¿Si ya perdimos nuestra moneda, qué importa perder un territorio inhabitado?

En la mañana estuve escuchando los argumentos de la Vice-presidenta sobre la agresión de Guyana en contra de Venezuela por participar con EE.UU. en unos ejercicios militares en la zona en reclamación del Esequibo. Ella hacia un llamado a todos los países del Caribe para que apoyaran a Venezuela en esta controversia que ya lleva dos siglos.

Ahora bien, un país que ha sido derrotado, vulnerado interna y externamente por 56 países del mundo, 16 afiliados a la OEA y por sus vecinos más cercanos, pida recibir el apoyo de gobiernos que no tienen nada que ganar y mucho que perder, solidarizándose con un Estado que perdió su independencia, su soberanía, su moneda y su base de apoyo popular es muy cuesta arriba lograrlo

El haber permitido que EE.UU. le nombrara un Presidente Interino, le desapareciera el cono monetario y le implementara el dólar como moneda nacional; el no haber logrado ni un 30% del electorado participando en las últimas elecciones parlamentarias, sin soberanía alimentaria, sin producción de su mayor riqueza, bloqueado por todas partes y con una población donde el 80% va directo hacia la extrema pobreza, considero no son estímulos para que los gobiernos del Caribe sientan que vale la pena arriesgarse a enfrentarse a la mayor potencia del mundo y quien le suministra el oxígeno que ellos necesitan para su existencia.

El hecho de que para sobrevivir unos dias más, el gobierno de Venezuela, asegure que está venciendo en esta desigual confrontación con El Imperio, no quiere decir que sea verdad. Por donde se le mire nos tienen contra la pared y eso lo podemos palpar cuando entramos a un negocio manejado por los árabes, chinos o colombianos y vemos que los precios de las mercancías están marcados en dólares y un kg. de harina de maíz cuesta más de un dólar y que al cambio oficial eso representa más de Bs. 2 millones. Si eso no significa que el país perdió la gobernabilidad, la independencia y la soberanía, no sé qué otra cosa puede servir de ejemplo.

Cuando vemos que, ante este cuadro de evidente derrota, su máxima autoridad lo que hace es pedir diálogo y reconciliación, esperando un milagro para que las nuevas autoridades del imperio le reconozcan, es mala señal para arriesgarse a darle apoyo y jugársela con él. Chávez lo que hacía era mandarlos a la mierda y pal carajo y los desafiaba. Y cuando Uribe dijo que le "faltó tiempo", Chávez le respondió que lo que le faltó fueron bolas. Con un líder así, uno se las juega. Chávez era militar formado para el combate y Maduro sindicalista, formado para negociar con el patrón las reivindicaciones laborales y en este caso en particular las ganancias empresariales.

Así que Padrino López tendrá que justificar esa cantidad de condecoraciones que le adornan el pecho o perdemos El Esequibo que nunca hemos tenido, por no haberlo ocupado y quien no hace, se la hacen. Eso es un dicho de los viejos merideños.



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Juan Veroes


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