El candidato a la Presidencia de los Estados Unidos de América, Barack Obama, clausurará la Convención Nacional del partido Demócrata del Imperio con un “discurso multitudinario” (TVE dixit); pero no lo hará en la “arena” donde se han venido realizando los “tres actos teatrales” de la Convención Nacional Demócrata con capacidad para más de 20 mil presentes. Obama lo hará en un estadio de futbol (norteamericano) con capacidad para 75.000 personas. Obama manifestó, durante la aceptación de Joe Biden a la Vicepresidencia de los Estados Unidos de América, ante la audiencia presente y televidente, su decisión de “bajar el telón” de la Convención Nacional Demócrata más importante, participativa, multitudinaria, jubilosa y políticamente consciente, desde la Convención Demócrata que eligió a Bill Clinton, “abrir las puertas” de la Convención para que “todo el pueblo” norteamericano pueda participar de tan importante y glamoroso (glittery) acto político.
Parece que aquella calificación de “políticos populistas” solo se le “estampa” (adosa) a los políticos suramericanos; para los “catires con ojos azules”, ello es democracia!. Pues resulta que Obama está rompiendo con las anglosajonas tradiciones democráticas del “control sobre las masas” y está convirtiendo a las “masas” en “sujeto” (Canetti dixit). Nos obliga la conciencia a preguntarnos: ¿será que el “pana” Barack está aprendiendo y aprehendiendo de los “políticos tercermundistas” que hay una íntima relación sicológica entre el líder y la masa? ¿Será que los procesos revolucionarios, humanistas, sociales y socialistas (en algunos casos) que se vienen desarrollando al sur del rio Bravo (rio Grande para los green-go) están en íntima comunión con las aspiraciones de las sociedades del continente americano del siglo XXI? ¿Será que Barack Obama está aceptando como los líderes: Chávez, Correa, Lugo, Daniel, Evo, Cristina, Lula y pare usted de contar, que está en perfecto conocimiento de las obscenas realidades del “capitalismo ilimitado” (Perry Anderson, New Left Review, dixit).
Barack Obama está revolucionando la política “religioso-anglicana” que nació en el estado de Virginia. Barack Obama está rompiendo con las realidades políticas de Washington: Casa Blanca, Pentágono y The Hill. Barack Obama está presentando y demostrando la profunda crisis de la Historia de los Estados Unidos de América. Barack Obama es “afroamericano” de primera generación. Nos imaginamos al famoso KKK poniendo la “cruz boca abajo”. Pero lo importante es como Barack Obama se ha convertido en el “catalizador” de la realidad objetiva de crisis que se está viviendo en la sociedad norteamericana y su objetivo impacto dentro y fuera de los Estados Unidos de América gracias ese llamado “capitalismo ilimitado”.
La crisis que se ha venido desarrollando, en profundidad, en la estructura social-capitalista de los Estados Unidos de América durante el ejercicio de la Presidencia del Imperio por George W. Bush, que viene impactando al “globo terráqueo” con pasos agigantados, no solo se le debe adosar a “Mister Danger” (Hugo dixit), ella nació con la gestión en la Presidencia de aquel “actor de guerritas jolibusenses” llamado Ronald Reagan. La etapa capitalista promovida e impuesta por Reagan y la señora Tatcher con la muy comprometida colaboración del amigo y “pana” de don Álvaro Uribe Vélez, el señor José María Aznar, ha tenido su “catalizador” en George W. Bush.
Las consecuencias de esa “libertad de comercio solo-para-mi”, de los “des-derechos humanos”, del “irrespeto de las decisiones de las sociedades no judeo-cristianas”, de las “violaciones a las decisiones democráticas” de los pueblos del mal llamado Tercer Mundo, por fin, se han reflejado (espejo) en la propia sociedad norteamericana. La respuesta a esa cruda realidad de crisis del “capitalismo ilimitado”, en el propio interior de la sociedad norteamericana, ha sido y es la movilización que el partido Demócrata de los Estados Unidos de América viene realizando desde las primarias hasta la propia Convención Nacional Demócrata en acto.
El liderazgo del partido Demócrata, inteligentemente, ha venido desarrollando una “campaña de información” a lo largo y ancho de los Estados Unidos de América que, con el apoyo de los sectores sociales excluidos, ha tenido un importante impacto en la “conciencia colectiva” de la sociedad norteamericana; aquello del “american dream” está volviendo a surgir gracias a los discursos de los políticos demócratas de exponer las verdaderas realidades que están incursas en la cotidianidad del pueblo green-go. Bien lo dijo Bill Clinton en su discurso: “…debemos recuperar el “sueño (norte)americano”, debemos recuperar el “liderazgo” (norte)americano en el mundo…para ello debemos utilizar el poder de nuestro ejemplo y el ejemplo de nuestro poder [mostrarlo]…” Por eso, considera Bill Clinton, que Barack Obama representa “…la realidad más actualizada de la Historia tradicional (norte)americana…se encuentra, Barack Obama, [en estas circunstancias de crisis interna norteamericana] en el lado exacto de la Historia (norte)americana [para poder realizar los cambios necesarios que está solicitando el pueblo norteamericano]…” Hillary le puso la “guinda al pavo” cuando dijo: “…de ninguna manera, de ninguna forma, un no rotundo a MacCain [todos con Barack Obama]…” Ambos Clinton remataron con la frase: “…Barack Obama representa la unidad y la esperanza…”
Tres realidades se dejan ver en esta “obra teatral lopeciana”. La primera de ellas es el triunfo del “poder detrás del trono” de los Clinton. Como lo manifestó Bill Clinton, los 18 millones de votos que obtuvo Hillary, en las primarias, serán adosados a Barack Obama; es decir, “los Clinton tenemos un importante sector de la sociedad norteamericana y demócrata que nos apoya”. En el marco de esta realidad, los Clinton han demostrado que son un factor político de importancia vital no solo para el triunfo de Barack Obama para la Presidencia de los Estados Unidos de América sino también que tienen un papel fundamental en el Congreso de los Estados Unidos de América con la senadora Hillary Clinton y sus políticas a favor de la mujer. En segundo lugar, la elección de Joe Biden como candidato a la Vicepresidencia es un triunfo de los Clinton. La elección de Biden para la Vicepresidencia representa el “puente entre el Pentágono y la Casa Blanca”. En tercer lugar, Barack Obama, el afroamericano, representa a los “sectores excluidos” de la Historia de los Estados Unidos de América. Representa la esperanza a la total incorporación del sector de los excluidos a la sociedad anglosajona y excluyente, racista y “cínica” (Pietro Barcellona dixit).
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