¡Por Dios, majunche cuando no! Te tengo que encontrar otra vez. Oír tus acotaciones filosofales de porque la revolución que vivimos no sirve, suenan como cansonas.
Oír otra vez tus doctas estupideces y tu falta de conciencia de clases es un suplicio. Ver como defiendes a los empresarios que no cumplen es verdaderamente patético.
Ver tu sonrisa de triunfo con la amenaza de los yanquis es vergonzoso. Te imaginas que ya existen solamente bombas para matar chavistas.
Si eres estúpido, si vienen los gringos saldrás tan perjudicado como todos nosotros y lo peor del caso es que pides que sea así para quitar los que tú estúpidamente piensas que te someten.
Hasta cuando te prestas para ser un simple peón de los lacayos del imperialismo. Te veo en los estudiantes de los liceos que se prestan para armar disturbios, en los habitantes de los sectores más pobres que agreden a los chavistas en defensa de Leopoldo, Capriles o María Corina, en los que hablas y hablas sin parar en las busetas atacando lo mas mínimo hecho por el gobierno.
Te encuentro en los cafetines, en las ventas de periódico, agresivo, mordaz y violento. ¿Qué te pasa?
Tú que nunca serás considerado “gente” por la oligarquía pro imperio, tú que no eres para los yanquis sino materia desechable. Tu que para esa gente eres solamente “el perraje”, te sientes gente en las elecciones de los partidos de la más amplia godarría.
Es triste la posición que asomas y lo peor es que tengo que oír tu pobre perorata cada vez que te veo. Das lastima cuando aplaudes una supuesta invasión para que regresen; y seguro peor; los que un día no muy lejano en la IV república casi te esclavizan.
Eres agresivo y crees que debemos aguantarte con tus apreciaciones y lo peor es que hablas de respeto y no respetas.
Te refieres a las colas, al acaparamiento y a la guerra económica como si supieras lo que verdaderamente son. Hablas de la falta de producción pero no entiendes que si hay tantas marcas de cerveza y licores debería haber harina para arepas y papel toallet.
En tu propia ignorancia hablas y hablas y no te das cuenta que tus apreciaciones son producto de repetir como loro lo que tus amos del norte dicen como el cuento de que todo es culpa de “los Tupamaros”.
Todo lo que huela a revolución te da asco y tú le das asco a los oligarcas y simplemente te usan para que sigas hablando paja.
Bueno amiguito, seguiremos oyéndote y agradece que estas en Venezuela y hasta tus peroratas y agresividades tienen aquí cabida. Pero no te confundas…