Usurpador testarudo

El 9 de marzo del 2015, el señor Barak Obama, entonces Presidente de los Estados Unidos, emitió un decreto mediante el cual se declara a Venezuela como una amenaza para la seguridad de EE.UU. Allí comenzaron las sanciones del país más poderoso del mundo contra un tipo, según los poderosos, despreciable como político porque sólo era un chofer de autobús. Con ese decreto, las colas para conseguir los productos de la dieta diaria y la pregonada brutalidad del chofercito, el mandado lucía hecho. Se fue el negrito y vino uno blanco, millonario, arrogante, todopoderoso y pistolero a la mala. Y el chofer allí. El catire vino con un cartapacio de sanciones y otras medidas contra el ignorante ese, ese tonto de capirote con cargo presidencial. Y nada, salvo que las encuestas empezaron a informar que el chofer tenía un rechazo del 80% de la población.

Con este alto rechazo, las sanciones, la inflación, el dólar negro y la brutalidad del chófer, la salida estaba a la vuelta de la esquina. Pero, bueno, el ignorante se quedó. Así llegamos al 2019 y por mandato del catire gringo, hubo un Presidente Interino en Venezuela. El torpe chofer pasó a ser un Usurpador.

Le clavaron más sanciones, le amotinaron la frontera para traer ayuda humanitaria "que entra como sea". No pasó. Y el bruto chofer, el Usurpador, el ignorante se quedó en su puesto. Casi 60 países desconocieron al chofercito y lo llamaron Usurpador. Le robaron el oro, le quitaron compañías petroleras y otros negocios al país. Pero el autobusero allí.

Le aplicaron más sanciones y se presentó aquel follón con el transporte público. ¿Recuerdan las perreras? Aquel gentío caminando bajo un inclemente sol ante la ausencia de autobuses. Y el Usurpador allí, terco como una mula.

¿Recuerdan los apagones? El país entero era una oscurana. Pasamos del apagón al alumbron, pues era raro tener servicio eléctrico. Y aquellas arrecheras contra el Usurpador. Lo del saboteo parecía un invento. Era más creíble lo de falta de mantenimiento. Vaya, y el chofer allí, ahora con luz.

Al chofercito bruto ese, al Usurpador, le bloquean los pagos. No puede comprar medicinas ni alimentos. Le torpedean los pagos por venta de petróleo. El nunca despreciado pago "chinchín" no es aceptado. Los mismos gobiernos que pretendían entrar a la fuerza con medicinas y comida gratis para los venezolanos, no aceptan que el Usurpador, el chofercito iletrado, les pague por lo mismo para lo mismo, pero sin condiciones.

También llega el bloqueo naval. Cero cargueros para Venezuela a fin que el Usurpador se vaya. Y se presenta el vainero con el gas doméstico. El padecer de las familias y el desespero. Más mentadas de madre contra el Usurpador. No se olviden de la escasez de gasolina. Aquellas colas en las estaciones de servicio eran interminables. Y ese griterío "Maduro vete ya". Y el chofer allí.

¿Y el lío del efectivo? Los billetes aparecían fuera de la frontera, en Venezuela nada. Se quedó el testarudo Usurpador. La terquedad es grande. Los Estados Unidos, la Unión Europea, la OEA, el Grupo de Lima, todos piden cese a la usurpación. Nojó, y el chofer contestando el teléfono en Miraflores.



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Pedro Salima


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