El rehén del diablo

El título me lo sugirió el encabezado de un diario que ÚLTIMAmente está teniendo un tufillo a cuerno e´ ciervo y a propósito de declaraciones del Ministro Rafael Ramírez: PDVSA era rehén de USA.

En PDVSA hasta hace un lustro olía a azufre y no era por las impurezas de los hidrocarburos sino porque el diablo imperial andaba suelto y no en Carora sino en todo pozo que echara aunque fuera un chorrito de gas a lo largo y ancho de nuestra Patria. Se chupaban las ubres de la tierra con lascivia y engendraron una estirpe de tecnócratas expertos en vender a pedazos y a precio de gallina con moquillo el preciado oro negro. Consumados vende patrias acreditados con títulos y diplomas en lenguas extranjeras, cuya apetencia materialista era inversamente proporcional a su gentilicio. Sabios ignorantes del mínimo sentido de moral; eruditos del marketing mundial que miraban con indiferencia la subida de compatriotas hacia los cerros de Caracas pero que les angustiaba la caída del mercado de capitales de su tío favorito: Sam.

Ahora están “in the edge of the seat” (emocionados) por que ha retornado con toda su vileza su adorada exxon mobil a ponerle un parao a estos locos revolucionarios que según la inefable Nitu Peles Totuma, han vuelto zareta a su recordada PDVSA y al decir del rey momo honorario de la CIA en Venezuela (Rafael Poleo), la inauditable PDVSA.

Por Miami andan los Fernández diciendo: “Escuche, Sr. Presidente” / “Las aciones de la eson mobil contra PDVSA han sido un écito”.

No solo PDVSA era cautiva de los demonios transnacionales, casi la totalidad del País languidecía bajo los influjos y la expoliación de empresas, contratistas, lobbistas y mercenarios que siempre montaban en connivencia con el gobierno de turno el lupanar gratuito perfecto. Lo poco que quedaba se lo repartían las “madamas” verdiblancas.

He allí un ejemplo claro de traición que debe llamar a reflexión a quienes se abstuvieron en el referéndum pasado. A ustedes digo: quienes les infundieron culillo son los mismos que ahora se solazan y regodean ante la arremetida impúdica de una de las cabezas de la hidra imperial contra nuestro Pueblo. Esa que tiene sus uñas en Irak, esa que tiene su lengua en Afganistán, esa que envenenó las costas de Alaska con el crudo derramado por el supertanquero Exxon Valdés y le sabe a soda. A este tipo de empresas era a quienes “gente de Petróleo” les repartía nuestra riqueza. Materia orgánica en descomposición es lo que tienen en la cabeza esta “gente”.

La guerra contra el imperio será de cien años porque somos el mayor portento energético del planeta. Aunque los hemos vencido, faltan mil batallas. Pero ya no somos rehenes, no estamos postrados ni atemorizados ante las ínfulas diabólicas del imperio. Eso es un salto cuántico en nuestra historia: solo nos llevó un lustro.

Solo el Pueblo salva al Pueblo. Solo el Pueblo salva a Chávez.

Defensa a PDVSA. La exxon mobil y globovisión al carajo.

pladel@cantv.net


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Plácido R. Delgado


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