Poder, dinero y voz

Desde tiempo inmemorable cualquier grupo político que gane las elecciones en una gesta democrática, una vez que asuma el gobierno para coordinar las directrices de la administración pública son necesarios tres elementos: poder, dinero y voz. Este criterio fue evidente en el medioevo, cuando la clase aristocrática dominaba la mayor parte del planeta. El poder estaba sustentado en la clase sacerdotal que representaba el poder espiritual para amenazar a los siervos con el castigo divino y en el ejército, encarnaba el poder terrenal, para sojuzgar, cobrar tributos y amenazar a los siervos. A los nobles el dinero no les faltó, controlaban todas las riquezas generadas en el reino, bien con los impuesto o bien por las confiscación de los bienes. La voz no se concentraba en un parlamento puesto que no existía, pero sus propósitos, las gestas y las proezas de los caballeros se divulgaban a través de los juglares, mediante el púlpito, usaban el teatro en cuyas obras resaltaban el modo de vida de los nobles y también los poetas, quienes escribían églogas para alabar a los nobles quienes le pagaban bien a los vates por tales encomios.

Si buscamos cualquier época, tanto monárquica, imperial, dictadura y actualmente en la democracia representativa u otra forma de gobierno, aquellos ingredientes, los factores referidos en el acápite anterior, siempre han estado presente: el poder sustentado en una constitución y protegido por una fuerzas armadas; el dinero, dado que en un estado moderno este es el que administra los dineros obtenidos, bien los recaudados de los impuestos o bien, los derivados de la exportación de la materia prima hacia otros confines o cualquier otra forma del capital que ingrese a las arcas al país. Finalmente, todo gobierno necesita una voz para divulgar sus actuaciones y para discutir frente a otros políticos las leyes necesarias, en este caso el congreso se convierte en voz del estado. De igual modo, el gobierno requiere de los medios de comunicación y actualmente, de las redes sociales para divulgar las acciones del régimen y para defenderse de las mentiras de aquellos que desean entorpecer las labores oficiales, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

A manera de ejemplo, uno de los antiguos imperios que supo utilizar estos tres ingredientes fue Inglaterra. El Reino Unido (UK) durante el siglo XIX y parte del XX ostentó un considerable poder que conformó el Imperio Británico. Su poderío lo consolidó a los largo del planeta con numerosas colonias ubicadas en África, Asia, Australia y América. Este imperio tuvo alrededor de 33 000 kilómetros cuadrados (casi 34 veces Venezuela), alrededor del 30 % de las tierras de planeta. Entre los "protectorados" se puede señalar: Suráfrica, Egipto, Kenia y Nigeria en África; en Asia poseía 22 provincias donde se destacan Irak, India, Palestina, Qatar y Nepal; en las costas del Pacífico era dueña de Australia, Nueva Zelandia o Fiyi. Así mismo, tenía posesiones en América como Belice, Jamaica, Islas Malvinas y las islas Caimán; sin dejar de lado Gibraltar y Chipre en Europa. Como se nota el poder imperial de Inglaterra se perdía de vista. Este poder estaba respaldado por grandes y criminales fuerzas militares, además de una flota de barcos de guerra, infantes y artillería mortal que ponían sus armas al servicio de la aristocracia. Conjuntamente, flota privada como la Compañía Británica de las Indias Orientales encargadas de saquear las riquezas de los países conquistados. Por esta razón a los patricios ingleses en UK no les faltó dinero para mantener en el poder a una cáfila de aristócratas parásitos, quienes vivían a costa de los robos en las provincias de ultramar cometidos por sus barcos, los soldados y la flota comercial. La voz del Imperio Británico la ostentaba en primer lugar la reina o el rey, también el parlamento separado en la cámara de los comunes y la de los lores, quienes llevan la voz cantante de las tropelías del imperio, como por ejemplo, el secuestro del oro venezolano. De igual manera, Inglaterra tenía y tiene medios de comunicación especializados para difamar y elaborar fake news para preservar los intereses de la aristocracia. También en esto UK tiene mucha experiencia, por ejemplo, durante las guerras contra España, Francia, Alemania se inventaron noticias falsas, así mismo, para justificar sus maldades cometidas en las antiguas colonias.

Tomé como muestra a Inglaterra como uno de los imperios que supo y sabe hacer uso del poder, del dinero y de la voz para imponer en sus posesiones ilegales un modelo económico-político-social. Pero aquello que ocurrió en tiempos pretéritos en España, Portugal, Francia, Italia, Bélgica actualmente se repite en la UE, añorando su vetusta época imperial y también, recién en EEUU.

Si se analiza a EEUU el uso de tales criterios veremos que no se diferencia en nada del modelo británico. En este caso, no utiliza colonias transoceánicas pero si esgrime el poder financiero, industrial y los monopolios globalizados para sojuzgar y chantajear a la mayoría de los países. Esto, aunado al dominio del dólar en el ámbito comercial y el poderío militar repartido en el mundo a través de las bases militares, le ha permitido consolidarse como una potencia mundial, algo que muy pronto desaparecerá. La voz del poder de EEUU no está ni en el presidente ni en el congreso, este reside en Hollywood, en la tv por cable, en la tecnología, en los medios de comunicación de masa, en redes sociales, en las editoriales, en las noticias falsas con las que pretenden hacerles creer a la humanidad que lo del "sueño americano" es una verdad irrebatible.

Indudablemente el poder, el dinero y la voz son los factores indispensables para el desempeño de un gobierno. Del buen o mal uso de estos de penderá la benigna o la mala acción de un gobierno. Lamentablemente, es insoslayable que de los buenos usos que se haga de aquellos factores se podrá calibrar la acción del gobierno, pero también es ineluctable que la globalización afecta estos ingredientes.

Reflexionemos sobre el caso de Venezuela. Tenemos el PSUV y el Polo Patriótico en el poder sustentado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, respaldado por una FANB, fiel a la carta magna y a los principios y valores de nuestra democracia participativa y protagónica. Así mismo, tenemos una vocería para hacerles llegar a los habitantes del país y del mundo, representada aquella en los centros comunales, en las comunas, en los medios de comunicación alternativos (la guerrilla del pensamiento), en las redes sociales y otros medios que coadyuvan a mostrar los alcances de la Revolución Bolivariana. De igual modo, se utilizan para refutar a través de estos las calumnias y acusaciones con las que nos atacan los medios de comunicación de EEUU y la UE. El gobierno de MM y el pueblo de Venezuela actualmente sufren las consecuencias de las sanciones económicas-financieras además, el bloqueo criminal y comercial, así mismo de la guerra mediática con las que se nos agrede, ante la impasibilidad de la comunidad internacional.

Lamentablemente las sanciones económicas-financieras y el bloqueo criminal y comercial han golpeado la columna vertebral de nuestro país. Tenemos el poder, la voz, pero carecemos de dinero para enfrentar y solventar los graves problemas que nos acosan, como la epidemia del coronavirus, el problema alimenticio, la compra de medicinas, entre tantos insumos necesarios para realizar una buena acción de gobierno. No cabe duda, para realizar tal canallada (las sanciones) el gobierno de EEUU y la UE encontraron el perfecto idiota para llevar a cabo tal vileza. Juanito Alimaña es responsable de la carestía del dinero en Venezuela. Debido al boicot petrolero no podemos obtener divisas lo cual general el aumento criminal del dólar y como consecuencia una inflación inducida. El bobolongo es responsable de que los sueldos se hayan trasformado en limosnas que le impide a lo los venezolanos disfrutar una vida digna. El traidor de Guaidó le quitó al pueblo el derecho a vivir, porque sin dinero no se puede adquirir alimentos y sin estos, no hay salud.

Por todo lo anterior es indispensable recuperar acudir a votar el 6-d para recuperar la vocería de la AN, en el intento de conseguir que los ideales de Chávez se hagan realidad. Es decir, un país que no degrade a las mujeres y a los hombres, que tampoco deprede la naturaleza, que garantice el desarrollo soberano e independiente, ecológicamente sostenido, de la mayor parte de los países del mundo. Es perentorio perder la condición de país subdesarrollado, funcionalmente dependiente del mercado capitalista, cada vez más imperfecto, asimétrico, monopolizador y transnacionalizado. Sin soberanía alimentaria no podemos tener independencia y libertad.

No cabe duda cuando un político está frente al dinero ajeno muestra su verdadero talante, por eso Marco Tulio Cicerón afirmó: "La honestidad es siempre digna de elogio, aun cuando no reporte utilidad, ni recompensa ni elogio". Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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