Como supo decir el Sócrates de América, Simón Rodríguez y eso parece ser el principal debate en EE.UU hoy día.
El Maestro y filósofo de América, Simón Rodríguez, supo decir –en su tiempo- que “la enfermedad del siglo es una sed insaciable de riqueza”, sin embargo, se quedó corto porque la denominada sed insaciable de riqueza es la que continúa, siglos después, y se está viendo en los actuales momentos en las elecciones que son realizadas en los Estados Unidos, para ver quién se queda gerenciando o jefaturando la famosa Casa de las Mentiras.
Y no se le dice Casa de las Mentiras porque se le ocurre a alguien calificar a la gerencia de ese país de esa manera, sino porque han mentido de tal manera sus líderes, que ya no les abochorna que los tilden de falsos.
Sus corporaciones (políticas, financieras, bancarias, industriales, militares, medios, transportes, construcciones, de servicios, tecnológicas, etc.), mienten para enmascarar y a la vez disfrazar las realidades, como lo hacen –ayudados por sus medios de comunicación actuales- y vender ante el mundo una gigantesca obra teatral en la que suelen venderse como los principales protagonistas e invencibles y adorables paladines.
La Casa de las Mentiras no es una creación nueva, es una derivación del absolutismo que gobernó a Europa durante siglos, reinados de individuos y /o familias que vendían a los pueblos ignorantes las versiones de que Dios les había dado el poder de gobernar y gente que se dejara gobernar y que jamás habría de cambiar, que deberían ser esclavos para siempre.
Esa concepción de la vida y del poder absoluto, es la que manejan los imperios y por eso ese penoso y lamentable escándalo que quedó abierto en las elecciones estadounidenses de este finales de 2016, el cual ha puesto en evidencia que lo que priva, como decía el Sócrates americano, Simón Rodríguez, es esa enfermedad virulenta de la sed insaciable de riqueza y que hoy conocemos como ese insaciable capitalismo, que el Papa Francisco que coloca en el centro de la vida al "dios del dinero" y no al ser humano.
Ese insaciable capitalismo, con su Casa de las Mentiras, fue el que destrozó a Irak, Libia, mantiene en guerra a Afganistán Somalia, Siria, tiene una industria militar próspera desde el punto de vista de la ganancia de dinero, ahorca a Cuba, emplea similar conducta frente a Venezuela, siembra de bases militares el mundo entero y corrompe a personas que tienen el alma desgastada para así emplearse a fondo con sus cientos de invasiones.
El máximo sacerdote católico “lamentó que se destinen grandes sumas de dinero para salvar a entidades bancarias con problemas pero, en cambio, no se invierta "ni una milésima parte para ayudar a refugiados e inmigrantes que huyen de sus países de origen y mueren en el Mar Mediterráneo durante su travesía”.
Y ese escenario delineado para “salvar” la vida a bancos y demás entidades financieras, para facilitar los grandes negocios, fue algo que recién hizo el presidente Macri de Argentina al cancelarle una millonada de dólares a los manejadores de los fondos buitres y otra maliciosa intención de ese salvaje capitalismo, es el que se trata de implementar Temer en Brasil o como el que se hace en Paraguay, donde se despoja de sus tierras a los campesinos para entregarlas a las ávidas corporaciones.
Los ciudadanos de las distintas naciones de Centroamérica, Suramérica y el Caribe están siendo testigos de la conducta desenfrenada del capitalismo y sus líderes actuales. Afortunadamente, hay ciudadanos que están despertando con más velocidad y consciencia que otros y siguen deslastrándose de los vicios del capitalismo –como el show de este día con las elecciones de USA- y por eso la lucha de las conciencias contra las armas tiene validez hoy día, pese a las mentiras y obras de teatros que el capitalismo suele montar.