Indiscutiblemente que el mundo de esta globalización neoliberal; es un mundo al revés, en donde el hombre honesto y de ideales altos es acusado de terrorista y los verdaderos terroristas, desviados y psicópatas, ostentan el poder y andan persiguiendo a los que son sanos y sueñan con un mundo mejor.
Tenemos el caso de la única superpotencia como lo es USA, quien al final de los 80 y con el desplome del socialismo burocrático soviético, cantó “el fin de la historia”, “el fin de las ideologías”, gritó a los cuatro costados que el capitalismo era el único sistema y seria para siempre. Como a los Romanos y a Hitler, cada uno en su momento, pregonaron que eran eternos y duraron muchos menos tiempo que el deseado.
No habían pasado ni diez años del “fin” de la historia, cuando el mundo volvió a rebelarse en contra del pensamiento único de la globalización neoliberal tutelada por Washington, cuando se les hizo necesarios imponer una manada de criminales y personajes sin escrúpulos y sin ningún tipo de regla en la dirección política-militar del imperio; el halconaje de los Bush.
Estos elementos psicópatas criminales y mafiosos hicieron un acto descabellado para justificar una guerra y el gasto militar mas grande de USA después de la II guerra mundial; el celebre auto-atentado a las torres gemelas de New York y a la sede del Pentágono en Washington. Desde ese momento, el coco del terrorismo, paso a ser el Satán a combatir, el sustituto legal de lo que era el comunismo; el delito de terrorismo, aun no esta definido por la ONU, ni le conviene a USA definirlo, porque dentro de este tipo de delito, esta el terrorismo de estado, que los imperialistas y sus lacayos practican siempre.
Allí USA le declaro la guerra a los pueblos del mundo y saco de la manga la teoría de la guerra preventiva por legitima defensa, una tesis que significa que el imperio puede invadir, intervenir y actuar militarmente en cualquier parte del mundo, cuando ellos presuman, o se imaginen, que desde ese espacio serán agredidos.
Dentro de la lucha en contra del terrorismo, esta la segunda fase del “Plan Colombia” y los TLC, verdaderos programas de hambre y miseria para nuestros pueblos; y en esta fase Bushista, pasa a ser un plan en contra de la revolución bolivariana venezolana, es un plan en contra de Hugo Chávez y su influencia en el continente y sobretodo en contra de la unidad Latino Americana.
Este plan busca, convertir a Colombia en una base de operaciones del imperio para someter militarmente a la Amazonia y a Los Andes del Medio Día Americano, a través de dos frentes; el político militar, dotando a la Nueva Granada de un súper ejercito superior al de sus vecinos, incluido Brasil y obviamente Venezuela, justificando este rearme por la lucha contra el narcotráfico y las guerrillas; y el otro frente seria el económico-político; firmando un tratado de libre comercio para que Bogota sea plataforma de inundación de todos los productos basura de USA, en la región, impidiendo de esta dos forma el desarrollo endógeno de los pueblos vecinos, y sobretodo la unidad Latino-Americana. La unidad de nuestra América atenta contra los intereses imperiales de USA.
Dentro de esta estrategia Gringa, en contra de nuestros pueblos, el brazo ejecutor de dicho plan es “Varito”, el Presidente Colombiano Álvaro Uribe Vélez. Pero para Uribe lograr los objetivos encomendados, tiene que crear un estado militar y súper-represivo que le permita reamarse para invadir a sus vecinos sin que haya oposición interna; y el primer problema que se le presenta es una guerrilla añeja que lleva casi 60 años de lucha interna. Pero esta guerrilla, aunque no tiene fuerza para tomar el poder, si la tiene para sobrevivir ante un estado represivo y asesino como ha sido siempre el de la Oligarquía Colombiana.
En esta fase de dominio absoluto interno, Uribe, debe erradicar a las guerrillas y a la disidencia radical interna, que en el hermano país tiene vigencia y para ello requiere de un estado militarista permanente y de un ejercito exterminador. El primero de esos pasos lo constituye su estado de “seguridad democrática”, en donde muchos lideres sociales, hoy están en las cárceles, por el simple hecho que alguien los señales o se les ocurra decir que son aliados de las guerrillas; y para exterminar físicamente a los contrarios están los para militares, ejercito paralelo al oficial pero con contactos e imbricaciones con este.
Este estado de guerra interno, en lo inmediato, crea un malestar que perjudica a sus vecinos y son los celebres desplazados. En Venezuela hay mas de tres millones de Colombianos, en Ecuador hay trescientos mil y en Panamá casi un millón, estos desplazamientos traen consigo la importación del conflicto interno de la Nueva Granada, en donde va incluido el paramilitarismo, el narcotráfico, el sicariato, el crimen organizado y el lavado de dinero.
Por ello la paz interna Colombiana, es un asunto de seguridad nacional para Venezuela y los otros vecinos.
Cuando el gobierno del Comandante Hugo Chávez busca un canje humanitario entre la guerrilla de las FARC y el gobierno, como paso previo a la paz en la hermana republica, no se esta inmiscuyendo en un problema ajeno, esta previniendo que le sigan importando un conflicto ajeno que nos perjudica a todos.
Por otro lado dentro de la estrategia guerrerista de convertir a Colombia en la mayor potencia militar de la zona como plataforma de agresión e intervención de sus vecinos y enmarcado dentro de la lucha “contra el terrorismo”, esta se abroga la facultad de intervenir en cualquier territorio nuestro americano, con el pretexto de la legitima defensa, y por ello penetro y violo la soberanía del territorio Ecuatoriano.
Debemos resaltar que la OEA, a quien el Che Guevara, acertadamente, definió como el Ministerio de Colonias de USA, esta empezando a cambiar su faz de ignominia y afrenta; hace 50 años, por mandato imperial expulsamos a una nación hermana como Cuba y hace 20 años, papa Bush invadió Panamá y por la influencia Gringa, ni siquiera una nota de protesta se hizo. Hoy, el lacayo de Washington, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y su tesis de “legitima defensa” es condenada casi por unanimidad.
Esa unidad Latino Americana que se expresa en la reciente votación de la OEA, en el ALBA, en el rechazo al ALCA, en Bariloche, Argentina y en la Unión de Naciones del Sur, es a lo que le teme Washington, le teme a perder su patio trasero y esa es la triste función del paraco del Uribe, servir de factor de disuasión y perturbación del nuevo amanecer Indo-Americano.
FRANCISCO SIERRA CORRALES
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