En la Asamblea de las Naciones Unidas, Kirchner denunció a Irán por su supuesto rol en el atentado a la AMIA, en sintonía con la campaña de agresión que desarrolla Bush y el imperialismo contra esa nación.
El presidente Néstor Kirchner, acompañado y apoyado por Cristina, en su discurso ante la Asamblea General de la ONU denunció a Irán por “su falta de colaboración con la Justicia argentina en la causa que investiga el atentado a la AMIA”, siendo éste el eje de su exposición.
Aprovechándose del justificado reclamo de esclarecimiento por parte de los parientes de las víctimas, el tiempo y lugar en que hace esta denuncia no tiene nada de casual ni de inocente, ya que coincide con el momento más fuerte de la campaña de amenazas que desarrollan Bush y sus aliados contra Irán.
Irán, nación independiente agredida
En 1979 una gran movilización revolucionaria de las masas iraníes encabezada por un movimiento burgués religioso y nacionalista, acabó con la siniestra dictadura del sha Reza Pahlevi, un amigo incondicional del imperialismo. Fue un golpe para las ambiciones del gobierno yanqui de dominar esa región tan rica en petróleo y tan conflictiva. Desde entonces, más allá de las diferencias políticas que tenemos con su gobierno, Irán se plantó como un país independiente de las órdenes del amo imperialista. Los EE.UU. impulsaron su aislamiento internacional y sanciones económicas.
Cuando comenzó la cruzada “antiterrorista” que significó las invasiones a Afganistán e Irak, Bush definió a Irán como parte fundamental del “Eje del mal”. Y viene impulsando, además de las declaraciones amenazantes de invasión, intentos de impedir el desarrollo nuclear iraní.
El servil discurso de Kirchner es funcional a los planes imperialistas de intentar endemoniar a Irán, tratando de crear un contexto de opinión internacional que favorezca la agresión a este país.
Por eso no es de extrañar que los primeros en elogiar éste discurso hayan sido las organizaciones sionistas que respaldan la agresión genocida de Israel contra el pueblo palestino. Para Siegel Vann, la directora del Instituto para América Latina del Comité Judío Norteamericano, “el discurso cobró significado especial porque hablamos de las denuncias al líder de un país que desde hace muchos años patrocina el terrorismo internacional” (La Nación, 26-09-07).
Pero si faltaban pruebas para saber a quién beneficia esta postura, luego de recibir el apoyo de la secretaria de Estado de los EEUU, Condoleezza Rice, Cristina Kirchner recibió a Tzipi Livni, que además de ser la canciller, es la viceprimera ministra del Estado de Israel, con firmes posibilidades de llegar a ser la premier. “La senadora y el canciller Jorge Taiana la escucharon agradecer a la Argentina por el discurso del presidente Kirchner ante la Asamblea General de la ONU.” (Clarín, 29-09-07). Más claro, échele agua.
Más doble discurso kirchnerista
En su discurso en la ONU, al presidente no se le escuchó decir ni una palabra contra el mayor terrorista del mundo, Bush, que mantiene la invasión a Irak y a Afganistán, entre otros crímenes que produce su intento de dominio imperial del mundo.
Es que más allá de las palabras, los hechos demuestran que las “relaciones carnales” con los yanquis no sólo no se han terminado, sino que están más vigentes que nunca. Le pagó la totalidad de la deuda al FMI, se negó a reestatizar a las privatizadas y siempre se alineó con los yanquis “en los temas internacionales claves”, como en las condenas a Corea del Norte o el envío de las tropas a Haití.
Por la Segunda Independencia
Así como Cristina acompaña esta política de sumisión, los “opositores” Carrió y Lavagna también lo hacen con su silencio cómplice, ya que están de acuerdo con seguir con este sometimiento.
Una política de verdadera ruptura con los yanquis, que logre la Segunda Independencia y que apoye la lucha de los pueblos oprimidos del mundo contra el imperialismo, sólo puede venir de un gobierno de los trabajadores y el pueblo.
Para fortalecer esta alternativa, compañero lector, súmese y apoye al Frente de Izquierda.
*El Socialista, Argentina
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