En nuestra América, el siglo XXI ha significado un salto extraordinario en la lucha de los pueblos por su soberanía y emancipación. Mientras en el siglo anterior, particularmente, en las últimas décadas, la inclinación era a la pérdida de soberanía y la sumisión a los dictados de los centros de poder del norte, especialmente ante el imperialismo estadounidense, en los años que corren la tendencia es a la afirmación de los propósitos liberadores de nuestros pueblos y a la integración de nuestros países.
Derrotado pero no vencido
Ahora bien, esta aseveración no implica la idea de que los sectores tradicionales que históricamente han usufructuado el poder en nuestras naciones, que han gozado de todos los privilegios, es decir, el imperialismo y las oligarquías lacayas y grupos conexos, hayan sido vencidos; y en consecuencia se hayan conjurado todos los peligros y amenazas que gravitan sobre nuestros países.
Bien cierto es, que a los enemigos que obstruyen el desarrollo histórico – social de nuestros pueblos se les ha venido derrotando en casi todos los países latinoamericanos y caribeños. En el terreno político, económico y social se les ha propinado importantes derrotas pero esto no indica, lamentablemente, que estén vencidos. Por el contrario cuentan con un inmenso poderío a pesar de las derrotas infringidas. Es más, la correlación de fuerzas les sigue siendo favorable. A nivel continental acumulan un poder inconmensurable no sólo en lo político – militar, en lo económico sino también en lo cultural, en lo ideológico – comunicacional, manteniendo la hegemonía cultural que es el dispositivo más efectivo, del cual disponen, para prolongar y reproducir la dominación.
Enemigo debilitado… relativamente
Estamos claros que el enemigo principal de nuestros pueblos es el imperialismo estadounidense. Las oligarquías criollas y los grupos afines sin el apoyo imperial serían rivales de poca monta que aun cuando dan quehacer la experiencia indica que son relativamente fácil de vencer acá en Venezuela como en el resto de los países hermanos. El problema, nuestro problema, es el imperialismo que si bien se le ven las costuras cuenta con un gran nivel de maniobras y de influencias.
En estos momentos el imperialismo luce relativamente debilitado. A nivel extracontinental está enfrascado en dos frentes de guerra (Irak y Afganistán) que lo desgastan ante la opinión pública estadounidense e internacional y que cada día lo comprometen económicamente, incentivando el gasto público a niveles sin precedentes. Si bien la economía estadounidense siempre ha tenido en la guerra un factor altamente expansivo y groseramente enriquecedor de sus estratos políticos dirigentes (actualmente 131 congresistas son accionistas de empresas que se lucran de la acción bélica en Irak), en esta coyuntura la expansión del gasto público conlleva a un aumento desmesurado del déficit fiscal y paralelamente a una reducción ostensible del gasto social con sus nefastas consecuencias por la desatención a los sectores más desposeídos, pues los recursos destinados para proyectos sociales son mermados por los requerimientos de la contingencia bélica. A todo ello, hay que agregar el rechazo que genera esta guerra en la sociedad estadounidense, más que por el genocidio al pueblo irakí, por los ataúdes que día a día regresan con cadáveres de jóvenes soldados norteamericanos. La impopularidad del Sr. Bush no tiene parangón en toda la historia política estadounidense. Como complemento, hay que sumar la crisis del dólar que cada día pierde terreno como principal divisa en las transacciones económicas internacionales, la crisis inmobiliaria que ha originado la perdida ó desvalorización extrema de la vivienda para millones de familias, el deterioro y progresiva privatización de los servicios públicos (salud, educación, recreación, etc.); aumento del desempleo y precarización del salario; aumento significativo de la pobreza, crecimiento de la dependencia energética, …
Si esto ocurre en el orden interno, en el externo las perspectivas tampoco se presentan favorables. A nivel continental es notoria la perdida de influencia estadounidense en la OEA y en la mayoría de los países nuestroamericanos (ahora se suma Paraguay, con el triunfo del obispo Lugo, al concierto de los países que reclaman respeto a su dignidad); la reciente creación de UNASUR, del Banco del Sur, y del Consejo de Defensa del Sur, entre otras medidas conducentes a la integración de nuestros países como un sólido bloque regional.
Relevancia de la revolución bolivariana
Evidentemente que en todo este proceso de ascenso de nuestros pueblos, de estimulo a la idea integracionista, de rescate de la soberanía de nuestros países, la revolución bolivariana, liderada por el comandante Chávez, ha jugado un rol estelar, un papel de vanguardia que indudablemente se irá acentuando en la medida que avance la lucha por la profundización de la democracia y por la construcción del socialismo.
Hemos logrado avanzar, por supuesto que hay fallas y desviaciones pero estas han de ser superadas con la participación creciente y cada vez más consciente de nuestro pueblo. Es en el pueblo organizado y movilizado donde se condensa la sabia transformadora. Es en los Movimientos Sociales donde se expresa y manifiesta la praxis revolucionaria. Es en la unión cívico – militar, en la simbiosis milicia – fuerza armada, donde se plasma la disposición combativa y de defensa de la soberanía nacional del pueblo bolivariano.
Una bestia herida es más peligrosa
Pero hay que tener presente que el debilitamiento relativo del imperialismo, su perdida de influencia en el continente lo convierte en una bestia herida y por ello se hace más peligroso. A Bush le quedan pocos meses en la Casa Blanca. Su impotencia por no haber acabado con Chávez y con la revolución bolivariana debe agobiarlo hasta el abatimiento. Un ungido de Dios como se considera él no se va a retirar del pedestal presidencial sin por lo menos intentar un zarpazo final. Los Halcones que lo acompañan, hombres y mujeres de la guerra y la corrupción, deben estar aconsejándolo para que intente una última acción desesperada. Total, que pierde Bush si ya es el más impopular de los que han estado alojados en The White House, como dijo Botero “…se le recordará como el presidente del declive”.
Tumba la mesa o la deja servida
Bush ha venido adelantando acciones, provocando, midiendo reacciones y capacidad de respuesta. Por un lado intenta crear la matriz del Comandante Chávez como un presidente forajido, relacionado al narcotráfico, aliado del terrorismo internacional, vinculado a las FARC-EP según la “supercomputadora” de Raúl Reyes. Por otro lado, incursiona un avión militar estadounidense en el espacio aéreo venezolano, reactiva la IV Flota, patrullas militares colombianas violan el territorio nacional, grupos paramilitares colombianos se mantienen expectantes al interior del país, “sesudos” analistas de la oposición venezolana insisten en promover la desestabilización, el llamado grupo 2D ó No es NO persiste en la idea de que hay que salir de Chávez a como de lugar, Granier clama por el retorno de su RCTV…
De tal forma que Bush y su equipo con una acción envolvente, desesperada, podrían intentar acabar con Chávez de una vez por todas. Es decir, decidirse a tumbar la mesa o dejársela servida a su sucesor (seguramente Obama) tal cual como Eisenhower dejó embarcado a Kennedy con la invasión de Playa de Girón. Ya veremos… nosotros creemos que el vainón es este año. Pués bien, que tenga presente Bush y sus Halcones que todavía resuena en nuestro continente el eco de la predicción del Che Guevera “…crear dos, tres o más Vietnam”. Que se atrevan, esta coyuntura es mucho más favorable para los pueblos nuestroamericanos que la de los años 60 del siglo pasado. No lo asumimos como reto, es más bien una respuesta a siglos de ignominia.
Preparados para cualquier contingencia
En base a lo planteado asumimos que hay que estar preparados para cualquier contingencia. Tanto para las propiciadas por el yanqui Bush y sus lacayos, en intento postrero por querer acabar con la revolución bolivariana, como para las tareas que impone la batalla electoral del próximo noviembre, en la que es vital ganar todas las gobernaciones y la mayor cantidad de alcaldías en todo el país; la preservación del proyecto bolivariano así lo exige.
…Y Ahora en su 5to. aniversario
Es en el marco de esta coyuntura, que el periódico …Y Ahora, Noticias en Paralelo arriba a su 5to. aniversario. El balance que hacemos de nuestra trayectoria es positivo. A pesar de las incomprensiones de algunos, de las diferencias con otros, creemos firmemente que hemos cumplido con la línea de acción que nos propusimos. Han sido 76 ediciones destinadas al combate antiimperialista, a la defensa del proceso bolivariano, de consecuencia con la revolución venezolana y de apuntalamiento del proyecto de transformación socialista de la sociedad venezolana. Nos sentimos cada vez más comprometidos con nuestros amigos y colaboradores, con nuestros lectores y con el pueblo venezolano en el esfuerzo colectivo de construcción de la Patria Nueva y de la Patria Grande que soñaron Bolívar y Martí junto con otros muchos compatriotas y que ahora esperamos ver hecha realidad.
En las ediciones por venir aspiramos continuar con la guía que nos ha venido orientando y, por supuesto, seguir contribuyendo con el desarrollo de la comunicación popular, con el fortalecimiento del Movimiento Social de los Medios Alternativos y Comunitarios ( MoMAC) y con el impulso de la Misión Comunicación dentro del propósito de seguir construyendo un país de comunicadores.
miguelugas@gmail.com