De la invasión armada a la invasión silenciosa

De la invasión silenciosa a la invasión armada

A mi criterio, la génesis del capitalismo no nace como comúnmente se cree con la derrota de la nobleza de sangre por la burguesía, y la imposición de esta sobre los movimientos de tinte popular al final de la Revolución Francesa. Revolución presentada ante el mundo como el triunfo de las libertades individuales y la igualdad democrática de los derechos de los ciudadanos ante la ley, aunque es de conocimiento común que por lo general lo que se impone ante la ley es el signo monetario o político (combinado ambos en muchos casos) sobre la culpabilidad o la inocencia, sobre la razón y la sin razón, acorde a la jerarquía que estos factores otorguen. Vaya el dicho popular de "tanto tienes tanto vales".

Volviendo al nacimiento del capitalismo, nos encontramos que este proviene de un origen dual: Por una parte desde el punto de vista religioso, el nacimiento del Protestantismo y específicamente del Calvinismo, que transforma el trabajo en un don de Dios, premiado con la obtención de riquezas materiales, en contraposición al estigma enarbolado por la Iglesia de Roma del trabajo como castigo, impuesto por Dios a Adán y a su descendencia.

Nacimiento que tiene su más antigua raíz en la Inglaterra del siglo XVI, a partir de su separación religiosa del papado, que marca por primera vez una fractura dentro del cristianismo europeo encabezado por el Papa como máximo soberano religioso de la cristiandad. Queda así abierta la puerta para la posterior disidencia Luterana, y derivada de esta todas las demás disidencias religiosas que representan al protestantismo en el mundo occidental, entre ellas el Calvinismo y su postura en torno al trabajo-riqueza.

Se complementa este nuevo posicionamiento ideológico espiritual con el inicio de la Revolución Industrial en Inglaterra a finales del siglo XVIII, origen del Capitalismo en lo material.

Esa ideología centrada en el trabajo-riqueza y viceversa es heredado por los Estados Unidos de Norteamérica al nacer como nación independiente, hasta con el tiempo transformarse en el llamado "sueño americano". Su base complementaria original se fundamenta en el predominio del elemento originalmente europeo de su población, contrastante con nuestra América mestiza latinoamericana. Ese concepto del hombre blanco como ser superior representante nato de la "civilización", encamina a un grueso sector de los llamados padres fundadores, a pensar en la superioridad étnica de su población en comparación con el resto del Continente (obviamente sin contar para nada dentro de su territorio, con la parte esclavizada de la misma, y la presencia aborigen, ambas partes marginadas del poder), y por ende su derecho a figurar en el mundo como una potencia, en igualdad de condiciones que la de los países europeos para ese momento dominantes: Inglaterra, Francia y España, al inicio esta de su decadencia imperial, siendo este posicionamiento norteamericano la génesis ideológica de lo que en relación al resto del Continente Americano luego proclamaron como "El destino manifiesto".

Así este nuevo país con deseos de ser potencia, se inicia en el plano internacional con las guerras Berberiscas (1801-1805 y 1815), que se inician contra los piratas berberiscos a los cuales los EEUU se niegan a pagar tributos, y terminan con la ocupación del puerto de Derna en Libia, y posteriormente la ocupación de Argel.

En este interludio de las guerras Berberiscas y a raíz de la invasión inglesa de 1812, las fuerzas navales norteamericanas derrotan a la armada inglesa que en ese momento dominaba los mares del planeta.

Una vez asentada su importancia como nación ante las potencias mundiales de la época, Estados Unidos comienza su expansión territorial, la cual de su inicio como 13 colonias confederadas territorialmente situadas en la parte este de Norteamérica, termina por extenderse, ocupando por guerra o compra obligada, la mayor extensión de la parte norte del Continente Americano (a México le quitaron más de la mitad de su territorio).

Intervenciones en o contra Venezuela: Las expresiones de simpatía de los próceres norteamericanos hacia la independencia Sur Americana después de su propia independencia, y su admiración por Francisco de Miranda es histórica. No privaba aun su afán expansionista de gran potencia. Es más, personalidades estadounidenses y pueblo llano fueron proclives a apoyarnos durante nuestra gesta magna. Voluntarios estadounidenses fueron quienes acompañaron a Miranda en su frustrado intento de 1808, al igual que los que acompañaron a Mc Gregor en la toma de la isla Amelia y fundación de la Republica de las Floridas en 1817. Héroes patrios nuestros como Renato Beluche, que comenzó como corsario y terminó como general y almirante de nuestra escuadra independentista era nativo de Nueva Orleans, asumió la nacionalidad venezolana, se casó y aquí tuvo y tiene descendencia. Fiel al Libertador hasta su muerte, fue encarcelado en Valencia en la primera presidencia de Páez al gritar: ¡Viva el Libertador! durante una representación teatral donde Páez interpretaba al Otelo de Shakespeare.

Pero al contrario de estos ciudadanos norteamericanos, la posición del gobierno Estadounidense fue totalmente opuesta. Desde el inicio de nuestra gesta independentista atenidos a la "neutralidad", siempre se negaron a suministrarnos o vendernos armas, que tuvieron que ser adquiridas en Europa, específicamente en Inglaterra; neutralidad que no fue óbice para que el gobierno norteamericano enviara un alto comisionado de su gobierno a reclamar dos goletas (Tigris y Libertad), que habían sido confiscadas en 1817 por el gobierno venezolano con sede en Angostura por haber sido sorprendidas en el Orinoco vendiendo armas a los Españoles (como dato curioso: quien capitaneaba una de ellas era el que luego fue el connotado comodoro almirante Perry, enviado por el gobierno estadounidense en 1854 a obligar a Japón a abrir sus puertas al comercio exterior), este incidente diplomático hizo proferir a Irving veladas amenazas de intervención ante la negativa del Libertador de devolver las goletas encautadas, con contundente respuesta de Bolívar, de que si Venezuela había perdido gran parte de su población en la lucha independentista, estaba dispuesta a perder el resto de la misma luchando contra el mundo si así fuera necesario. Ese mismo año (1817), el General Andrew Jackson con fuerzas abrumadoras desplazó a los ocupantes y fundadores de la Republica de las Floridas (bandera Venezolana), cuyo presidente era Miguel Peña, acusándolos de piratas. Jackson se posesionó de toda la Florida, obligando a España a vendérsela dos años más tarde (de paso aprovechó para exterminar a los indios Seminolas ocupantes originarios de la región).

Así como los derechos individuales y la desacralización del mandato de los monarcas plasmados por los enciclopedistas fue una de las bases ideológicas en que se fundó nuestra independencia, no se puede negar la influencia de la independencia norteamericana dentro de la concepción republicana de nuestros países del sur. La idea del federalismo, es hija directa de la revolución norteamericana. La pérdida de la primera república en Venezuela (que Bolívar llamó la república boba) y los obstáculos hasta llegar a guerritas interprovinciales durante el proceso independentista en la Nueva Granada (hoy República de Colombia), fueron factores que retardaron a costa de vidas y sufrimientos nuestras gestas emancipadoras. Siendo la idea federalista para las ambiciones de las elites político económicas de cada uno de nuestros países del sur la excusa ideológica fundamental para fraccionarnos en múltiples parcelas; con el beneplácito y provecho del coloso del norte. El sueño centralista defendido por el Libertador hasta los límites de la idea del presidente vitalicio, fue compartido por San Martin el libertador del Sur, que a diferencia de nuestro Libertador proponía un Príncipe europeo a la cabeza de la nación Sur Americana. Tanto uno como el otro habían bebido en la misma fuente: el Incanato propuesto por Francisco de Miranda.

Santander en Colombia, Páez en Venezuela, Flores (nativo de Puerto Cabello) en Ecuador, Santa Cruz en Bolivia, son varios de los representantes políticos de estos movimientos que nos fraccionaron en países vulnerables, lo cual unido al caudillismo militar como derecho adquirido en los campos de batalla, terminaron de conspirar para que el sueño Mirandino se esfumase en la nada, y lo que es peor: guerras y guerritas internas por casi un siglo terminaron de profundizar nuestro atraso tecnológico, ensanchando cada vez más el abismo que nos separa de los países científico-técnicamente desarrollados, convirtiéndonos en presa fácil para los intereses político económicos de los mismos, en el caso de nuestra América representado por el intervencionismo Norteamericano con miras a controlar nuestro desarrollo político económico a favor de sus propio intereses.

Además de los incidentes antes mencionados hablando específicamente de nuestro país, el intervencionismo del Norte se hizo sentir en 1826, en la posición del delegado estadounidense presente en el Congreso Anfictiónico de Panamá, invitado por Santander a despecho de las ordenes del Libertador, que había especificado fueran solo invitados los países Latinoamericanos además de un observador británico y otro de los países bajos (dado las relaciones comerciales existentes con dichos países), delegado estadounidense que ante el anteproyecto de la liberación de Cuba y Puerto Rico (anteproyecto pactado entre Bolívar y el presidente Guadalupe de México), expresó conjuntamente con el delegado británico una rotunda oposición al mismo, exponiendo ambos delegados que dicho proyecto era incompatible con sus intereses en el Caribe (para esa época ya Jhon Quincy Adams había expresado en el Congreso Norte Americano lo que llamó la ley de la gravitación: "Cuba es una manzana madura, esperemos que al caer lo haga en nuestras manos").

Sin embargo esa política expansionista estadounidense no lo era ni lo es en la actualidad algo unilateral, personalidades internas de nuestros países le han dado puerta franca; hay una carta del secretario de Páez en el exilio a mediados del siglo XIX (se me escapa de la memoria nombre y fecha), que ante los rumores y probablemente notas de prensa, que asomaban la posibilidad de que los Estados Unidos le arrebatara Cuba al Imperio español, se congratulaba con esa posibilidad, alegando que al fin existiría un lugar en donde se podría vivir con tranquilidad, ¿opinión propia o eco de la opinión de su jefe?, recordar que Páez pasó antes de su muerte varios años en New York, en donde lo homenajearon con desfiles militares, en vida y después de muerto, y este no es un caso particular, en el resto de la América latina han existido y existen admiradores in extremis del Imperio del Norte, los cuales han facilitado las cientos de intervenciones de todo tipo de los Estados Unidos desde México a la Patagonia. En Sur América el caso de Colombia pienso es el de mayor "rastracuerismo" a lo largo de su historia republicana; por ejemplo: a inicio del siglo XX los Estados Unidos le arrebató Panamá a Colombia y el gobierno colombiano terminó de conformarse con el pago de unos pocos millones de dólares. Así mismo Colombia antes de la segunda guerra mundial le permitió a los Estados Unidos operaciones militares dentro de su territorio. En la segunda guerra mundial a raíz del ataque Japonés a Pearl Harbor, fueron los primeros en Latinoamérica en declararle la guerra al Eje, además de concentrar o expulsar de su país a súbditos alemanes, japoneses e italianos, llegando hasta prohibir el uso del idioma alemán dentro de sus límites territoriales. En la guerra de Corea fue el único país latinoamericano en enviar un contingente militar (que por cierto fue usado como carne de cañón por los gringos, en tanto retiraban sus propias tropas). En la guerra de las Malvinas Colombia y Chile fueron los únicos países latinoamericanos, que estuvieron a favor de los Ingleses (en el caso de Chile se pudiera entender su posición en ese momento, dado que se encontraba en una situación cuasi prebélica con Argentina debido a problemas limítrofes). Colombia en la actualidad, permitió la entrada de contingentes armados estadounidenses con la excusa de la lucha contra la producción de cocaína (hoy más que nunca ha aumentado la exportación de cocaína desde Colombia a los Estados Unidos). Ya los norteamericanos tienen 7 bases aéreas operativas en el país hermano, y el gobierno colombiano ha sido aceptado a petición propia en la OTAN como país asociado. Extenderme en detallar las cientos de intervenciones respaldadas por el uso del poderío bélico norteamericano alargaría demasiado este artículo, por lo cual me centraré, en las que se conocen con respecto a nuestro país (además de las ya nombradas con anterioridad).

Si bien de inicio nos pareciera favorable, realmente el significado de oponerse en 1865 a avalar y ocupar a nuestra patria propuesta al gobierno norteamericano por la reina Victoria de Inglaterra, no fue más que una reafirmación de la doctrina de Monroe: "América para los americanos", es decir lo que los gringos le quisieron decir a la reina Victoria fue: América para nosotros of course, así que no intervengas en nuestro patio trasero, posicionamiento este que se repite ante el bloqueo de 1902-1903 a nuestro país por las potencias europeas, aunque enseguida es continuado por ruptura de relaciones y amenazas de invasión a Venezuela, al expropiar Cipriano Castro la Steamship Co (compañía que colaboró con el traslado de tropas de la llamada Revolución Libertadora en guerra con el gobierno Castrista), y el juicio abierto a la New York & Bermudez Company (de capital norteamericano ambas empresas), por incumplimiento de contrato. Es decir, mensaje a los Europeos: no intervengas en mi patio trasero, y a nuestros gobernantes: no deben meterse con nuestros intereses so pena de aplicarles el garrote. En 1908 Juan Vicente Gómez le da un golpe de Estado a Cipriano Castro (que por razones de salud se encontraba en el exterior), con el respaldo de dos Acorazados estadounidenses en el puerto de la Guaira. De ahí en adelante toda nuestra política económica giró en torno a la explotación petrolera, con contratos leoninos perjudiciales al país. Ministros de Gómez como Gumersindo Torres, lograron que el congreso de la época (con la anuencia solapada del mismo Gómez, ya que nada se hacía o se movía en el país sin su consentimiento), aprobara que los recursos minerales del subsuelo eran propiedad de la Nación, rescatando en alguna medida lo que hubiese sido un apoderamiento total de la Industria de manos del capital extranjero, decisión que a este ministro le costó el cargo a petición de las compañías petroleras. El golpe de Estado al presidente Medina Angarita tuvo por detrás a la petrolera Esso Mobil, a raíz de este subirle prácticamente hasta un 50% los impuestos a las compañías petroleras que operaban en el país. El representante de esta corporación petrolera en forma explícita había amenazado con represalias al presidente Medina por lo cual fue expulsado del país, igual se repite con la intervención de la embajada norteamericana en el derrocamiento del presidente Rómulo Gallegos (lo hace constar el mismo Gallegos a su salida al exilio al denunciar la reunión del coronel Edward Adams agregado militar de la embajada norteamericana con los golpistas).

Se sospecha con sobradas razones la complicidad del gobierno del norte en el asesinato de Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta militar que derrocó al presidente Gallegos, dado el hecho de que el FBI llamado por Pérez Jiménez para colaborar con la investigación del asesinato de Delgado, ocultó la procedencia de las armas implicadas en este magnicidio. Delgado Chalbaud se había negado a la petición del gobierno norteamericano de enviar tropas a la guerra de Corea, además de haber intentado entrevistarse con Mosadegh, primer ministro iraní, quien había decretado la nacionalización del petróleo de ese país, lo cual le valió su derrocamiento a mano de los norteamericanos, quienes impusieron al gobierno títere del Sha Reza Pahlevit.

Siendo un acervo anticomunista y plegado a la política exterior norteamericana durante la guerra fría, Pérez Jiménez apostaba internamente al desarrollo autónomo científico técnico del país, con independencia del gobierno norteamericano. Acciones como el rechazo de la chatarra naval que pretendía venderle los Estados Unidos, a cambio de lo cual mandó a fabricar varios acorazados en Italia e Inglaterra, al igual que la compra de aviones militares también a los ingleses, y fusiles FAL a Bélgica. Sacando además a licitación la construcción de la Siderúrgica del Orinoco, contrato que a despecho de las compañías norteamericanas, ganó la corporación italiana Inoccenti. Plan Ferrocarrilero Nacional, que acorde a sus declaraciones en el exilio al escritor Blanco Muñoz, suscitó la protesta del Embajador Norteamericano, a las cuales hizo caso omiso. Además en 1956 con ocasión a la Conferencia de Panamá Pérez Jiménez no solo rechazó la proposición de Eisenhower de instalar una base militar estadounidense en la península de Paraguaná, sino que además propuso (cheque en mano), la creación de un Banco Interamericano con aportes del 10% de los presupuestos nacionales de los países de toda América, posición esta del dictador que hizo exclamar a Eisenhower en la intimidad de su comitiva: "este generalíto ya no cabe en su bragueta".

Se da así la confluencia en una paradoja política en cuanto al derrocamiento de este dictador. Signada por una parte por los esfuerzos internos del PCV, intentando configurar una oposición unitaria de todos los partidos políticos en contra de la dictadura, sin tomar en cuenta su signo ideológico, y por la otra parte en lo externo: el retiro (no público ni explicito) del apoyo al dictador por el gobierno norteamericano, y el "plácet" a los líderes de la democracia formal (les permitió reunirse en New York), con la condición de no permitir la participación del partido comunista en el gobierno que sustituiría a Pérez Jiménez.

Durante la llamada cuarta republica, la posición internacional de los partidos AD y Copei en el poder estuvo signada por la política exterior estadounidense, ya Betancourt 15 años antes, como presidente de la junta cívico militar de gobierno que derrocó al presidente Medina Angarita, le había abierto las puertas del mercado interno a Rockefeller, provocando el quiebre de la precaria industria nacional de la época, que a partir de ese momento inicia un proceso de conversión de Burguesía nacional en Burguesía importadora dependiente, surgiendo paralelamente una industrialización caracterizada por el ensamblaje de partes importadas, cuya característica primordial es y ha sido la venta a bajos precios de materias primas al norte, y la importación del norte de partes a ensamblar a precios inflados. Fenómenos como el endeudamiento innecesario del país durante el primer mandato de Carlos Andrés Pérez, coinciden con el exceso de papel moneda norteamericano circulante en el mercado mundial, luego que en 1971 Nixon decide quitarle al dólar su respaldo en oro. Mucha coincidencia la relación "Empréstito-Dólar devaluado", lo cierto es que para la misma época también se endeudaron en dólares la mayoría de los países Latinoamericanos.

Pocas señales de desacuerdo tuvieron los gobiernos de Venezuela con el gobierno norteamericano durante el periodo de la llamada cuarta república, solo recuerdo el débil reclamo del gobierno de Leoni al gobierno de los Estados Unidos por su invasión a la República Dominicana, para luego abstenerse de votar en contra de dicha intervención en la OEA. Otra desavenencia o al menos diferencia de criterios con los Estados Unidos del gobierno cuarto republicano, fue la posición a favor de Argentina, tanto diplomática, como la de envío de material bélico, durante la guerra de las Malvinas a ese país hermano (pagaba así Venezuela, con una de sus poquísimas decisiones de verdadera política de Estado dentro de su historia republicana, la posición asumida por Argentina con la doctrina Drago, en contra del bloqueo a que nos sometieron las potencias europeas en 1902-1903)

Siendo historia actual, no me detendré en enumerar las acciones intervencionistas norteamericano durante estos últimos 20 años de gobierno, pasando por el golpe de Estado del 2002, y no dudo su implicación directa en la muerte de Chávez.

A pesar de mi desacuerdo y críticas frontales con respecto a un proceso que en forma paulatina fue degenerando hasta convertirse en la antítesis de lo que debe ser un gobierno socialista revolucionario, hasta llegar al punto sin lugar a dudas

de la necesidad de cambiar el Gobierno actual, no comparto en absoluto la tesis de la intervención externa, defendida por un grueso sector de la oposición, que ponen sus esperanzas de cambio en la milagrosa intervención armada estadounidense, sin pensar, o lo que es peor, sin importarle las consecuencias posteriores en contra de nuestra soberanía que dicha intervención provocaría, es más y voy a ir más allá y no exagero al decir que dentro de ese sector opositor, hay quienes anhelan en lo más profundo de su ser, la aspiración de la anexión de Venezuela como uno más de los Estados de la Unión.

¿Pero como pudimos llegar hasta esa aberración antinacional de un sector importante de nuestra población? Y es ahí donde entra la política externa del Imperio del Norte caracterizada por la Invasión Silenciosa. En mi niñez y hasta la juventud, la penetración ideológica gringa con su cine bélico de héroes imaginarios por lo común individuales, como El Capitán Maravilla (hoy ni se preocupan por la traducción del nombre del mismo personaje), o donde comenzaba a aparecer Superman en las comiquitas, o los heróicos combatientes del cine, que al inicio de la segunda guerra mundial en momentos en que eran vapuleados por el Imperio Japonés, morían no sin antes llevarse por delante a infinidad de enemigos. Pues bien en esa época aun nos enardecíamos patrióticamente con la carga del negro Rondón en Pantano de Vargas. Con la toma de las flecheras a los realistas por solo 50 llaneros. Con la derrota del ejército español por Páez al grito de ¡Vuelvan caras! con solo 150 hombres, con la portentosa hazaña del Libertador del paso de los Andes, a la cabeza de un ejército compuesto por hombres semidesnudos de las regiones cálidas de nuestro llano, es decir con nuestros soldaditos, en su mayoría mestizos, negros, mulatos, y zambos, descalzos y mal comidos, dándole la libertad a más de media Suramérica, sin pedir nada a cambio.

Para esa época de mis años mozos, tanto el cine Mexicano como el Argentino manejaban una temática diferente, más acorde con nuestra idiosincrasia (independientemente de su calidad artística o conceptual).

Pero todo ese contrapeso a la invasión ideológica fue languideciendo con el paso del tiempo, hasta el predominio de esta subcultura invasora proveniente del norte, que terminó ocupando la mayoría de los espacios de mayor acceso de la cultura popular, léase la televisión, el cine y recientemente internet. Es tal el impacto del fenómeno transcultural norteamericano, proyectándolo incluso a un nivel mundial, que el muy famoso filólogo, lingüista y escritor italiano Humberto Eco, trasluce en su libro Apocalípticos e Integrados, una posición ambigua con respecto al mensaje de los "comics" como cultura popular, remontándose en su libro hasta la invención de la imprenta, y profundizando en el fenómeno de la popularización de la prensa en general, con un preciosismo propio de su vasta erudición, pero haciendo caso omiso al mismo tiempo del mensaje político social pro imperial que detrás de los comics se esconde. Por supuesto hay que entender en su caso, que la incidencia del impacto de los comics, no es igual en una Europa milenaria en cultura, que en el caso de nuestra Latinoamérica mestiza, comparablemente menos desarrollada en tradición cultural propia, o mejor dicho sin una homogeneidad cultural propia, como es el caso de Venezuela, en donde a mi juicio coexisten claramente dos tipos de culturas que no han terminado de fusionarse: la cultura originaria tradicional, producto del mestizaje, y una cultura europea de nueva data representada por hijos, y nietos de la emigración masiva de post guerra proveniente de los países Mediterráneos: Italia, España y Portugal. Es más, ya antes de la llegada de esa emigración, existían valores encontrados dentro de nuestra cultura mestiza, una cultura patriarcal en el occidente del país (región Andina), contrastante con una cultura matriarcal en el resto del mismo, con los exponentes propios derivados de cada una de ellas; quiero dejar hasta aquí mis observaciones al respecto, por no ser pertinentes al objetivo del presente escrito. Pero las cosas no quedaron allí, ya desde la época de Pérez Jiménez, comienzan a cambiar los pensum de estudios de primaria y bachillerato, reduciendo al mínimo las materias humanistas con la historia patria a la cabeza, para favorecer las materias "técnicas" que al final termina por convertirse en una aplicación del Conductismo a la educación, (tan útil el mismo en Psicoterapia para cambiar conductas molestas, abrumadoras, y no operativas para los pacientes que las padecen), con una automatización en la aplicación de conductas aprendidas por sobre el modelo del enseñar a pensar. Lo que de manera irónica podríamos resumir en: "lo que no está en el programa de la computadora no existe".

No solo la transculturización masiva por medios escritos y radioeléctricos ha herido ideológicamente al corazón mismo de la Patria, sino también costumbres y usos desde la moda en el vestir hasta en lo alimentario, con la comida chatarra a la cabeza, convirtiendo en necesidades reales a las necesidades superfluas importadas. Tal es la alienación cultural de ciertos sectores clase media, esos mismos que se identifican o quisieran en lo más íntimo ser estadounidenses, que para terminar quiero dejarles la imágen eidética de los jóvenes manifestantes que se bajaron los pantalones enseñándole el culo a la policía, señal esta de desprecio muy norteamericana, sin darse cuenta que en nuestro medio, eso de enseñar el culo, es signo de invitación erótica a la penetración sodomítica.

Para terminar quiero aclararle a quienes como justificación a la posible intervención armada norteamericana, esgrimen el argumento de la inmiscuencia en nuestros asuntos internos de Rusia, Chima y del "imperialismo cubano". En primer lugar tanto la Rusia capitalista, como China con su socialismo de libre mercado, solo están atentos a sus intereses comerciales, sin poner condiciones políticas a nuestro gobierno, como si lo han hecho y pretende seguir haciéndolo los gobiernos norteamericanos. Que los tratados comerciales con esos países son o no perjudiciales para nuestro país, eso no depende de ellos, la responsabilidad recae directamente sobre nuestro gobierno, que por ineficacia y corrupción ha malgastado el dinero obtenido en esas negociaciones, viéndose obligado cada vez más a abrirle la puerta a estos y a otros países en la explotación de nuestros recursos naturales.

Con la Republica hermana de Cuba la situación es diferente, Chávez sin haber resuelto nuestras falencias internas en su totalidad, le permitió un plácet abierto al gobierno cubano, de injerencia en nuestros asuntos internos, llegando a decir que Cuba y Venezuela eran un mismo país. Así por ejemplo, el plan Barrio Adentro cuyas estadísticas no tienen ninguna supervisión por parte de nuestro Ministerio del Poder Popular para la Salud, se convirtió en una caja registradora para la republica cubana, abandonándose toda la parte preventiva a favor de la consulta externa de pacientes, lo cual se ha convertido en un afluir de millones de casos vistos, incluyendo a personas que por ir a pedir una información terminan en la lista de pacientes examinados. La formación de Médicos dentro del plan de estudios supervisados, tampoco tiene ninguna supervisión de nuestros organismos gubernamentales, con el agravante de que, no existen exámenes de suficiencia alguna, lo cual se ve reflejado en la mayor ignorancia de estos estudiantes de medicina al tocarle hacer pasantías en los hospitales públicos, las cuales abandonan, sin que esto sea óbice para que sus profesores cubanos les den las mismas como aprobadas. Excepcionalmente y a esfuerzo propio, algunos de estos estudiantes se destacan dada su responsabilidad y capacidad para aprender, además de aguantar a las primeras de cambio todo el acoso que existe de los médicos graduados en las universidades tradicionales. Por otra parte me comentaba y con razón ya hace algún tiempo el director de un hospital: "yo no sé porqué todas las compras de equipo deben hacerse a través de los cubanos, lo cual encarece el material comprado", este comentario no es sino el reflejo de la injerencia no obligada "imperialmente" por el gobierno cubano, sino impulsada por nuestro propio gobierno, al utilizar a funcionarios cubanos en todos o casi todos asuntos propios de nuestro país, dándose paradojas tales como asesores en el área de la energía eléctrica siendo que la ineficiencia en Cuba de los servicios eléctricos es harto conocida y hasta motivo de chistes, al igual que la presencia de funcionarios cubanos en los Registros públicos siendo que en Cuba la metodología para la asignación de viviendas es totalmente diferente a la nuestra, los técnicos agro pecuarios cubanos han fracasado en el impulso de nuestro propio desarrollo en esta área, es más se sospecha y no lo puedo afirmar de manera rotunda, que en algunos casos han defraudado o han sido cómplices de fraude de los dineros públicos en esta área. Es un hecho además el que al igual que en los gobiernos de la cuarta republica la injerencia norteamericana en nuestras Fuerzas Armadas (hoy Fuerza Armada) con representantes militares estadounidenses con oficinas dentro de Fuerte Tiuna, hoy por hoy son militares cubanos quienes ocupan este lugar, incluyendo a nuestros propios servicios secretos, y así podríamos decir que la injerencia cubana en todos o casi todos nuestros asuntos internos, más que permitida ha sido impulsada por nuestro propio gobierno, creando cierto resentimiento a todos los niveles de nuestras clases sociales. En resumidas cuentas valga el viejo dicho de "bueno es cilantro pero no tanto". Creo que fue un craso error iniciado por Chávez, el permitir toda esta injerencia antes descrita impulsada por nuestro propio gobierno, como una forma de ayudar a Cuba, sin antes haber cubierto en forma segura y definitiva las necesidades internas de nuestra población.



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Arnaldo Cogorno


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