Más allá de las enseñanzas sobre las epopeyas que vivió, y nos legó el libertador Bolívar, lo que debe quedarnos claro a los latinoamericanos; y con mayor razón en ésta coyuntura tan delicada que vive Venezuela, es hacer carne de aquella visionaria frase suya: “Parecería que obra de la providencia los EE.UU., están predestinados a sembrar de muerte y miseria nuestra América”.
Y más dramática aún es aquella alocución cuando, quien está siendo sometida a ser sembrada de muerte y miseria; es la propia patria del libertador, como es la potencial amenaza de una intervención que los mismos EE.UU., vienen preparando contra el suelo que lo vio nacer. Pero además con el condenable concurso de otros países, a los cuales libertó Bolívar, como son Colombia, Ecuador y Perú; excepto el nuestro, que a la cabeza del presidente Evo Morales no haremos el papel de Caínes.
Las enseñanzas que hemos tenido del ejemplo del libertador Simón Bolívar - no sé si también por obra de la providencia, o qué- se han circunscrito simplemente a la básica, o sea a nuestros primeros años de infancia, hasta casi concluida la primaria, pero después ha sido muy poco el estímulo a seguir enseñando el significado que ha tenido, y tiene aún para los pueblos de Latinoamérica. Tal vez, a decir de la lógica de los estadounidenses: para que no cunda el mal ejemplo, como Cuba ha sido y sigue siendo para el resto del mundo.
Pero no por esa razón podemos dejar que ante semejante agresión que viene viviendo Venezuela -su propia patria- veamos de palco, o nos resignemos a que los EE.UU., hagan de Venezuela lo que hicieron de Irak, dejando piedra sobre piedra, cuando el 2003 la invadieron para saquear a sangre y fuego el petróleo iraquí. Es más, con el mayor desparpajo, el genocida de George Bush acabó admitiendo que las Armas de Destrucción Masiva no existían.
Hoy nuevamente es el petróleo -y otras riquezas más- venezolano el que se ha convertido en el trofeo de guerra de los yanquis, y que como aquella vez de la invasión la libertad y la democracia fue sólo su coartada.
Así que hoy más que nunca debemos ser leales al legado del libertador, y volver a revivir su espíritu cuando los EEUU., quieren agredir a su patria.
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