Venezuela siempre ha sido un país pacífico, lo que no quiere decir que sea una nación que tenga capacidad para vulnerarse asimisma y someterse a designios de terceros, como pensaron en el pasado que podían hacer con su población y lo que trajo como consecuencia una guerra que lideró nuestro Libertador Simón Bolívar.
Desde que se tenga conocimiento, desde que llegaron los enviados de reinado español, es de reiterar que siempre fueron recibidos en paz, mucha curiosidad y hasta si se quiere simpatías hacia los visitantes. Pero luego, muchos de ellos abusaron de nuestros habitantes primitivos y, como es de esperarse, comenzaron a recibir respuestas. Y en estos momentos, con sus variantes, tenemos una orquestada y preparada situación que aspira a herirnos de nuevo.
-Un país pacífico que aboga por la paz y unos agresores que sueñan con despojarnos de nuestras riquezas naturales y someternos cual esclavos como en el pasado hicieron con los africanos e indios aborígenes. ¡No hay nada nuevo! Y la búsqueda de la paz –hay que decirlo- la reiteró el presidente Maduro al decir en 2015:
“Nosotros queremos paz, convivencia. Y sabremos conquistarla. Nuestra victoria siempre será la paz, siempre será la soberanía, la independencia, siempre será la dignidad, estar de pie, dignos todos, jamás de rodillas a ningún imperio…” Un mes después, el líder venezolano vuelve a hablar de paz:
“Nosotros no somos una nación agresora que interviene en asuntos de otros pueblos. La única vez que han salido de esta tierra soldados a otras tierras del continente ha sido para unirse en la lucha contra el imperio español y para liberar a nuestros hermanos pueblos de Suramérica, para así entregarles su tierra y su Patria para que la funden en una república como lo hicieron hace 200 años. Es la única vez”.
Y de hecho, la mayoría de los venezolanos sigue el camino de la paz y rechazando, al mismo tiempo, la actitud violenta de la Derecha criolla y su padrinazgo de la Derecha estadounidense.
Y mientras Venezuela y los demás latinoamericanos y caribeños andan en la ruta de la paz, los agresores no pierden el tiempo para seguir exhibiendo sus dientes, amenazando una vez más, ignorando a su propio pueblo –una parte al que nosotros extendemos nuestras manos-, aunque se sabe que, como escribió el profesor Fernando Bossi en su libro “Estados Unidos Vs. Derechos Humanos”, su clase media se desvanece.
Según un “…estudio sustentado en datos del Departamento de Censo de los Estados Unidos, 1,7 millones de personas cayeron en la pobreza en el 2002 y los ingresos de las familias disminuyeron, principalmente en la población negra”. Pero hay mucho más porque los niños y ancianos en EE.UU viven e condiciones de pobreza muy graves. Por otro lado, no se puede dejar de mencionar que un 21,4 % de los hispanos viven en la pobreza, mientras el porcentaje de anglosajones pobres estaba – hace años- en 7,8%.
“La democracia estadounidense ha sido – escribió Bossi- ha sido siempre la de los ricos. Durante los comicios de 20’02, un 95 por ciento de los escaños en la Cámara de Representantes y un 75 por ciento de los del Senado fueron adjudicados a los candidatos que más gastaron en la campaña presidencial”.
Solo hay que apreciar que el ingreso de los más ricos de ese país, es decir, el 1 por ciento de la población -como citó Bossi- creció 157%, de acuerdo a una información del economista Paul Krugman, de la Universidad de Princeton, y quien añade que “…más allá de las cifras, el gobierno toma decisiones que favorecen a los más ricos, a costa de la clase media y de los pobres”. Se entiende así que, para la Derecha Corporativa que gobierna a Estados Unidos, la población no tiene importancia para ellos sino para lo que les sirve.
