El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, actúa al margen del derecho internacional al intentar desconocer la autodeterminación de los pueblos, es decir, a decidir sobre el sistema de gobierno que prefieren las naciones, es decir, a la libertad y a su soberanía.
Trump, guerrerista y fascista, actúa como un forajido al intentar doblegar a los pueblos de Nuestra América. Nuevamente agrede a Cuba y Venezuela como lo hizo ayer contra México.
Hoy como ayer, nuestros pueblos están en pie de lucha contra el imperialismo, que quiere hundir sus garras en nuestras patrias para saquear sus riquezas naturales y recolonizar nuestros pueblos.
Bajo el supuesto que en Cuba y Venezuela no hay democracia ni libertad y que existen "presos políticos", Trump arremete con un verbo fuera de lugar, de contexto, pretende dar órdenes y lecciones democráticas cuando en su país asesinan a afrodescendientes con entera impunidad y han mantenido por 35 años a un verdadero preso político, al patriota de Puerto Rico, Óscar López Rivera, recientemente dejado en libertad.
Nada ha dicho este presidente forajido de las acciones terroristas y actos vandálicos en Venezuela, que han dejado cerca de un centenar de muertos, de atentados a la propiedad pública y privada, asaltos a centros meternos infantiles y guarderías infantiles, acoso a centros de trabajo y persecución a mujeres y hombres por su condición social y política.
Trump arremete contra dos pueblos hermanos, amenaza con invasión y da carta blanca a grupos terroristas para que actúen contra la libertad y la soberanía.
Cuba y Venezuela no están solas, cuentan con la solidaridad internacional de los pueblos del mundo.
El fascista Trump no pasará
¡Venceremos!