Las fanfarronadas de Donald

"Ninguna disposición de esta carta menoscabará el derecho inmanente de defensa individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacional. Las medidas tomadas por los Miembros en el ejercicio del derecho de legítima defensa serán comunicadas inmediatamente al Consejo de Seguridad, y no afectará de manera alguna la autoridad y responsabilidad de Consejo conforme a la presente Carta para ejercer en cualquier momento la acción que estime necesaria con el fin de mantener la paz y seguridad internacional".

Por esos azares de la vida mis ojos se tropezaron con un texto que resultó ser el artículo 5, capítulo VII de la carta de las Naciones Unidas, referente a la acción de una nación en caso de amenaza a la paz o actos de agresión. Muchas veces leí el texto y casi creí que mi entendimiento estaba afectado por el aspecto níveo de mi testa y reflexioné sobre lo que está pasando en el planeta. Me llegaron a mi mente, como una pavesa, las imágenes de Afganistán, Irak, Libia, Siria y Yemen y descubrí que ninguno de esos países había agredido, ni mucho menos atacado militarmente a EEUU, sin embargo sobre estos se desató una vorágine destructiva que ocasionó millones de muertos. Así mismo, la hecatombe de sus principales ciudades como también sus patrimonios culturales. Más aún, de aquellas acusaciones de las que fueron víctimas sus gobierno jamás fueron comprobadas ante el tribunal de la Haya. Nunca se evidenció los vínculos del gobierno de Afganistán con la organización terrorista Al Qaeda. Contrariamente si se verificó la relación de Osama Bin Laden, a través de Saudi Binladin Group, con diversos grupos financieros de EEUU, España, Suiza y otros países europeos. De igual manera se comprobó la infame mentira del gobierno de Obama sobre la tenencia de armas de destrucción masiva (biológica y química) por parte del gobierno de Irak que le costó la vida a Hassan Husseín. Por todos es conocido el falso positivo divulgado por la prensa internacional, que tras la excusa de la violación de los derechos en Libia en un escenario, simulando la plaza Verde de Trípoli, pero ambientado en Qatar, se le hizo ver al mundo que Gadafi estaba masacrando a su pueblo. Esta mentira imperial bastó para que las fuerzas de la OTAN destruyeran unos de los países más avanzados en materia derechos humanos y del asesinato de Gadafi. Lo que está viviendo Siria es lo más descarado en materia de violación del art. 51 de la carta de las UN por parte de la OTAN. Como se puede notar, en los casos referidos anteriormente ninguno de aquellos países atacó a EEUU ni a alguna nación de la OTAN. Lo único que tienen en común es que todos ellos tienen en su subsuelo grandes reservas de petróleo y gas, al igual que Venezuela, de gran interés para las compañías globalizadas de crudo. Los artículos de la Carta de la ONU les importaron un carajo a los invasores.

La mayoría de los expresidentes y presidentes de EEUU siempre han tenido excusas para mantener una o varias guerras en diversas regiones del planeta. Una de estas es que dicha nación es una de las mayores productoras y vendedora de armas de todo tipo (desde una navaja hasta un misil nuclear) y para eso se necesita que existan las conflagraciones entre los países. Otro alegato para atacar y bombardear a otros pueblos es acusar a sus gobiernos de comunista, o narcotraficante, o terrorista o en el peor de los casos, cuando no encuentra otro pretexto, amenazar a un país, ni importa su tamaño, de convertirse en una amenaza para la seguridad de EEUU. Esto es suficiente para dar inicio a la barbarie.

Como buen heredero del jefe del imperio de EEUU Donald no se ha querido quedar atrás en eso de agredir, amenazar, bombardear, asesinar, destruir países y todas aquellas coacciones vinculadas con el ejercicio del poder hegemónico. Para esto aprovechó el escenario del paraninfo de ONU, como un ring de lucha libre, para intimidar y hacer un poco de boxeo de sombra contra los gobierno de Cuba, Venezuela y Corea del Norte. A tal grado llegó su oratoria racista que, cual vulgar matón, desató su fanfarronada imperial amenazando con acabar con Corea del Note. Es decir, asesinar a casi 30 millones de habitantes por el solo hecho de que este país posea armas nucleares similares a las que tiene EEUU, Inglaterra, Rusia, Irlanda del Norte, Francia, China, India, Pakistán e Israel. Un exclusivo club nuclear cuyos gobiernos si saben cómo utilizarlas. Mayor hipocresía, por qué no firman un tratado de desnuclearización para acabar con la amenaza nuclear y con esto poner fin al peligro de la destrucción de la Tierra.

Pero la fanfarronada de Donald no tiene límite. En su arenga emergió enfundado en su traje de magnate, representado el papel de chulo como lo hizo antaño durante la elección de Mis Universo. Su aviesa perorata navegó desde el mar de la China hasta fondear en el mar Caribe, cual el huracán Irma, José y María (los tres juntos) para intentar acobardar a Cuba y a Venezuela bajo la aplicación, de manera unilateral, de nuevas sanciones, tal como la está haciendo Rajoy contra la región Catalana que aspira su independencia del Reino de España. Es sorprendente que la ONU, un escenario natural para conversar sobra la paz entre los pueblos, un miembro de aquella amenace a otros con la destrucción y la aplicación de acciones. El mismo presidente que solicita ante el congreso 700 mil millones dólares para desarrollar su programa armamentista, bajo la excusa de la seguridad de EEUU (Imagina una fila de 700 mil soldado parado frente a Donald. Detrás de cada uno de ellos una columna de un millón de soldados cargando cada uno un saco repleto con un millón de dólares).

Venezuela no ha atacado ni piensa atacar a EEUU para merecer una amenaza real de ataque militar, tal como si lo hizo el bocón de Donald. La experiencia y la historia nos enseñaron que a USA le importa un bledo la autorización del Consejo de Seguridad la ONU para llevar a cabo sus macabros planes contra otros países.

El charlatán de Donald está preocupado por los derechos humanos de Venezuela, pero no le inquieta la violación de le derechos humanos de Yemen (por sus socios sauditas); de los palestinos por parte del gobierno sionista de Israel; de los afganos por parte de la aviación de EEUU; de los Sirios por parte de los bombardeos continuos de la OTAN liderizada por USA; la de los afrodescendientes estadounidenses por parte de la policía racista de su gobierno y la de los suramericanos y centroamericanos cazados por la policía de emigración de EEUU. Me preguntó si tanto le inquieta el "hambre" que están pasando los venezolanos por qué razón le aplica sanciones económicas que impide la importación de alimentos y medicinas. Por qué no destina un 10 % de los 700 mil millones para resolver los problemas de los puertorriqueños asolados por el huracán María. Preferiría a un Donald magnánimo y no a un bocón incapaz de utilizar un porcentaje de la cifra señalada anteriormente para resolver parte de la miseria de la República Democrática del Congo, Zimbabue, Burundi, Haití, Liberia, Eritrea, Níger, Afganistán, entre tantas naciones cuya calidad de vida está en menoscabo, dado el modelo capitalista que está arruinando sus tierras. La hipocresía y la fanfarronería de Donald no tienen límite.

Continué leyendo y una obra titulada "El imperio Global" de Roberto Montoya y me encontré un artículo referida a la Ley de Antiterrorismo y Pena de Muerte Efectiva, de 1996, donde aparece esta perla: "1) Es ilegal que una persona que se encuentra en Estados Unidos o esté sujeta a la jurisdicción de EEUU, provea fondos u otro apoyo material a una organización terrorista extranjera (FTO, Foreing Terrorist Organization) designada (en el informe). 2) A los representantes y ciertos miembros de organización terrorista extranjera, si son extranjeros, se le puede negar la visa o excluirlos de EEUU. 3) Las instituciones extranjeras norteamericanas deben bloquear los fondos de las organizaciones terroristas extrajeras designadas, y de sus agentes e informar sobre el bloqueo de la Oficina de Control de Bienes extranjeros del Departamento de Hacienda de EU".

Como se nota en el acápite anterior la preocupación del gobierno de EEUU por el problema del terrorismo internacional, pero ampara en su seno a los terroristas que actúan contra Venezuela como es el caso del Posada Carriles, protegido por el gobierno de USA. Además, apadrina a las organizaciones que financiaron a los mercenarios terroristas que actuaron en las recientes guarimbas. Es la doble cara del fanfarrón de Donald. Acusa Venezuela de violador de los derechos humanos pero protege a los terroristas que actúan contra Venezuela; acusa al gobierno de narcotraficante y su mejor aliado de su gobierno es Santos, el presidente del país que produce la mayor cantidad de cocaína del mundo (Colombia); incrimina a al presidente MM de "dictador socialista" y sus mejores aliados en Suramérica son Temer (Brasil) y Horacio Cartes (Paraguay) cuyos gobierno provienen de golpes de estado. Donald un fanfarrón con dinero pero un mal comediante.

No basta tener dinero, tampoco ser un presuntuoso y mal histrión, ni tampoco el presidente de una cuestionable potencia mundial, para derrotar a un pueblo con pedigrí libertario y revolucionario como Venezuela. La historia nos recuerda a un imperio español vencido por sus colonias; al gran imperio de época, el Británico, derrotado por la pasividad del pueblo de la India; a un EEUU, una potencia económica y armamentística, vapuleada por el pueblo de Vietnam y Cuba. La vida nos da sorpresa y sorprendido siempre permanezco ante las frases del general Simón, quien en un mensaje dirigido al Congreso Constituyente de Bolivia escribió en 1826: "La Soberanía del Pueblo, única autoridad legítima de las Naciones". No inventen. Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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