Someterse por omisión o cobardía al Decreto Ejecutivo del Presidente Norte Americano, (Barack Hussein Obama) que prevé medidas sancionatorias contra La República Bolivariana de Venezuela, sería tanto como echar al baúl del olvido la historia rebelde, epopeyica y heroica que por mas de 500 años se ha protagonizado en este territorio de la Abia-yala del Sur, (nombre originario del continente de donde somos parte). Sería sin duda alguna como si nos olvidáramos de la bravura y gallardía de Guaicaipuro que ofrendo su vida y la de los suyos en resistencia al invasor y depredador imperio español, sería obviar que el Gran Mariscal de Campo Don Francisco de Miranda, tiene su nombre grabado en el Arco de Triunfo de París, pero aún más, tendríamos desgraciadamente que llegar a la conclusión que el 19 de abril de 1810 o el 5 de Julio de 1811 e igualmente la Batalla de Carabobo (1821) nunca sucedieron en este espacio geográfico y humano que la sociedad de naciones del planeta tierra conoce con el epónimo de República Bolivariana de Venezuela.
Quedarse en silencio cómplice en esta hora en que el imperio anglosajón pretende humillar lo más sagrado de la Patria, como es la Independencia de Venezuela que ha costado sangre, sudor y lágrimas de generaciones de hombres y mujeres que con su ímpetu y resistencia fueron forjando la nacionalidad y gentilicio de la venezolanidad, es como si la lucha y gesta de la revolución Federal de Ezequiel Zamora, quien derroto a la oligarquía terrófaga allá en Santa Inés (1859) y/o de la revolución Restauradora del nacionalista Cipriano Castro, quien con coraje patrio se planto con dignidad ante el insolente invasor europeo (1902), no hubiese acontecido en los anales de la historia venezolana.
Dejar de reaccionar como corresponde ante este adefesio jurídico emanado de un presidente de un Estado o Nación que no es nuestra amadísima Venezuela, es tanto como carecer de sentido de aprehensión y pertenencia ante el concepto y principio del hilo conductor de lo que todo ser humano asume como Patria (pedacito de tierra donde late nuestro corazón) de la que se es parte ineludible y por tanto indivisible, sería o mejor dicho: es ser apátridas (seres humanos que carecen de sentimiento Patrio, a quienes les importa menos que un bledo el pedazo de territorio donde sus progenitoras les parió, sujetos que son proclives a renegar e incluso a vender mercenariamente su país al mejor postor).
Comportarse en esta época como avestruz, al considerar que esa ley extraterritorial del gobierno estadounidense sea inofensiva o inexistente, es muy peligroso para el principio de autodeterminación de los pueblos, ya que sería tanto como aceptar o permitir, que un gobierno de un Estado que no es el propio de uno, venga a gobernar y ejercer acciones administrativas, jurídicas y políticas que van en contra corriente al principios de no intervención en los asuntos internos de nuestra Republica Bolivariana de Venezuela.
Necesario es, por dignidad y derecho humano desmontar la versión de quienes han querido ridiculizar y esconder la verdad respecto a lo grave que traer consigo el referido decreto de la oposición anti democrática que comanda desde la Embajada Norte Americana el propio Barack Hussein Obama, que está concebido para seguir aliñando la estrategia a veces solapada o abierta de todos aquellos acontecimientos que han estado enmarcados dentro del plan concebido de golpe continuo contra el primer gobierno dado por el pueblo y para el pueblo; y del cual el gobierno de los Estados Unidos y las grandes Corporaciones del petróleo y fabricantes de armas para los perros de la guerra; hoy por hoy insisten en salir de la revolución Chavistas, por la vía que sea; para entonces éllos, volver a poner sus garras de águila imperial y colocar en Miraflores a los apátridas que les permitan adueñarse otra vez del Petróleo, que desde hace unos 10 años paso igualmente, después de 100 años a manos del pueblo Bolivariano, como su único y legitimo dueño, conquista revolucionaria que el imperio y sus lacayos no conciben que siga sucediendo; he ahí entonces la razón única y verdadera del Decreto Del Lucifer del Norte que acusa a Venezuela de ser “Una Amenaza Extraordinaria e Inusual para los Estados Unidos de Norte América”