Para el jueves 18 de mayo está previsto el encuentro entre D. Trump, el Presidente gringo, con Juan Manuel Santos de Colombia (http://bit.ly/2r5xSkI).
Será una peligrosa reunión de 60 minutos en la que se cocinaran cosas muy tenebrosas contra los pueblos de América Latina y especialmente contra la Venezuela bolivariana que lidera el Presidente Nicolas Maduro, sometida a una infernal terapia imperialista de destrucción mediante la guerra económica y el grotesco golpe blando.
Formalmente la reunión tiene una agenda con dos puntos centrales: el proceso de paz con la guerrilla de las Farc cuya implementación supuestamente ha recibido un apoyo presupuestal del fisco norteamericano equivalente a los 400 millones de dólares, y el tema de los cultivos de coca, los cuales se han incrementado, abaratando los precios de la cocaína en los mercados mundiales, con consecuencia bastante dañinas por el ingreso de consumidores de capas populares adictas al crack y el bazuco. Serán más millones de sopladores en las capas sociales más bajas.
Pero la almendra de la reunión, obviamente, será Venezuela y los avances del plan contrarrevolucionario para destruir y abolir las conquistas populares alcanzadas durante el gobierno del Presidente Chavez y del actual mandatario Nicolas Maduro.
Trump y Santos son dos reconocidas fichas de una oligarquía criminal que sabe poco de escrúpulos y dispuesta a todo para impedir que el pueblo de Venezuela salga adelante en su objetivo de superar el saqueo imperial de la riqueza petrolera y construir una democracia avanzada con plenos derechos políticos para las grandes mayorías.
Santos llega a la cita con pasos previos y movidas bien calculadas, propias de su estilo matrero y felón, para acelerar el colapso del Estado venezolano y el derrumbe del gobierno de Maduro.
Hace algunos años, el Presidente Colombiano, presionado por la crisis desatada por el oscuro y delincuencial periodo de Uribe Vélez dio un giro para declararse el “mejor amigo” de Chavez. Cambio sorpresivo cuyo único objetivo era despejar las enormes presiones desatadas desde la frontera binacional causadas por el descarado intervencionismo del régimen parapolítico uribista.
Hoy, calcula el señor, los vientos y los recursos son otros.
Venezuela bolivariana es insoportable, es una anomalía que se debe extirpar a como dé lugar.
De nuevo gran actividad en las 8 bases militares imperiales ubicadas estratégicamente en territorio colombiano para operar y agredir a todo vapor. De nuevo militarización y paramilitarización de la frontera con Venezuela.
A fondo la guerra económica y la ofensiva mediática de Paracol, Semana y El Tiempo.
Alerta, pues, el pueblo venezolano y su dirigencia política con esta reunión en Washington. Una cumbre guarimbera para acelerar el fin de la revolución socialista bolivariana, con guaya incluida.
Con Santos no hay para que irse con rodeos o por atajos. Se le debe enfrentar con toda la contundencia de la voluntad popular revolucionaria.
Esta semana ocurrirán grandes manifestaciones y acciones populares contra el régimen de la Casa de Nariño. Maestros, trabajadores estatales, madres comunitarias, jueces, pobladores del Chocó, de Buenaventura (en el Pacífico), cocaleros, campesinos, movimientos de derechos humanos, ciudadanos inconformes con Bolardo Peñalosa, el alcalde Bogotano y otros grupos sociales iniciaran grandes movilizaciones de repudio a las estrategias neoliberales y de exigencia de cumplimiento de acuerdos desconocidos por las camarillas oligárquicas.
Además, la sociedad civil está en movimiento a raíz de las dificultades por las que atraviesa el proceso de paz con las Farc. Santos hace trampa, incumple, quiere renegociar los consensos e imponer paquetes regresivos en los diversos temas consensuados para poner término a una prolongada guerra civil que aún mantiene zonas en agudo conflicto por la falta de voluntad politica en los diálogos con el ELN.
El pueblo de Colombia necesita el apoyo internacional en estos momentos críticos de su historia, en que debe enfrentar el peor de los gobiernos plagado de saqueos, robos a los presupuestos públicos (Reficar, Saludcoop, Regalías petroleras y mineras, en construcción de dobles calzadas, en las contrataciones agrarias fraudulentas, en la salud de los maestros); responsable de un sistemático plan para acribillar líderes sociales (van casi 200 en los últimos meses) y asesinar los guerrilleros ubicados en las Zonas Veredales transitorias; y promotor y protector de una clase politica lumpenesca.
Los colombianos saben de la enorme capacidad solidaria de la Venezuela bolivariana. Durante décadas, su Estado ha dado acogida generosa a millones de ciudadanos que han debido abandonar sus familias, sus tierras, sus trabajos, sus viviendas por causa de la violencia desatada por la criminal oligarquía dominante en Colombia.