Cada día más inepto. Tiene ventajas —no soy tan loco: una manipulación infinita de las comunicaciones, un descaro igualmente devastador y otros horrores que conoces desde hace 18 años.
Pero tiene una debilidad apocalíptica. Me la dijo un exprimer ministro francés, Dominique de Villepin, una vez en que me invitaron a una cena con ese señor. Por uno de esos azares de esas reuniones, me quedé solo un momento con él y en su español aprendido en su adolescencia caraqueña, aliñado con francés de político conservador e imperial, se le cayó una apreciación:
—El eje del mundo viró del Norte al Sur. Los Estados Unidos no se han dado cuenta y les va a costar muy caro no darse cuenta.
Y no solo a los Estados Unidos sino a todos. Pero para ellos será peor y no lo ven —el anaranjado Trump es quien menos lo ve porque ese no ve nada sobre todo desde que de puro megalómano y sicópata vio el eclipse solar sin protección.
Quien sí está viendo claro es Nicolás Maduro. El martes 12/9/17 dijo que hay una mutación mundial radical, en que ya el modelo de dominación imperial comienza a fatigarse. Ahí está su fiasco en Siria, que pudiera marcar el punto de no retorno del avance imperial en el Medio Oriente y pudiera frustrar el proyecto de destruir a Venezuela. Metamorfosis. No pudieron como en Afganistán, Irak y Libia. Esa actitud jaquetona comienza a hacer agua. Ya no mete miedo como antes. Por eso se lanza en juegos de guerra propagandísticos con Corea del Norte.
Estamos en un duelo con los Estados Unidos como vaqueros del Salvaje Oeste, usando el dólar como arma arrojadiza.
Para que veas que la economía es una ciencia imaginaria, si es que es ciencia, el dólar tiene infinitamente menos solidez que el bolívar. Ya la deuda de los Estados Unidos va por los 20 billones de dólares (billón = millón de millones) o 20 trillones si sientes más comodidad en trillones. 20 160 009 329 677,81. Me gusta la precisión. Esa burbuja se puede pinchar en cualquier momento.
En cambio el humilde y golpeado bolívar está respaldado con las mayores reservas petroleras del mundo, oro, coltán, diamantes, vastos territorios fértiles, una aguazón, una biodiversidad exuberante. ¿Sigo?
El primer vaquero que parpadee pierde. Y sabes que no seremos nosotros.