«Dios contó a Gedeón que si aún tuviera miedo de entrar en la batalla, debiera infiltrar el campamento del enemigo en secreto. Cuando Gedeón hizo eso, escuchó a los soldados que describían un sueño. Interpretaron que el sueño significaba que iban a ser vencidos por Gedeón. (Véase Jueces 7:9-15)». Año 2021: La llegada de la Administración Biden a la conserjería imperial, trajo consigo cambios sustanciales en el estilo de implementar la política imperialista. Se retorna al estilo Obama del manejo «inteligente» de la guerra, lo que significa -ni más ni menos- el uso intensivo de las nuevas tecnologías y medios de comunicación distorsionando realidades, el uso intensivo de los fake news y el acento en la supuesta defensa de los DDHH. Colombia, continua siendo la plataforma de ataque del imperialismo contra Venezuela, así ha sido ratificada por la nueva Administración del imperialismo. Importante precisar, que el «Plan Colombia» tuvo éxito en integrar las fuerzas paramilitares, guerrillas, bandas criminales, medios de comunicación y Estado en un solo frente de conjunción de intereses comunes: el narcotráfico y producción de cocaína para el mercado internacional. ¡Divididos pero unidos, en lo que al negocio concierne! Bajo ese lema, toda esa conjunción de fuerzas del mal, se constituyen en lo que los medios llaman: «democracia» al estilo colombiano. Esa, ha sido la gran creación de la CIA en territorio colombiano, inédita creación. ¡Perversa creación imperialista!
«¡La espada de Jehová y de Gedeón!’ Cuando los soldados enemigos despiertan, se confunden y asustan. Todos huyen, y los israelitas ganan.» (Jueces, capítulos 6 al 8). Para comprender mejor, lo ocurrido en estos días de finales de marzo 2021, es preciso observar los hechos ocurridos en los días y meses previos a los acontecimientos. En diciembre 2020, Iván Duque, recibe al terrorista Leopoldo López en el Palacio de Nariño, en una visita de Estado con motivo de conmemorarse el Día Mundial de los Derechos Humanos. Homenajeaba, Duque a López, aprovechándose de la ocasión, en irónico acto de parte de un gobierno que ha roto records de masacres en contra de líderes sociales y miembros de las FARC, desmovilizados. Por lo demás, Leopoldo López, carga sobre sus hombros los cadáveres de 49 venezolanos y venezolanas, víctimas de sus llamados a la violencia en las calles para derrocar a la democracia venezolana. De allí, se dirigiría –López- a Cúcuta, punto fronterizo que han colocado como símbolo de la política de la derecha internacional. Inevitable -para López- ir a Colombia y no recibir instrucciones de su mentor político: Álvaro Uribe Vélez. Leopoldo López, Comisionado presidencial para Centro de Gobierno, así designado por el autoproclamado, se reunió con Uribe. Ambos capos del narcotráfico internacional, aprovecharon la mediática presente para lanzar su mensaje: «La única forma de acabar con el sufrimiento del pueblo venezolano, es poniéndole fin a la causa principal de ese sufrimiento». ¡Acabar con Venezuela, les faltó decir en señal de sinceridad! Tomaba nota, en Washington, Mr. Biden, ya electo. En febrero 2021, arriba a Colombia la jefa de la diplomacia española, Arancha González Laya, quien agita la bandera de los refugiados venezolanos, llevaba en agenda -la ministra de exteriores del reino español- la bicoca de 120 millones de euros supuestos para atender los migrantes venezolanos. Además, ofreció para luego, 144 millones de euros adicionales y 3 millones de euros para la atención de niños colombianos en situación de calle, generosas contribuciones que llegan a las arcas del narco Estado colombiano y del Palacio de Nariño, y no salen sino para los bolsillos de la élite gobernante. Sin dudas, la «atención» de los migrantes venezolanos, lo ha convertido -la élite gobernante- en un lucrativo negocio, que ha permitido a dicha élite mantener en alto sus ganancias ante el bajón que han sufrido por causa de la pandemia de coronavirus y la recesión económica en EEUU, principal mercado de las exportaciones colombianas, incluidas la cocaína y marihuana. En ese mismo mes, James Story, supuesto embajador de EEUU para Venezuela, cita a reunión a los principales líderes negativos de la principal banda de delincuencia organizada, creada por Donald Trump para el saqueo de los activos venezolanos en el exterior. Al llamado de Story, acudieron Julio Borges, William Dávila, Manuel Rosales, Carlos Veccio y Leopoldo López. El buen olfato de Jorge Rodríguez, lo llevó a concluir que la penúltima vez que López anduvo por Colombia (diciembre 2020) se planeó el plan terrorista que buscó hacer explotar la sede del Palacio Federal Legislativo en Caracas, y dejó –en el aire- dudas sobre lo que vendría de una reunión -eminentemente conspirativa- entre terroristas consumados.
Kilómetros más adelante, siguiendo la línea fronteriza, ésta se convertiría en el punto nodal donde la nueva agresión imperialista tendría concreción, ahora de la mano de la Administración Biden. Y «Gedeón mandó que sus 300 soldados rodeen el campo de los madianitas para hacer como si estuvieran rodeados y sobrepasados en número» (Jueces, capítulos 6 al 8). Días previos, los habitantes de la población de La Victoria, Estado Apure, colindante con la población colombiana de Arauquita, separados tan solo por las aguas del río Meta, los pobladores habían comunicado a las autoridades venezolanas, la presencia de personas extrañas y detonaciones, también extrañas, en el poblado. Las investigaciones, conducían a una finca del sector donde se alojaron los grupos paramilitares con armas, municiones, explosivos y como hecho notorio el minado del terreno en una especie de invasión silenciosa que buscaba abrir una «cabeza de playa» al narcotráfico colombiano en territorio venezolano, como evidenciaron la presencia en la finca de laboratorios para el procesamiento de la coca. La activación de la Operación Escudo Bolivariano por parte del C/J Nicolás Maduro, permitió iniciar las actividades militares para el desalojo por la fuerza de ese cuerpo extraño y dañino a la nación del territorio venezolano.
El inicio de las acciones bélicas -en territorio venezolano- fueron acompañadas de acciones bélicas también, desde el escenario de los medios de comunicación. Mientras, los actores de la banda paramilitar empleaban a WhatsApp (propiedad de Facebook) para lanzar mensajes de intimidación al pueblo venezolano de La Victoria y a la FANB; la entrada en acción de los medios de comunicación colombianos, se hacía para crear cizaña y dudas sobre lo que estaba ocurriendo sobre el terreno de operaciones. Inicialmente, apoyaron el formato que desde Nariño, les señalaba Iván Duque, quien les indicaba que la batalla que se ejecutaba en Apure no era más que una disputa entre la FARC y el cártel de los soles por el control del narcotráfico en territorio venezolano; éste último, una creación mediática de la CIA para acusar a Venezuela de ser el responsable de los sembradíos de cocaína en Colombia y exculpar al Palacio de Nariño. Asimismo, las plataformas mediáticas del imperialismo, intentaron posicionar una matriz de opinión para señalar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que estaba violando los derechos humanos de los pobladores de La Victoria, Estado Apure. Alguna «izquierda» buscaba –la CIA- confundir con dicha estrategia mediática, que colocaba al Gobierno Bolivariano a la derecha de esa supuesta «izquierda» supuesta «disidencia» FARC. La contundencia de las acciones militares ejercidas por el Escudo Bolivariano, fueron doblegando los fake news y demás mentiras, que desde el Palacio de Nariño, solo buscaban distraer la atención y confundir a los incautos observadores de la aldea global. Al igual que en Siria, la CIA activó sus ong´s (https://www.controlciudadano.org/noticias/sociedad-civil-de-venezuela-y-colombia-pide-un-enviado-especial-de-la-onu-para-frontera-comun/), desplegándolas en el terreno de operaciones internacionales en exigencia de la intervención de la ONU para investigar los sucesos. ¡La ONU, no pisó el peine! El discurso inicial de las fuerzas narco paramilitares comenzaba a modificarse ahora, los otrora enemigos del régimen de Uribe pasaron a convertirse en víctimas de la FANB, y desde la mediática colombiana se rogaba por la defensa de sus DDHH y se acusaba a la «malévola» FAES, que violaba sus DDHH brutalmente. Se borraban, las barreras que diferencian al Gobierno colombiano-medios de comunicación-grupos guerrilleros-paramilitares y bandas criminales, unidas todas por el negocio de la producción de drogas y el narcotráfico. Ahora, todo ese conjunto de fuerzas del mal, se unificaba para la defensa de los DDHH de la banda narcoparamilitar que había osado mellar el suelo sagrado del Padre Libertador, Simón Bolívar y Hugo Chávez, Venezuela. Incluso, la propia Administración Biden, por medio de la embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, en reunión virtual con la Alta Comisionada de los DDHH de la organización, en comunicado le manifestó la preocupación imperial por «las torturas y supuestas ejecuciones extrajudiciales en Venezuela y en otros países latinoamericanos como Cuba y Nicaragua.» Acusaba, la Administración Biden, en la ONU a China de «genocidio» y «crímenes de lesa humanidad» contra los uigures y otras minorías musulmanas en la provincia noroccidental de Xinjiang. En fin, Herodes, acusaba a Jesús de los crímenes ejecutados por su espada, en contra de los niños y niñas de Belén.
En la medida que la FANB, asestaba golpe tras golpe, a la narco guerrilla y la derrotaba militarmente, la estrecha línea que separaba a las instituciones del Estado colombiano, sus medios de comunicación, incluidas ong´s financiadas por el Departamento de Estado de EEUU y grupos paramilitares, se iba deshaciendo y las verdades manifestadas por el otrora líder narcoparamilitar, Mancuso, expresadas a un tribunal estadounidense, confirmaban su veracidad: «los paramilitares son hijos del Estado», enfatizó que «no fue de manzanas podridas sino que fue algo que se implementa de los altos mandos, tanto militares como políticos del país». En fin, una política de Estado direccionada por la Agencia Central de Inteligencia, CIA, una orden imperial a cumplirse, como se cumplió, y ahí tenemos los resultados: el propio Narco Estado. Con muchísima razón, el ministro del Poder Popular para la Defensa, G/J Vladimir Padrino López, refiriéndose a los hechos ocurridos en La Victoria, Estado Apure, afirmaría: «Le cedieron el territorio a las bandas criminales del narcotráfico y ahora quieren, como se la disputan allá, venir a disputarse un pedazo aquí. No va a ocurrir, no está permitido». En su huida, las bandas narco paramilitares que se estacionaron sobre territorio venezolano dejaron armas, explosivos, laboratorios para el procesamiento de la cocaína y terrenos minados que ahora se convierten en un peligro real para el pueblo de La Victoria y que requiere una acción de limpieza profunda para que no haya un venezolano o venezolana más, muerto por causa de una mina antipersonal. ¡Honor y gloria a los caídos en combate! «Por fortuna, se ha visto con frecuencia un puñado de hombres libres vencer a imperios poderosos…» (Epistolario entre el Libertador Simón Bolívar y un agente estadounidense, Simón Bolívar, 12 de octubre de 1818)…
Postscriptum: Derrotado en el terreno de operaciones militares, ahora Iván Duque, se reactiva para intentar extorsionar a la ONU y demás organismos internacionales, utilizando como «excusa» a los venezolanos y venezolanas, que en el momento de ocurrir los enfrentamientos armados se vieron obligados a protegerse y cruzaron el río, refugiándose en la población más cercana, Arauquita, Colombia. 2 mil millones de dólares aspiran recaudar y para ello, han abultado estrambóticamente el número de venezolanos y venezolanas que buscaron refugio para el momento del desalojo de la fuerza narcoparamilitar del territorio venezolano. Lucas Gómez, gerente de fronteras de Migración Colombia, habla de 5 mil venezolanas y venezolanos desplazados. Supuesta «verdad» que choca con la verdad verdadera y que indignó tanto al padre Numa Molina, que tuiteó en respuesta y en honor a la verdad verdadera: «MENTIRAS de medios colombianos: si en La Victoria estado Apure, Venezuela según estadísticas 2021 del gobierno venezolano hay 3574 habitantes ¿cómo es que se desplazaron 5000 personas de ese pueblo para Colombia? ¡Mentirosos!! No hagan tanto daño con su falsa información» (@numamolina, 05 de abril 2021). Así de grosera es la oligarquía colombiana y sus agentes.