Contaba Mario Vargas Llosa que en Latinoamérica sólo hay tres anomalías: Cuba, Nicaragua y Venezuela. Lo aseguraba tras las declaraciones de José Luis Rodríguez Zapatero en las que culpaba en parte a los Estados Unidos de la crisis migratoria venezolana.
Zapatero, al que el secretario general de la OEA, el chileno Luis Almagro, calificó de imbécil, dijo en Brasil que las restricciones económicas impuestas por Estados Unidos a Venezuela explicarían las migraciones de millones de venezolanos a Colombia, Ecuador, Brasil, Perú y otros países.
El liberalismo económico que defiende con vehemencia Vargas Llosa siempre promovió la movilidad de los trabajadores, es decir, la emigración de mano de obra barata del tercer mundo al primero, o de la Europa mediterránea a la del Norte. La idea era (es) abaratar los costes de producción y aumentar las ganancias. No sé por qué ahora la emigración venezolana es mala y no lo es la de los millones de peruanos, colombianos, mexicanos o brasileños que, como hongos después de la lluvia, inundan el planeta.
Creo que la principal razón reside en que el gobierno venezolano no es del agrado de Vargas Llosa. Lo cierto es que las medidas económicas punitivas del país más poderoso del mundo contra Venezuela. o contra cualquier otro, sí tienen consecuencias en la República Anómala de Venezuela, y la prueba está en que, de no ser así, Estados Unidos no las decretaría y, en el caso de Cuba, las levantaría.
¿Son culpables Cuba o Venezuela por culpar al bloqueo económico de la situación de su población o lo es Estados Unidos por asfixiar económicamente a la población de esos países con la esperanza que se levanten y destituyan gobiernos que non son del agrado de la Casa Blanca?
¿Es culpable el agredido... o el agresor? La anomalía es culpar al agredido.