Los resultados electorales regionales demuestran que, desde el punto de vista estratégico capitalista, la oposición resultó vencedora, aun cuando hayan obtenido sólo 05 de las 23 gobernaciones en juego. Sucedió algo parecido a las competencias olímpicas, donde obtener las medallas de oro son las que realmente importan y tienen valor.
Los Estados o regiones , donde se generan la mayor cantidad de riquezas y están ubicadas las mayores reservas petroleras y mineras del país , cayeron en las manos de la oposición; además que geopolíticamente lograron conformar la “”Media Luna”, con el triunfo obtenido en los estados Zulia, Táchira y Mérida, que pone en peligro la unidad de la nación y facilita la entrada de los enemigos del país a través de sus permeables fronteras...
Lo que nos ha pasado el día de ayer es de suma importancia para el futuro del país y para el proceso revolucionario que estamos viviendo desde hace 18 años. Nunca antes habíamos sentido la situación de peligro como nación y más cuando la apátrida oposición cipaya que tenemos, ha salido por todo el mundo pidiendo ser intervenidos militar y económicamente.
Podríamos decir que con las derrotas sufridas en los Estados Zulia, Táchira, Mérida, Anzoátegui, Nueva Esparta y posiblemente en el Estado Bolívar, hemos perdido la medalla de oro habiendo ganado obtenido 17 medallas de plata, y bronce. Es lo que se llama una victoria “pírrica”, cuando el enemigo se ha llevado la mejor tajada, aun cuando lo hayamos vencido.
Para el capitalismo internacional lo más importante es obtener las riquezas de nuestro país y no “gastan pólvora en zamuros”. Ellos saben dónde invertir para obtener mayores ganancias. Ellos saben por ejemplo que, en los Estados donde ganó el gobierno, no eran importantes desde el punto de vista económico y geopolítico e invirtió en ellos pocos recursos. En términos boxísticos nos propinaron un fuerte golpe a la cabeza después de habernos estado ablandando con ganchos a la zona del estómago, habiendo al final nosotros obtenido el triunfo por decisión dividida.
Pero como al inocente lo salva Dios, tenemos la suerte de tener un régimen político presidencialista donde casi todo el poder está concentrado en la Presidencia de la República y además una ANC para enfrentar cualquiera amenaza a nuestra integridad territorial y poder darle un parao al saqueo de nuestros bienes nacionales.
Además el hecho tener la mayoría de la población del lado de la Revolución Bolivariana y estando regido nuestro país, por una Constitución Nacional donde la Participación y el protagonismo de las mayorías, es fundamental para modificar o cambiar algo, nos hace sentir optimista y pensar que aún con estos tropiezos, el legado del Comandante Eterno está seguro y que al final la victoria será nuestra.
Unidad, lucha y victoria. Viviremos y venceremos
