Si Simón Bolívar fue el Libertador de las Américas, se infiere que ese prócer tuvo una ideología antiimperialista. Por consiguiente, esta deducción hace pensar en que, detrás de la misma, hay una serie de datos históricos que respaldan tal afirmación.
De eso se trata la obra Bolívar, pensamiento precursor del antiimperialismo, de Francisco Pividal (FP), publicada por las Ediciones de la Presidencia de la República.
El interés de la mencionada obra, según FP, está en dar a conocer lo que ese autor ha llamado la antihistoria de los Estados Unidos, que es la historia nuestra, la de los pueblos de América. Esta idea se sustenta en el derecho que se ha atribuido EEUU de calificar de forma única lo que sus gobiernos quieran para, después, concluir también lo que ellos quieran, tal como FP refiere.
Asimismo, en esa separación territorial, en que, según Pirconell y, luego, James Monroe, América es para los americanos, o mejor para los norteamericanos, señala FP que se practica la "filosofía del despojo".
Con base en lo anterior, la repartición de la tierra se ejecutó bajo la consigna del robo, como ocurrió con México, que terminó amputado después de la Guerra de Secesión, con la cual se inició una política de conquistas expansionistas que abarcó desde América Central, el mar Caribe, Colombia, Venezuela y Canadá.
Antes de la política expansionista de EEUU, va explicando FP, existen antecedentes que refuerzan la sumisión y la dominación, pues con Joaquín Cortés empieza la cadena de los explotadores y con Marina, o la Malinche, su amante, una india mexicana, la de los explotados. Esto genera una diferenciación con los conquistadores y, al mismo tiempo, una solidaridad con los conquistados.
Luego, en 1801, FP argumenta con referencias cómo en aquella época se daba un negocio entre la metrópoli (España) y sus colonias basado en la explotación que, hasta hace poco, antes de la llegada del presidente Chávez, seguía realizándose con otras metrópolis de ese modo.
Para contrarrestar el dominio español, la estrategia de Bolívar fue la unión de América, la Patria Grande. Por eso, el Libertador jamás desaprovechó ocasión alguna para batallar a favor de la integración, ya que sabía que la desintegración favorecía la intromisión y la hegemonía de cualquier imperio y que, desde entonces, EEUU se perfilaba como un candidato a la dominación.
El planteamiento antes mencionado da origen al nombre del libro de Francisco Pividal.
En un contexto como el presente, en que continuamos una lucha con el Imperio, resulta oportuna la lectura de ese texto para conocer, o recordar, según sea el caso, hechos del pasado que, a medida que se relacionan con los actuales, ayudan en la interpretación de realidad propia para así mantenernos en una lucha constante contra lo que, directa o indirectamente, nos mantenga bajo el dominio de otros que sólo buscan su provecho a costa del infortunio nuestro.
Otro asunto. Agradezco al Fiscal 4° del Ministerio Público del área de Caracas, Ismael Quijada, su trato amable en días pasados cuando hice una denuncia sobre un caso de agresión verbal y psicológica hacia mi persona.
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