Trump, ha vuelto repetitivos sus discursos en lo concerniente a su acentuado odio contra el Socialismo y lo que dicho modelo social, representa para la humanidad. Un discurso, nada diferente del que expresaba Adolf Hitler contra el Comunismo. Este lunes 18, en la Florida expresaba: "El socialismo está muriendo, y la libertad, la prosperidad y la democracia están renaciendo", de qué prosperidad y democracia se refería Trump a sus interlocutores de la gusanera venezolana en Miami, lo desconocemos pues la realidad de los EEUU en materia social, nos indica todo lo contrario. Al efecto, es importante rememorar un informe elaborado por Philip Alston, relator sobre pobreza extrema y derechos humanos de la ONU, referido a la realidad social estadounidense correspondiente al año 2017, es concluyente: "Unos 40 millones viven en pobreza, 18,5 millones en pobreza extrema y 5,3 millones viven en condiciones de pobreza extrema, propias del tercer mundo". En el plano laboral, Alston, en su informe concluía: "Muchos de sus trabajadores no pueden sobrevivir, teniendo un trabajo a tiempo completo, si no reciben cupones de alimentación. Esto encaja en una tendencia más amplia: el porcentaje de hogares que, mientras tenían ingresos, también recibían asistencia para alimentación aumentó de 19,6% en 1989 a 31,8% en 2015". Asimismo, reportaba el hecho que, según cifras oficiales, en 2017, había en EEUU unas 553.742 personas sin techos, viviendo en carpas, vehículos e incluso en la calle. En términos de pobreza, Alston, en su informe logra darle rostro al término pobreza: "La realidad es que hay ocho millones más de pobres blancos que de pobres negros. El rostro de la pobreza en Estados Unidos no solamente es negro o hispano, sino también blanco, asiático y de muchos otros orígenes". Hecho, que explica por qué las políticas de Trump no están dirigidas hacia sectores de la sociedad estadounidense, sino en exclusiva para el blanco anglosajón que viene a ser su base de sustento político. El informe Alston, fue convalidado por la Oficina del Censo de los EEUU, organización estatal que reveló que la cifra de personas que viven en situación de pobreza en los EEUU, se redujo de 12,7 a 12,3 por ciento en el año 2017. Considerando, que la población algo superior a los 326 millones de habitantes, dan fe de cuán certero es el Informe Alston en sus predicciones. Entre las conclusiones del informe, hay uno en particular que es premonitorio: "Las tendencias actuales en Estados Unidos, en realidad están minando la democracia", por eso preguntamos: ¿A qué democracia se refería Trump? Asimismo: ¿De qué prosperidad habla Trump? A la prosperidad del 1 por ciento más rico de la población, que pasó de obtener el 10 por ciento de todos los ingresos nacionales en 1980, a conseguir el 20 por ciento de los ingresos en 2017.
En septiembre 2018, la Cámara de Representantes abrió sus puertas en una audiencia, mediante la Campaña de la Gente Pobre, los congresistas pudieron oír los reclamos de algunos pobres estadounidenses; la Sra. Hill, manifestó sus quejas: "El derecho humano básico de tener agua limpia y accesible se niega a las personas solo porque son pobres. No porque seamos perezosos, simplemente porque no ganamos suficiente dinero. Ha habido cerca de 100.000 cortes de agua en Detroit desde 2014, es lamentable", explicando a continuación, que pese a tener dos trabajos, no ha podido pagar el agua algunas veces y las autoridades le han advertido que de no pagar el agua, sus hijos irían a centros de acogida. El gobierno de Trump, lo que ha logrado es agudizar la realidad anti social de los estadounidenses. Es un gobierno, que ha privilegiado mantener en alza las ganancias de los grandes magnates, profundizando la desigualdad entre pobres y ricos.
Pobreza creciente, problemas sociales que no mejoran y tan solo se han agudizado con la llegada de Trump, se convierten en el caldo de cultivo ideal para que las ideas de redención y justicia social, tengan asidero en una sociedad desigual por naturaleza. Millones de ciudadanos y ciudadanas estadounidenses, sobreviven gracias a los cupones de alimentos; sin seguridad social alguna, sin derecho a salud gratuita, mucho menos educación, es la sociedad del sálvese quien pueda y como pueda. Como lo ha advertido el Departamento del Servicio de investigación Agrícola de los EEUU, en 2016, el 38,3 por ciento de los hogares con ingresos por debajo del umbral de pobreza federal, padecían de inseguridad alimentaria. No por casualidad, la Academia Estadounidense de Pediatría, advertía que más de la mitad de los bebés estadounidenses corren el riesgo de desnutrición.
Hoy, los EEUU, cuentan con los peores indicadores sociales de todos los países autoproclamados del primer mundo. Muchas similitudes podemos apreciar entre los EEUU de estos tiempos y la Roma declinante. Entre las causas, que condujeron al derrumbamiento del imperio romano, bien podemos contar las siguientes: i) el alto gasto militar para sostener las guerras permanentes y el numeroso ejército; ii) una economía decadente e inflacionaria, que hacía que la prosperidad del imperio se restringiera a una élite de ciudadanos romanos enriquecidos; iii) alto desempleo de la mano obra plebeya, que al no poder competir con la mano de obra esclava, quedó desempleada y sobreviviendo de las dádivas del Estado, lo que originó numerosos disturbios y motines callejeros en reclamos de mejores condiciones de vida; iv) El odio creado entre sus enemigos, creó las bases para que estos fortalecieran sus ejércitos y se unieran las tribus bárbaras, compuestas por visigodos, hunos y vándalos, que darían el golpe final al imperio, desintegrando la autoridad romana y produciendo su inevitable final.
A Hugo Chávez Frías, debemos el relanzamiento del Socialismo como propuesta alternativa al capitalismo en su versión de neoliberalismo salvaje, posterior a la caída de la Unión Soviética. Pero, Chávez, no aró en el mar al relanzar su propuesta del Socialismo del siglo XXI, en tiempos en que nadie daba nada por el Socialismo. En 2016, surge la candidatura del Senador por Vermont, Bernie Sanders, en las primarias del partido Demócrata estadounidense para la elección del candidato presidencial. Sanders, entonces, centraba su propuesta presidencial en el reforzamiento de los sindicatos como catapulta para impulsar los salarios y reducir las desigualdades de renta en un país tan desigual como lo son los EEUU. Asimismo, prometía retomar el MediCare para todos, universalizar los beneficios sanitarios federales y rebajar la edad para beneficiarse de la cobertura federal de salud de los 64 años hasta universalizarla en cuatro años e incorporar a los recién nacidos. Estudios de opinión de aquel entonces, realizados por Reuters/Ipsos, reflejaban apoyos del 85 por ciento entre los demócratas, del 52 por ciento entre republicanos, y 70 por ciento entre los estadounidenses, que se declaraban favorables a dicha medida. Donald Trump, desde entonces, calificaba la propuesta de Sanders, como un "golpe vergonzoso" contra el sistema que "fustigaría" las finanzas federales. Ya entonces, 2016, sin ser presidente, arremetía contra el Socialismo, calificándolo como "peligroso" para la prosperidad futura del país.
Una vez electo como presidente de los EEUU, Trump, la propuesta del Socialismo no ha cesado de crecer entre el público estadounidense, como lo reflejan diversos estudios de opinión. Un estudio de 2017, de Victims Of Communism Memorial Fundation, reveló que el 53 por ciento de los estadounidenses menores de 30 años, afirman que el capitalismo trabaja en su contra y un 44 por ciento preferiría vivir en una economía socialista. Encuestas realizadas en 2011, realizadas por la compañía PEW evidenciaban que el 49 por ciento de los jóvenes estadounidenses con edad entre 18 y 29 años, tenían una opinión favorable del Socialismo, superior a quienes tenían una opinión favorable del capitalismo, el 46 por ciento. Desagregando dicha encuesta, se encontraban resultados aún más interesantes como que el 55 por ciento de los jóvenes afroamericanos y el 44 por ciento de hispanos y latinos tenían una opinión favorable del Socialismo, en contraste con los blancos que apenas se manifestaban a favor el 24 por ciento. Asimismo, ha venido creciendo a los interno del partido Demócrata una facción que ha venido jugando un rol cada vez más creciente, se trata de los Socialistas Democráticos de América, DSA, que opera como una organización auxiliar del Partido Demócrata. Su crecimiento ha sido tan vertiginoso, que ya cuenta con representantes electos como el caso de Alexandría Ocasio-Cortez, electa por New York. DSA, forma parte de un conjunto más amplio de organizaciones sociales como lo son la Organización Socialista Internacional, ISO, y Alternativa Socialista, que expresan sectores de la clase media alta. La empresa de estudios de opinión, GALLUP, ha venido reflejando el imponente crecimiento del planteamiento socialista entre simpatizantes de los dos grandes partidos hegemónicos. Así, entre los republicanos, en promedio, entre 2010 y 2018, se mantiene la tendencia del 70 por ciento favorable al capitalismo. En el caso de los simpatizantes del partido demócrata, la tendencia es creciente: en 2010 el 53 por ciento se mostraba favorable al socialismo; en 2016 el 58 por ciento se manifestaba favorable, y en 2018, el 57 por ciento.
El Socialismo, ha dejado de ser un fantasma para la sociedad estadounidense y en la medida en que sus condiciones de vida se han depauperados hasta niveles impensables, el pueblo estadounidense, aprecia en las propuestas socialistas, una alternativa viable para recuperar niveles mínimos de sobrevivencia. Trump, en el relanzamiento de su candidatura presidencial 2020, en la Florida, ha colocado como los malos ejemplos de lo que es el Socialismo a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Curiosamente, no menciona a Bolivia, la economía con mejor desempeño con inclusión del continente americano, por cuarto año consecutivo. Menciona a países, que hoy son víctimas de medidas coercitivas unilaterales imperialistas (bloqueos financiero comercial, expropiación de activos, violencia interna promovida desde EEUU), que dañan las economías de Cuba, Nicaragua y Venezuela; mientras, les amenazan con invadirlas, como ocurre con Venezuela. Estos tres países, los utiliza como el mal ejemplo que los estadounidenses no deben seguir. Se olvida Trump de informarle al pueblo estadounidense, que pese a las políticas coercitivas unilaterales y de guerra, impuestas por el imperialismo estadounidense, estos pueblos gozan de educación y salud gratuita, tienen planes de viviendas inéditos como la Gran Misión Vivienda, que ya ha beneficiado a 2 millones 500 mil venezolanos y venezolanas, incluidos un 20 por ciento de los beneficiados que son de origen colombiano. Que son países, que practican la Democracia directa, y la consulta al pueblo es cotidiana y participativa. Así, en Venezuela, por ejemplo, en los últimos 20 años de Revolución Bolivariana se han realizado 25 procesos electorales, entre presidenciales, elección de gobernadores, alcaldes, legisladores y constituyentes, incluyendo un referendo con carácter revocatorio al Presidente Chávez, que concluyó en ratificatorio de su gestión de gobierno. En estos países, que pretende satanizar Trump, la Democracia no es un ejercicio que se ejecuta cada 4 años, en que se convoca al pueblo a elegir, sino que es un acto permanente de participación ciudadana. Con toda la agresión que el gobierno de Trump ha ejecutado contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, infligiéndoles limitaciones y penurias, sus modelos sociales gozan de amplia simpatías en sus pueblos, como síntoma de que el modelo capitalista, tipo Trump, hoy vigente en Argentina, Colombia, Perú, Chile, Brasil, Honduras, Haití, Paraguay, Ecuador, hoy sometidos a los dictámenes del FMI, no gozan de amplias simpatías entre los pueblos cubanos, nicaragüenses, venezolanos y boliviano. Tarde o temprano, más temprano que tarde, el pueblo estadounidense se nutrirá de esas experiencias de nuestro continente para hacer surgir en los propios EEUU una experiencia Socialista de nuevo tipo, tal como lo ha definido el Senador Bernie Sanders: "Nuestra campaña es sobre la transformación de nuestro país y crear un gobierno basado sobre los principios de justicia económica, social, racial, y ambiental". ¿Por quién doblan las campanas Trump?...