Leo algunos cables de las últimas horas: “(AFP) Crisis incita a estadounidenses a emplearse en oficios menores. La ola de despidos que vive EEUU empieza a hacerse obvia no sólo por las cifras macroeconómicas en rojo, sino por meseros, aparcacoches y aspirantes a trabajar lavando autos que apuestan a oficios menores, ocupados tradicionalmente por los inmigrantes latinoamericanos.
`No estamos despidiendo, pero no estamos contratando, y casi todos los días vienen a pedirnos trabajo, muchos más estadounidenses que antes, la mayoría negros’, contó a la AFP Isaac González, uno de los encargados de la empresa de limpiar autos Santa Palm, en el acomodado barrio de West Hollywood...” Y es que, realmente, las cifras que reflejan el incremento del desempleo en EEUU son aterradoras: ¡en los últimos tres meses se han perdido, en promedio, 650.000 empleos mensuales! Mientras tanto, aquí en nuestra Venezuela, y gracias a la política económica que la Revolución Bolivariana ha venido aplicando en los últimos años, el desempleo continúa disminuyendo, en medio de esta gigantesca crisis mundial, que al decir del propio Presidente de EEUU, viene acercándose a los niveles de catástrofe.
Tengo en mis manos el informe mensual titulado “Situación en la fuerza de trabajo de Venezuela”, correspondiente al mes de febrero de 2009 del Instituto Nacional de Estadística. Voy a transcribir lo siguiente, tomado del punto nro. 4. (Población desocupada): “4.2. Análisis comparativo: Febrero 2009 Enero 2009.
La población desocupada en febrero de 2009, equivale a 927.045 personas (7,4%), que en comparación con el mes anterior (1.200.890 personas: 9,5%), reflejó una disminución de 273.845 personas, de las cuales 143.230 son hombres y 130.615 son mujeres.
Por grupos de edades, se observó una disminución de los rangos de `15 a 24 años’ (125.386 personas), `25 a 44 años’ (121.592 personas) y `65 años y más’ (8.390 personas).
Dentro de las categorías de desocupación, se observó una disminución de 306.464 `Cesantes’ (160.233 hombres y 146.231 mujeres). Por otra parte, se apreció un incremento de 32.619 personas que `Buscan trabajo por primera vez’ ”.
Sólo pido a todos ustedes Compatriotas que me leen, apartando cualquier subjetividad e independientemente de la parcialidad política que puedan tener o del carácter ideológico de sus pensamientos, que vean claramente esta realidad, que sepan apreciar sus contenidos y sobre todo, sus significados económicos, sociales y éticos.
Otro cable del 20 de marzo, también de la AFP, dice: “El crecimiento de la economía mundial será probablemente `negativo’ en 2009, estimó este viernes en Pekín el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el mexicano Ángel Gurría.
'Vemos probablemente un mundo que irá hacia un resultado negativo dado que incluso el crecimiento positivo de India y China no será suficiente para compensar el crecimiento negativo’ de los países desarrollados”.
Esta es, sin duda, la dramática realidad que hoy por hoy sacude al mundo ante la cual nuestro Gobierno Bolivariano no puede quedarse con los brazos cruzados, en aras de salvaguardar las grandes conquistas sociales alcanzadas, y consolidar los logros de la Revolución Bolivariana en vía de su profundización. Es esta misma dramática realidad –La Crisis Perfecta, así es conocida– que rebasando las fronteras estadounidense y afectan toda la economía Global, nos ha colocado en la impostergable responsabilidad de tomar decisiones concretas y radicales sin soslayar el sagrado compromiso que nos une a nuestro Pueblo, y en especial a las grandes mayorías, por siglos desasistidas y depauperadas, y que en estos diez años de gobierno nuestro han comenzado por fin a constatar en carne y alma propia que sí es posible alcanzar la mayor suma de felicidad posible.
Yo soy el hombre de las dificultades y no más: no estoy bien sino en los peligros combinados con los embarazos, dirá el Padre Libertador a Santander, en 1825, en un momento en que todo parecía oponerse a la causa social, aún los más elementales recursos.
Las venezolanas y los venezolanos herederos de tan magno espíritu asumimos por igual la misma entereza que, si bien no es nuestro caso ante la estabilidad económica y financiera que define nuestra situación no deja de ser una amenaza, aún más, un gran peligro la sí embarazosa situación en el que muchos gobiernos del mundo se encuentran. Es ante esa amenaza y peligros externos ante los cuales tenemos que fortalecernos, ahora con más ahínco en y desde lo interno. A tal propósito obedecen la serie de medidas y decisiones que el día de ayer, en Consejo de Ministros, he tomado y anunciado a todos ustedes.
En tal sentido y a grandes rasgos ante la limitación de este espacio, con tales medidas y decisiones nos hemos propuesto desde el Gobierno Nacional mantener las conquistas sociales alcanzadas, la defensa del empleo, preservar la capacidad de la industria petrolera y gasífera, reforzar el sector productivo interno comprometido con el país, orientar la capacidad financiera pública, tomando en cuenta los impactos que la naturaleza, profundidad y duración de la crisis económica mundial, puedan tener sobre la economía venezolana.
Quiero reiterarlo: mientras más perfecta es la crisis que padece el capitalismo, más segura y despejada será la vía del socialismo venezolano hacia la independencia y grandeza patria. Las aves carroñeras de la oposición, siempre de mal agüero, se han quedado con los crespos hechos ante la vana creencia de que nuestros esfuerzos estarían dirigidos a beneficiar a los grupos privilegiados que por siempre han negociado con el destino de todos los venezolanos y venezolanas. En este sentido, la decisión de preservar el gasto social en misiones, educación, salud, sueldos, salarios e ingreso familiar, el pago de pensiones y la seguridad social, considerando la importancia que tienen estas variables para mantener el nivel de adquisición y consumo de las familias nos confirman en nuestra indeclinable convicción de que nuestro gobierno es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Desde siempre lo he venido afirmando: estamos ante un parto en el que nuestra Revolución Bolivariana, lo nuevo, no termina de nacer, y lo viejo, el capitalismo fundado en un sistema perverso y desigual por esencia, no termina de morir. De modo que, profundizando aún más y observando el panorama internacional, estamos a puertas de una crisis orgánica allí donde la hegemonía del capitalismo comienza también a sentir los efectos de su real y cada vez más segura impotencia para ejercer su dominio totalitario, lo que lo percata de ser un simple tigre de papel, de allí su peligrosidad.
Y de allí también, la gran oportunidad para el pueblo de Venezuela de crecernos ante esta crisis perfecta, a conciencia de que somos el Pueblo de las dificultades.
Patria, Socialismo o Muerte ¡Venceremos!