La afirmación que titula este artículo la hizo de manera despreciable, miserable y entreguista el exgobernador del Zulia Oswaldo Álvarez Paz, en el foro “Realidades y Perspectivas Económicas de Venezuela”, organizado por Copei en el auditorio de la Facultad de Derecho de LUZ.
Este infeliz personaje, imbuido y embebido de todo el rancio fascismo de la derecha racista y clasista y que siempre está acompañado de un efluvio que emana sus permanente estado, utiliza el púlpito del “sagrado recinto universita” formador de cuadros de derecha, para vaciar sus entrañas, instando a viva voz no solo al desconocimiento del estado de derecho imperante, sino a realizar temerarias acusaciones sobre el gobierno, vinculándolo directamente de financiar y avalar el terrorismo, entre otras “evidencias” para buscar la coartada que justifique la acción que se dio en Grenada y Panamá. Lamentablemente, por nuestra permeabilidad, no somos el Vietnam somos la Bolivariana Venezuela de contradicciones.
Y pregunto ¿hasta cuando el gobierno, los políticos revolucionarios y los funcionarios del estado, mencionados por este bellaco permiten que a cada momento se les injurie, se les acuse, se les destruya moralmente y no exista una respuesta adecuada en lo moral y judicial hacia este individuo y otros, que actúan como el? ¿Hay razones para no hacerlo? ¿Para este apátrida que avala públicamente la intervención extranjera de nuestra tierra, nadie tiene siquiera una rosa para darle por lo menos con un pétalo? Que desazón da cuando en otrora los espacios de las universidades nacionales la derecha extrema ni se asomaba porque era tierra prohibida para sus andanza y vemos ahora contra natura, que lo mas reaccionario se ha instalado dentro de ella y sobre todo sabiendo que desde ahí se está gestando gran parte de este golpe de estado continuado, que busca un desenlace fatal, literalmente hablando.
Y ya dejemos de justificarnos ante los gringos. Ya dejemos de comer casquillo sin dar una respuesta adecuada. Ya dejemos de movilizarnos eventualmente y mantengamos en permanente movimiento. Ya dejemos de convocar el Gran Polo Patriótico solo para elecciones y después al pasar estas, arrojarlo aun lado.
La fortaleza y consolidación de cualquier emprendimiento esta en la unidad organizada de manera permanente y amplia, sin sectarismo ni imposiciones y con mensajes claros, no solo en las acciones de contingencia o esporádicas. El “manual” que nos dejó el camarada Comandante Chávez es muy claro en estas circunstancias y el compañero presidente Maduro ha sido incisivo en esto. Tenemos muchas razones válidas y tangibles no solo para defender este proceso, sino para corregirlo y preservarlo. Creo que es así, sino estoy perdido en un laberinto.
Sin el legado de Chávez no hay Revolución y todos somos Chávez en esta Revolución.
