacios arrebatados por la vendepatrias “sociedad civil” aupada por el imperio, en Ecuador las protestas contra el hambreador TLC hacen tambalear al blandengue gobierno de Alfredo Palacios, y cuando dentro del mismo territorio estadounidense arrecian las protestas contra la invasión a Irak, en fin, cuando el Mundo entero se convulsiona, no podemos menos que sentir la poderosa acción de las fuerzas transformadoras y la más profunda motivación de arreciar la lucha antiimperialista. Este es el momento histórico que nos ha tocado vivir con nuestra Revolución Bolivariana cumpliendo un papel trascendental, y nos corresponde dedicar el máximo esfuerzo para contribuir a la derrota final del imperialismo en todas sus manifestaciones, llámense ALCA, TLC, OMC, capitalismo, neoliberalismo, secesionismo, manipulación mediática, “sociedad civil”, oposición lacayuna, o la que venga. Hasta la próxima, compatriota, camarada, amiga, amigo. Patria y soberanía, antiimperialistas y antisecesionistas por siempre…!!!