Las señales en política son muy significativas para el devenir de los pueblos, por eso es importante que los líderes interpreten dichos signos con la finalidad de evitar errores futuros. La historia nos da muestra de esto.
Durante el Imperio Romano, muchos fueron los consejeros que le advirtieron a Julio César del peligro que corría durante la marcha de su casa hasta el senado. Allí se discutiría la campaña contra los partos. Hasta su esposa Calpurnia tuvo un mal presagio que no fue atendido por el dictador y pontífice máximo, por no ser supersticioso. Lamentablemente muchas de las señales no fueron interpretadas por el triunfador de las Galias, hasta que al llegar a la Curia del teatro de Pompeyo fue vilmente asesinado a puñaladas por Bruto, en un complot donde estaba comprometida la corrompida oligarquía romana.
El 25 de septiembre se cumplen 187 años del atentado contra el Libertador Simón Bolívar (uno más de los diecinueve de los que fue víctima). Asalto dirigido por Pedro Carujo, al lado de otros conspiradores civiles y militares, entre ellos Francisco de Paula Santander y acaecido en Bogotá en el palacio de San Carlos en 1828. Por fortuna el Libertador salió airoso de este intento de magnicidio gracias a la actuación valiente de Manuela Sáenz. Debo revelar que desde hacía tiempo la dama aludida constantemente le advirtió al insigne caraqueño los peligros que representaba Santander para Colombia. Quizás la intuición femenina le permitía interpretar las señales emanadas por el felón neogranadino. De seguro que, si Simón le hubiese hecho caso a las señales la Conspiración Septembrina no sería parte de la aciaga historia de Suramérica. Por esto y por mucho más, una vez retirada Manuela de los agites de las guerras, compartiendo su soledad y el exilio en una modesta casa de Paita (Perú), decidió bautizar a sus perros con el nombre de los tres grades traidores de su amante: Páez, Paula y Padilla (las tres pes). Con el perdón de los canes.
En política son muchas las señales enviadas o que aparecen en el escenario, lamentablemente los líderes no le hacen caso o no saben descifrarlas. Es el caso de la Segunda Guerra Mundial. Todos los presidentes y primeros ministros europeos sabían del plan armamentista de Hitler. El estoicismo de ellos permitió que la fabricación y almacenamiento de armas estuvieran dirigidos hacia un plan universal y guerrerista. Entre tanto, el congreso francés le negó al ejecutivo la posibilidad de un crédito para la fabricación de pertrechos bélicos, en previsión de un enfrentamiento con los germanos. Del mismo modo, ante el temor de los europeos occidentales de la propagación del comunismo soviético por Europa se hicieron la vista gorda ante la ocupación nazi de Polonia y de Checoslovaquia. Ciertamente las señalas no fueron interpretadas y las nefastas consecuencias de esta conflagración están descritas en periódicos, libros y videos de la época.
La posesión de un país de millones de barriles de petróleos dentro de sus entrañas, lamentablemente parece ser un peligro para sus pobladores; una mala señal. Se necesita estar lejos del planeta para no interpretar las pistas enviadas por el imperio y por los avaros centros financieros-energéticos. No es una coincidencia que sean las naciones árabes productoras y exportadoras de petróleo y gas hoy, después la segunda guerra mundial, estén sumidas en el más grave caos, es el caso de Irak, Libia, Siria, Afganistán y Yemen. Esta anarquía es consecuencia de las invasiones de los poderosos ejércitos de EEUU y la OTAN, en su afán de robarles las riquezas a los hijos de Mahoma. Actualmente, no solo la zona del norte de África esta sufriendo los embates de la guerra y del terrorismo creado por los usurpadores, también Europa es víctima de un problema humanitario generado por sus líderes. Los malvados no supieron interpretar las señales enviada por Moamar Gadafi quien advirtió a EEUU y a sus aliados que, de ser derrocado, los grupos islamistas apoyados por los agresores tomarían el poder y el Mediterráneo se convertiría en un infierno. Los miles de refugiados provenientes de norte de África y que continuamente llegan a Europa en busca de una esperanza es la secuela del desconocimiento de las señales.
Tengo la impresión que el mundo está dirigido por sicópatas y ladrones, a quienes los importa un bledo los millones de muertos y la destrucción de civilizaciones enteras. Vemos como constantemente se vulneran los derechos humanos, los cuales son pisoteados y casi suprimidos por los capitalistas; observo con estupor como la ley de la vida es escupida e injuriada; azotada y bombardeada; el robo descarado convertido en legal, el asesinato en mérito y el terrorismo en ley.
Los venezolanos debemos aprender a interpretar señales para que los acontecimientos no nos agarren desprevenidos. Al igual que Libia, Irak, Siria, Afganistán y Yemen, somos un país petrolero con la mayor reserva de crudo del planeta. No es coincidencia que existan varios frentes por medio de los cuales constantemente estamos recibiendo feroces ataques: todos los días la prensa mundial propaga noticias falsas sobre la situación venezolana; los diarios, la tv y la radio colombiana, junto con sus aliadas de EEUU y Madrid están lanzando una inhumana y mendaz campaña mediática sobre los sucesos en la frontera colombo-venezolana; los medios internacionales pretenden actuar como juez sobre el juicio de Leopoldo López, poniendo en evidencia los intereses económicos que hay detrás del terrorista y asesino convicto; el presidente Granger de Guyana se mantiene alebrestado por el apoyo de la Exxon Mobil e intenta desconocer la convenciones y los compromisos diplomáticos en su afán de atacar a Venezuela; el gobierno de los EEUU, a través de altos funcionarios, emite opinión perjudicial sobre todo lo que hace el gobierno en materia política, judicial, diplomática y económica…entre tantos de los ataques que ha sufrido y que actualmente padecen los venezolanos. Son las señales.
Los jerarcas de la iglesia católica no se quedaron atrás con relación a las acometidas contra la Revolución Bolivariana. Nunca falta un ensotanado emitiendo la cólera santa y el odio teológico contra cualquier resolución que tome el gobierno del presiente NM. Se hacen los ciegos y los mudos ante los resultados de las misiones, de los curas pederastas, ante los abusos de los colegios católicos con lo que respecta al pago de la inscripción y mensualidades de los(as) estudiantes; a las contribuciones que hace el gobierno a las instituciones religiosas; a la remodelación y construcción de iglesias para que los curas le saquen provecho... Pero abren bien los ojos y la bocota para que la lengua incandescente y sacrosanta de los obispos critiquen todo lo que hace el gobierno. Tengo la certeza que yo, con mi ateísmo hereje le hago menos daño a la iglesia que los curas con su lenguaje nocivo y contrarrevolucionario.
Los venezolanos debemos estar preparados e interpretar las señales que nos manda el imperio. Por fortuna los revolucionarios saben combatir hasta dentro del cráter de un volcán, rodeados de ardientes llamas, pisando terreno movedizo que amenaza hundirse bajo sus plantas y combatir dentro del ojo de un huracán embestidos por las tormentas imperiales… esta fue la enseñanza de nuestro comandante Chávez.
Recordemos: somos el país con mayores reservas de crudo, la Revolución Bolivariana no es vasalla del imperio, diariamente recibimos despiadados ataques de los agentes capitalistas…son las señales...estamos en la mira, no nos dejemos sorprender.