Los perros que mueven la cola

El perro, una subespecie de lobo, es quizáses el primer animal que debió ser domesticado por el hombre para cumplir diversas funciones entre las que puedo señalar el pastoreo, la caza, la vigilancia o simplemente de compañía o custodia de algún ser humano o estrictamente como mascota. Existen casi 800 especies o razas de canes con comportamientos diferentes que, sin duda, cualquiera de estos puede ser domesticado.

El perro posee características muy sorprendentes como es el desarrollo del olfato, patas fuertes para poder correr de prisa largas distancias, una cola móvil que le sirve para comunicase por medio de la cual expresa la sumisión, la alegría y la emoción. Los perros, contrario a los humanos no traspiran, cuando estos tienen calor no pueden refrescarse sudando, en vez de hacerlo abre la boca y jadea. Por ser una raza domesticada, es decir que, por estar amansado, parte de la voluntad de estos animales depende de quién lo adiestra, quien actuará como su amo. Una de la característica más resaltante de estos animales es su fidelidad y lealtad ante el amo que lo alimenta, lo acaricia, le da órdenes y lo pasea para crear vínculos afectuosos entre el dueño y el animal.

Aparte de todas las noblezas  del perro, este animal, a pesar de su inteligencia, no puede discernir sobre las actuaciones buenas o malas de su amo o dueño. La fidelidad de este animal hacia su propietario no obedece a la mala o buena conducta de este, es decir, el can es fiel a su amo, independientemente que este sea un santo, un rico, un malvado, un avaro, un policía, una niña, un ladrón, un menesteroso, un ministro, un presidente, un indio, un negro, un rubio, un árabe,un pordiosero, una francesa, una reina…y esto se debe a la gratitud de este animal hacia su protector.Al can le es indiferentela clase social y de las actividades del amo(a) dentro de la sociedad; en otras palabras el perro no es racista ni segregacionista. Por todo lo anterior se dice coloquialmente que el perro “es el mejor amigo del hombre”.  

Uno de los grandes errores de los seres humanos es que, con frecuencia,para denigrar de su enemigo utiliza como un adjetivo la palabra perro; “fulano de tal es un perro” o “zutanita es una perra”.Pareciera que este calificativo fuera el peor epíteto que podría utilizarse para ofender a un adversario. En verdad, si uno busca la razón de tal comportamiento de la gente e indaga cuales son los aspectos negativos de estos animales, no encuentro alguna conducta malignaquelos desvalorice. En tales casos podríamos pensar que si fulano es un perro, podría interpretarse como que aquel es un ser fiel, leal, amigo, inteligente, desprendido, integracionista…entre tantas cualidades que no las poseen la generalidad de los seres humanos.
Recién leí en la prensa y escuché las palabras de presidente del Perú Pedro Pablo Kuczynsky para referirse a los pueblos de América, como unos canes que mueven la cola feliz con su amo y otros, como los de Venezuela, a quientildó “de un perro echado que se porta mal”, es decir, que nuestros coterráneos no le menean la cola a su dueño.

Lo anterior puede tener diversas interpretaciones, una de esta que nuestro pueblo no tiene dueño y por lo tanto no tiene que menearle la cola a nadie.Es decir, permanecemos echados porque no somos un pueblo sumiso y no tenemos amo.Y eso de portarse mal depende del sistema de referencia, entre perros lameculos uno que no lo haga es calificado de irreverente.

No creo que existan pueblos fieles y leales a sus dueños como los perros, tal como lo señaló el presidente del Perú. Lo que existen son presidentes y políticos que se esmeran actuar como los perros, es decir menean el trasero ante las órdenes de su amo como muestra de lealtad y fidelidad. Estas dos cualidades han sido preponderantes en los dictadores impuestos por los gobiernos norteamericanos en todo el orbe planetario. Indudablemente, en agradecimiento Augusto Pinochet, Alfredo Strossner, Hugo Banzer, Rojas Pinilla, Marcos Pérez Jiménez, Fulgencio Batista, Anastasio Somoza, Leonidas Trujillo, Leopoldo Galteri, Ríos Montt, Manuel Noriega, Rafael Videla…entre otros, debían menearle el trasero al presidente norteamericano de turno por haberlos colocado y mantenerlos en el poder. Esto permitió que las empresas yanquis saquearan los países donde gobernaban sus “perros fieles” con la certeza que tales dictadores recibirían de las manos de su amos una buena tajada.

Modernamente los dictadores a la antigua pasaron de moda, ahora los políticos y presidentes tienen una nueva forma de demostrarle a sus amos del norte su lealtad y su fidelidad. De nuevo el Departamento de Estado de USA domesticó a una insólita jauría de perros fieles y leales, por lo tantoya no son necesarios los dictadores al estilo de los nombrados. La nueva manada se esconde detrás de la democracia representativa y del modelo neoliberal. Es por esto que con frecuencia observo con estupor, a una cáfila de “perros fieles y leales” meneándole el trasero a su amo, a cambio de conseguir la nominación presidencial con la ayuda del domesticador.  

Es sorpréndete la cantidad de políticos centro y suramericanos que ya están amansado, con elpropósito de ofrecerle a sus amos del norte un gobierno neoliberal y en el peor de los casos, derribar los gobiernos progresistas a cambio de recibir de manos de su amo una buena tajada. Esta rebanada podría ser el acceso a la presidencia, un curul en el congreso, un ministerio, un cargo en la ONU o en Banco Mundial…En caso de lograrlo, que importa menearle el trasero a su amo en el momento que lo necesite.Los perros fieles siempre están a la disposición de su amansador.
Los perros fieles y leales abundan en el planeta, pero disfrazados de políticos y presidentes. Nada les importa echarse en la alfombra de la oficina oval de la Casa Blanca en espera del mendrugo que el presidente de los EEUUle pondrá en la boca.

No sé qué es lo que le pasa a mi pensadora pero cuando imagino a los perros fieles y leales me viene una pavesa con la cara de Almagro, de  Pablo Kuczynsky, Macri, Temer, Santos, Peña Nieto, Rajoy, Ramos Allup, Julio Borges, Lilian Tintori, María Machado, Leopoldo López, Capriles Radonski…una verdadera jauría domesticada en expectativa del bocado para menearle el trasero a su patrón.

Venezuela tiene un solo dueño y este el pueblo venezolano que no está dispuesto a menearle el trasero a ningún déspota autoritario que aspira apoderarse de los recursos de este país. De igual modo, la alfombra de la Casa Blanca siempre estará a la disposición para que los perros fieles y leales perpetuamente permanezcan echados y obedientes,batiendo el trasero de alegría y sumisión en alerta de la migajaque vendrá de la mano de su amo, el amansador. Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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