"Que no se puede confiar en el imperialismo, pero ni tantito así, nada…" CHE GUEVARA
Esta afirmación fue hecha ante el pueblo de Cuba el año 1961 por Ernesto "Che" Guevara, recordando la intervención belga en el Congo y el asesinato de Lumumba, expresión más vigente hoy que nunca y expresa una línea de conducta más que clara.
Intervención del mismo tenor que asedia a la Venezuela, socialista, bolivariana y chavista en los actuales momentos, por pretender ser libre y soberana. Durante esa misma alocución el Che decía: "La bestialidad imperialista, bestialidad que no tiene una frontera determinada, ni pertenece a un país determinado". …"Porque es la naturaleza del imperialismo la que bestializa a los hombres, la que la convierte en fiera sedienta de sangre, que están dispuestas a degollar, asesinar; a destruir hasta la última imagen de un revolucionario, de un partidario de un régimen que haya caído bajo su bota o que luche por su libertad".
Esa bestialidad imperialista, bestialidad que no tiene una frontera determinada hoy encarnada en el secretario general, Luis Almagro, quien presentó un informe sobre Venezuela con la intención de solicitar la aplicación de la Carta Democrática contra nuestro país, durante la sesión de la OEA de este jueves 23 de los corrientes, y que contó con la venia de representantes de 20 países miembros, mientras que 12 votaron en contra a este debate y 2 se abstuvieron; seguro por presiones desde el poder imperial a los débiles del concierto de naciones miembros de la OEA. Importante aclarar, que con esto solo se aprueba la discusión más no la aprobación de la aplicación de la "Carta Democrática" para lo cual se requieren dos tercios de los votos. Vale la pena destacar, que esta decisión tuvo lugar, horas después de que se diera la reunión del Presidente Maduro con el sub-secretario estadounidense de Asuntos Políticos de América Latina, Thomas Shannon, donde acordaron avanzar hacia una "agenda bilateral basada en el respeto mutuo a la soberanía", y no terminó siendo otra cosa este encuentro, que una artimaña distraccionista para darnos una puñalada trapera. Nos estaría diciendo hoy el Ché, si viviera: se los dije, "Que no se puede confiar en el imperialismo, pero ni tantito así, nada…".
La bestialidad de Almagro no tiene límites. Pero las y los forajidos apátridas nacionales menos aún. Poco les importa que esa bota imperial mancille nuestro suelo patrio, con tal de salir de la revolución socialista, bolivariana y chavista; aun cuando, en esa huella que deje el trepidar de los insolentes soldados imperiales, quede aplastado nuestro pueblo junto con los sueños y esperanzas de ser libres por siempre; con tal de mal repartir el botín con los neo-colonizadores-invasores. La historia los condenará por traidores.
Cifro mis esperanzas en el pueblo latinoamericano, por su puesto, y muy especialmente en el mayoritario pueblo venezolano. Sabios por demás. Quienes asimilamos muy bien ese aprendizaje que nos legó ese gran bolivariano, nuestro comandante Hugo Chávez, de que el mayor bien que hemos logrado es nuestra verdadera independencia y sin ánimos belicistas, porque somos amantes de la paz, quiero terminar esta esquela, con otra expresión del colega y camarada Ché Guevara en carta de despedida a sus hijos, que también expresa una línea de conducta más que clara: "Nuestra libertad y su sostén cotidiano tienen color de sangre y están henchidos de sacrificio." No se equivoquen. Aquí hay un pueblo que le sobran muchas cosas …y también muchos ovarios y cojones.
