Por guerra social entendemos la lucha permanente y continuada que mantienen las clases sociales del caso, y en el nuestro se trata de la lucha entre la burguesía con sus servidores incondicionales y el resto del proletariado en general[1].
En este tipo de guerra es usual el saltatalanquerismo unilateral, o sea, cuando un proletario se suma a la cusa de sus explotadores[2]. Estos son los casos de los trabajadores, profesionales y técnicos que resultan privilegiados como trabajadores, con inclusión del personal tradicionalmente llamado doméstico y artesanal casero. Estos trabajadores, profesionales, técnicos, domésticos, artesanos caseros y pequeños patronos o comerciantes menores y buhoneros, son quienes observamos hasta en las curules de nuestra Asambleas Legislativa, al punto de que en situaciones como la actual, frente al Presidente Obama, son incapaces se sumarse abiertamente la defensa del país que se ve amenazado porque su guerra social logra sobreponerse a la posible guerra ordinaria que podría sobrevenir entre EE UU y Venezuela que es su patria.
Es que aun sin pitiyanquismo, el escuálido por sí mismo desprecia las personas que hasta ayer fueron excluidos por la clase burguesa que hoy se halla en minoría política, porque a la guerra ordinaria o militar se yuxtapone y hasta puede sobreponerse la lucha social, el odio latente entre personas que pudieran estar cerrando filas contra un tercero[3].
[1] El racismo es una variante de esa misma guerra social porque se da también entre explotadores y explotados; con el agravante de que hasta muchos proletarios de color blanco asumen posturas racistas.
[2] Este tipo de fenómeno nos viene de la Colonia, de cuando los primeros realistas llegados al país ya conquistado y colonizado se erigieron en una suerte de casta conformada por encomenderos y burócratas administrativos aduaneros y hacendísticos-por cierto, de esa casta de burócratas nos viene toda esa corrupción que hoy sigue campando, y también todo ese "odio" o desprecio que observamos entre la gente opositora al gobierno actual hacia las personas y compatriotas que están siendo beneficiadas y sacadas de la miseria en que se hallaban sumidas por los ex amos del poder que estuvieron brillando durante y hasta la 4ta. República con privilegios gozados desde hace sus buenas 5 generaciones.
[3] Las guerras sociales no sólo se dan entre nacionales, sino que también las observamos entre naciones que pudieran ser víctimas comunes de las grandes potencias.Esto explica por qué todavía la América Latina, hoy deslastrada de atavismos coloniales con Venezuela a la cabeza como país caudillo, sigue con rémoras de países como Chile, Colombia, Perú.