¿Hiperinflación o Hiperagresión?

16 años, se cumplen de aquellos trágicos sucesos que desencadenarían en la dictadura breve del entonces presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, restringida a tan solo 47 horas al ser depuesto en acción heroica por el pueblo venezolano. El 11 de abril de 2002, puso en evidencia una forma peculiar de hacer y ejercer la política por un sector de nuestra sociedad. Una marcha de pueblo opositor que se dirigía a Chuao, es redirigida hacia Miraflores para tomar el Palacio Presidencial. En las alturas de las edificaciones, como se demostró tiempo después, francotiradores traídos desde Centroamérica, esperaban la llegada de la marcha para asesinar a simpatizantes de uno u otro bando, propiciar el odio entre venezolanos y venezolanas, y acusar -en última instancia- de los crímenes cometidos por esa oposición apátrida, al Presidente Hugo Chávez Frías. No contaban, en su planificación hecha en Washington, que en escasas 24 horas de haber conseguido su objetivo –el derrocamiento de Hugo Chávez- ya el pueblo venezolano se reagrupaba para arremeter contra los felones que se auto juramentaban en Miraflores y se repartían el gobierno, cargo a cargo, como si de un botín de guerra se tratase. Esa experiencia golpista, es pertinente analizarla pues deja al descubierto lo que será el código de conducta de los agentes imperialistas en la patria de Bolívar y Chávez, años después. Ellos destruyen, luego el responsable siempre será el Gobierno Revolucionario. Su destrucción, siempre será camuflada por unos medios que estuvieron a la vanguardia del golpe fascista del 11 de abril de 2002. Ese código de conducta, los llevó -meses después- por los senderos del paro-sabotaje petrolero, la güarimba militar de plaza Altamira, y hasta la despreciable importación de bandas paramilitares desde Colombia hasta la finca Daktari para que les hicieran el trabajo, que producto de su brutalidad política han sido incapaces de realizar para justificar los cientos de millones de dólares que, tal cual fueran remesas, les envía el gobierno de EEUU, para la ejecución de sus políticas antinacionales.

En vida de Chávez, ensayaron una novísima forma de agresión imperialista, consistente en la agresión indirecta contra el pueblo venezolano, utilizando para ello a la economía nacional. Reducían producción, contrabandeaban alimentos y medicinas a Colombia con la complicidad del gobierno de Santos, y aumentaban los precios. No por casualidad, uno de los alertas que les formulara el Comandante-Presidente Chávez a la dirigencia revolucionaria en su lecho de enfermo, tenía que ver con esa forma inédita de agresión contra el pueblo, que toma la economía como escenario de confrontación directa: la guerra económica. Es, con la muerte del Comandante-Presidente Chávez, que el imperialismo otorga carta aval para actuar a sus agentes en territorio nacional: Fedecámaras, Cavidea, Consecomercio, Fedenagas, Fedeagro, Cendas, entre otros gremios empresariales. Y, junto a ellos, va articulando todo un conjunto de novedosos instrumentos que van conformando una poderosa arma de destrucción que, a través de los incrementos de precios, debe propiciar el descontento popular para que sea el propio pueblo, quien se encargue de derrocar a su Gobierno Revolucionario. A los medios de incomunicación de la derecha, les asignan la misión de camuflar las acciones desestabilizadoras y la promoción de campañas mediáticas, cuyo único fin no es otro sino responsabilizar al Gobierno Revolucionario y el modelo de inclusión Bolivariano, sustentado en las Misiones Sociales, de ser los responsables de lo mal que funciona la economía, y el deterioro acuciado de los ingresos de la población venezolana, pulverizados producto de la inflación inducida. En una primera fase, la promoción de las colas mediante diversos mecanismos, la ocultación de alimentos y medicinas, luego el contrabando masivo hacia Colombia, incluyendo la gasolina y el billete físico: el Bolívar, contando para ello –las bandas paramilitares- con la complicidad del gobierno de esa forajida replubliqueta. Luego, entran en rigor mecanismos más complejos de combate como dólar today, los cambistas de Cúcuta, las calificadoras de riesgo, hasta llegar al combate abierto, con la llegada de Trump, y el boqueo financiero del país mediante las mal llamadas sanciones, y la amenaza de intervención militar imperialista.

La llamada "hiperinflación" venezolana, no es explicable desde el punto de vista de las leyes convencionales de la economía clásica. La oferta y demanda, el exceso de liquidez monetaria o cualesquiera otros factores que acostumbran apuntar los sesudos economistas de la oposición, para los cuales dólar today, el bloqueo imperialista, el contrabando hacia Colombia, la monopolizada economía venezolana, no existen. Para entender la economía venezolana de estos tiempos, no debemos nutrirnos de los economistas sino de la política concreta que dictamina la CIA para que la sigan los agentes económicos. Un ejemplo concreto, sirve para evidenciar lo antes afirmado. Para nadie debiera ser un secreto, que detrás de la candidatura de Henry Falcón, está ni más ni menos que el capo Lorenzo Mendoza. Ese solo elemento, nos indica, que los aumentos de precios juegan como un factor importante a considerar en la campaña electoral anti gobierno del mencionado candidato. Nada casual, que su principal oferta de campaña sea la de dolarizar la economía venezolana; en fin, formalizar todo el cuadro económico que existe en la realidad actual, y que tantas arrecheras causa al pueblo todo.

Pero, volvamos al ejemplo, el pasado 02 de marzo en entrevista que diera Gerson Pabón, director general de la Asociación de Productores Agropecuarios (Fedeagro), cual pitoniso, anunciaba que el kilo de papas para el mes de agosto tendría un valor de Bs 600 mil, justificando su pronóstico en que no se había sembrado la cantidad suficiente para abastecer el mercado nacional, producto de la falta de semillas importadas, fertilizantes, ni demás insumos necesarios. En conclusión: no le han entregado los dólares necesarios para cultivar dicho rubro. No explicaba a la audiencia de Unión Radio, Pabón, que nuestro país cuenta con una Ley de Semillas que prohíbe la importación, que PDVSA es quien produce los fertilizantes, en fin, que nuestro país cuenta con todos los insumos necesarios para sustentar la producción nacional de papa, como en efecto se ha venido haciendo en lo que va de año y con semilla nacional. ¿Cuál fue, el efecto de la declaración del director de Fedeagro? Pues, para el momento de la declaración, el kilo de papas tenía un precio en los puestos de los andinos que traen verduras, hortalizas y frutas a la ciudad de Caracas de Bs 60 mil. Pocos días después de la declaración, se elevó dicho precio a Bs 100 mil y el lunes pasado, amaneció en esos mismos puestos, el kilo de papas a Bs 200 mil. ¿Hiperinflación o Hiperagresión? Qué Ley económica justifica que, en menos de 15 días, el kilo de papas haya pasado de Bs 60 mil a 200 mil (un incremento del 333,33 por ciento). Nada difícil pronosticar que, a ese ritmo, no solo llegará a Bs 600 mil el kilo de papas en agosto próximo, sino que dicho precio será rebasado si, por circunstancias del destino histórico del pueblo venezolano, es reelegido Presidente de la República, el camarada Nicolás Maduro. Dólar Today, la herramienta tecnológica creada por la CIA, para justificar la caotización de los precios en Venezuela, según investigaciones de la destacada investigadora social Pascualina Curcio, daba evidencia que entre 2102 y 2017, ese marcador de precios internos había devaluado con relación al dólar, el valor de la moneda nacional, el Bolívar, en una cifra redonda de 3 millones por ciento. Ello, es la mejor evidencia de cuán política es la hiperinflación venezolana. Se trata de precios internos, eminentemente políticos. Y, la respuesta debe ser en el terreno político, tal cual lo ha comprendido el camarada Presidente Nicolás Maduro.

Las respuestas, nada convencionales, para contrarrestar la Hiperagresión imperialista a través de sus agentes y de sus fuerzas propias (Reserva Federal, gobiernos vasallos, entre otros), tienen un altísimo componente humano. El hombre, la mujer, niños y niñas, adultos y adultas mayores, se han colocado como centro de las respuestas dadas al hiperataque imperialista contra la nación y pueblo Bolivariano, indistintamente sea su postura política. El Presidente Maduro, por intermedio también de una herramienta tecnológica: el Carnet de la Patria, ha creado todo un sistema de protección Social del pueblo venezolano. El otorgamiento de un bono solidario o compensatorio a los ingresos de la familia venezolana, y al propio individuo indistintamente sea su postura político, único requisito: poseer el Carnet de la Patria. Los Clap, mecanismo bendito que permite a la familia venezolana acceder a una cesta de alimentos básicos a un precio que apenas se ha incrementado en 2017 de Bs 10 mil a Bs 15 mil y en este año 2018, llega a costar Bs 25 mil (50 por ciento en 2017 y 67 por ciento en 2018). Mecanismo novedoso de distribución mediante el cual, el Gobierno Revolucionario ha empoderado al pueblo organizado para que se encargue de su propio mecanismo de sobrevivencia: los alimentos. Asimismo, para contrarrestar ese mecanismo perverso de corrupción sustentado en los bachaqueros, para garantizar las medicinas al pueblo, el Gobierno Revolucionario crea el 0800-SALUDYA, una simple llamada activa un mecanismo cuyo resultado final, será la llegada de las medicinas al hogar que las requiera para atender su problema de salud a un costo de cero bolívares, totalmente gratuito. El cual, va acompañado con un Plan Quirúrgico Nacional, totalmente gratuito, para aquellos compatriotas que requieran operarse con urgencia de alguna dolencia. Al cual, se añade también, el Plan Nacional de Parto Humanizado, para atender aquellas compatriotas que se encuentran en la dulce espera de parir los nuevos niños y niñas de la patria, totalmente gratuito. Valga decir, las respuesta más contundente que ha dado el camarada Maduro para contrarrestar la hiperinflación o hiperagresión imperialista, ha sido el incremento sustancial de la Inversión Social. Con ello, ha inyectado antibióticos sustancialmente fuertes al cuerpo nacional para resistir y combatir con más fuerza las criminales embestidas del imperialismo y sus agentes, dirigidos por Fedecámaras y la nueva MUD o Frente Amplio Venezuela Libre. En lo económico, para sepultar esa herramienta tecnológica creada por la CIA para atacar al pueblo venezolano, se ha creado una moneda complementaria al Bolívar, que planteó –originalmente- el Comandante Hugo Chávez, en 2009: el Petro. Esa criptomoneda, ha sido puesta en ejecución y los resultados obtenidos, son más que favorables para el país y han logrado desatar los amarres financieros que ataban nuestra economía a los dictámenes imperialistas de EEUU.

Por lo demás, el escenario internacional se presta para que Venezuela, en conjunto con China, Rusia, Irán e India, coloque en jaque el sistema de dominación global imperialista, surgida a finales de la 2da guerra mundial. En especial, ese mecanismo de dominación sustentado y respaldado en la moneda dólar, que ha iniciado su proceso de declinación, mientras que China inicia su proceso de apogeo hacia la cima como primera economía del planeta, mientras que, Rusia avanza firmemente hacia constituirse en la primera potencia militar del planeta. En fin, somos testigos excepcionales del fin de la hegemonía imperialista de EEUU, y sus socios europeos. Y, del surgimiento del Mundo Nuevo, multipolar y multicéntrico, que Hugo Chávez tanto hablaba al pueblo venezolano. No poca cosa, está ocurriéndole al sistema mundo surgido posterior a la segunda guerra mundial.

El debate, que han iniciado destacados camaradas, como Feijoo Colomine, Tony Boza, Juan Carlos Valdez, Pascualina Curcio, Luis Enrique Gavazut, Carlos Lazo, entre otros, apunta ahora a aportar soluciones post guerra económica. Crear, mecanismos reparadores del ingreso real de los trabajadores, trabajadoras, pensionados, pensionadas y pueblo en general, ostensiblemente afectados –negativamente- por esa criminal forma de hacer política de oposición. Una vez, se derrote electoralmente a quienes acudieron a ese expediente de guerra, se espera soliciten un armisticio de paz. Al cual, las fuerzas patrióticas no pueden negarse, en función de alcanzar la paz por los venideros seis años. La Asamblea Nacional Constituyente, se convierte en un escenario fundamental para que se logren reparaciones de guerra por intermedio de una Comisión Especial de la Verdad de la Guerra Económica, que analice en profundidad el escenario y las acciones de guerra asumidas por factores antinacionales como Fedecámaras, Consecomercio, Cavidea, entre otros. Ya ha surgido, y está activado, la plausible idea del Comité de Víctimas de la Guerra Económica. Por ello, se hace necesario la activación de dicha Comisión en el seno de la ANC, que avance en fórmulas reparadoras de los crímenes cometidos, para que esa criminal forma de hacer política, no se repita -nunca más- en nuestra sociedad, y quede plasmado en documentos y libros, no solo su descripción y métodos de hacer la guerra contra todo un pueblo, sino los métodos revolucionarios -asumidos por el pueblo, Gobierno y FANB- para contrarrestarlos y derrotarlos. Ha muerto la guerra económica, ¡Viva el pueblo venezolano!

¡El pueblo de las dificultades!



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Henry Escalante


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