Si hoy en el siglo XXI, hay un fenómeno que ha conmovido la estabilidad estructural del capitalismo contemporáneo, como lo descifró Lenin: el imperialismo. No es, la derrota de los norteamericanos y sus aliados en Siria. Aunque esta guerra, reflejó el nivel grave de contradicciones inter imperialistas, cuando se lucha por el control de los recursos energéticos y las vías de suministro de tales recursos a otras áreas geográficas; representó también, la agresión más bárbara descargada sobre un país; con un coste de más de 1 millón de desplazados, medio millón de víctimas mortales producto de la agresión y un país destruido en su infraestructura física, agropecuaria y humana. No es esta derrota de los norteamericanos el fenómeno que ha conmovido la estructura esencial del imperialismo.
Lo que ha hecho tambalear la seguridad militar y la tranquilidad ideológica de chinos, rusos, norteamericanos, europeos, latinoamericanos, australianos y japoneses es, el desafío militar y político a la seguridad nuclear global, base fundamental de la existencia del imperialismo, provocado por el joven líder Kim Jong Un, al desarrollar a niveles impredecibles, como ellos dicen: estar cerca de completar sus fuerzas nucleares, para defender a su pueblo y a su sistema socialista, del que nadie habla.
Se han unido en el Consejo de Seguridad y en la ONU todos los capitalistas y en sus mezquinas medidas de bloqueo económico y escandalosas declaraciones anti coreanas, expresan el más rabioso odio al socialismo y el más patético temor a la respuesta nuclear que con toda naturalidad expresa Kim Jong Un.
Los imperialistas olvidan o hacen olvidar que los países tienen derecho a 100 kilómetros de espacio exterior y que los misiles de Corea han pasado a una altura que va de los 500 a los 700 kilómetros, en el espacio exterior, o sea en parte de la atmósfera que es un campo inter galáctico o internacional. Desde esa área, no estaría violando el espacio aéreo de ningún país. Y si Japón dispara contra esos misiles, Japón sería, quien viole ese derecho al espacio exterior y entrarían en una guerra.
Aparte de esas legalidades, lo fundamental del problema es que la República Popular Democrática de Corea-RPDC, se ha aparejado con el arsenal nuclear imperialista, no solo para defender el socialismo y a su pueblo; sino que también, puede responder en ese nivel a cualquier agresión imperialista.
Ahora se puede ver que lo que tiembla, después de las bombas y los misiles coreanos, no es Corea, (quien no se acobarda con las agresiones económicas, ideológicas y militares imperialistas), sino, la seguridad ideológica y militar, que ha sido la base en la que ha descansado por siglos, la omnipotencia imperialista. De ahí que el odio y el miedo globales del imperialismo a la posible respuesta nuclear y a la vigencia del socialismo, es ya, un triunfo global de Corea sobre los imperialistas.