Esto va en respuesta al artículo de Heinz Diterich (http://www.aporrea.org/internacionales/a62002.html), al cual debe remitirse el lector para comprender lo que sigue.
Es tonto pensar que el referendo legitima a una
clase política fascho-separatista, como lo afirma Dieterich, pues ésta,
con o sin referendo, tiene una agenda indefectible: la del separatismo
mediante la aniquilación del poder indígena. En vistas de ello, siempre
adoptará formas cambiantes, es decir, procedimientos que fluctúan entre
la legalidad y la ilegalidad.
El referendo legitima, en todo caso, al poder
indígena más que al de la oligarquía cruceñista, y ello no sólo en
Bolivía, sino reafirmándolo a nivel internacional.
Pero henos aquí, una vez más, frente la habilidosa manipulación intelectual de Heinz D., quien no parece querer otra cosa que rebajar sistemáticamente la verdadera importancia de nuestros logros.
Quizás sea que, como buen alemán de izquierda,
tenga envidia de que vayamos a lograr en Latino América lo que el
partido alemán (SAPD), en 1875 y años subsiguientes, nunca logró (a
pesar de tener a gente como Marx entre sus fundadores).
Tal vez piensa Dieterich que la Revolución Socialista le pertenece históricamente a Europa.
Pero
lo cierto es que quizás no pueda corresponderle a las sociedades
históricamente imperiales, opresoras y genocidas tener aspiraciones
tales como la de regirse, de la noche a la mañana —y mediante pura
teoría—, por principios humanistas profundamente verdaderos como los
del socialismo.
Ni mucho menos pensar que a la vuelta de la esquina
les estará esperando (después de lo que hicieron consigo mismas y con
otras) la oportunidad de consagrarse en sociedades justas y sabias.
Nuestro perenne pájaro de mal agüero alemán comprende que la cosa ronda más bien por acá, pero se niega a aceptarlo...