Es una desinformación estupida, equivalente a declarar como triunfador a un campeón mundial de boxeo, por el hecho de ser tal, a pesar de que la pelea quedó “tabla”. Evidentemente, en una situación así ganó el retador pues se “ranqueó”. Pero esa conducta no puede sorprender. La opinión pública mundial esta acostumbrada a observar las ridículas exhibiciones de victoria militar de los conservadores, cuando atacan una pequeña y desarmada nación, ocupándola, en muchos casos, como el de Irak (ya previamente destrozado por más de 5 años de bombardeos británicos y usamericanos y un brutal bloqueo económico), ocultando o disimulando la derrotas, como las de Vietnam y recientemente el Líbano. La verdad es que la situación planteada en la ONU revela la pérdida del temor de un buen número de estados del sistema internacional frente a las presiones del trilateralismo ejercidas a través de la Casa Blanca. Es una derrota de las fuerzas conservadoras y su postura ideológica sustentada en el uso del terror.
De esas derrotas debe haber surgido un profundo desengaño en el electorado laborista británico, y especialmente del pensador Anthony Giddens, quien elaboró la tesis de “la tercera vía” que sirvió de plataforma para el ascenso al poder de las fuerzas socialdemócratas inglesas. Así como los conservadores afincaban su conducta en la continuación de las tradiciones vinculadas con la identidad nacional y la familia, perdiendo el favor de sus seguidores “blandos” al asumir el neoliberalismo disolvente de la vida social, así el gobierno laborista de Blair, al tomar el libre mercado como política, derrochó la nueva consigna socialdemócrata de la “mayoría prospera” que la había alejado de su “ethos” del colectivismo y la solidaridad. Ello se ha traducido en un repunte del socialismo con su igualitarismo como base. Le enseñanza es que “chivo que se devuelve se <